En un lapso de ocho días, el departamento de Santa Ana fue escenario de tres múltiples homicidios en los que murieron 11 hombres, la mayoría presuntamente tenía vínculos con pandillas. Eso es lo que sostienen la Policía y la Fiscalía.
Las primeras pesquisas arrojan que dos de los casos fueron producto de la rivalidad entre grupos criminales; el tercero se habría debido a un pugna en la mara Salvatrucha.
El hecho más reciente fue registrado el lunes en el cantón Buenos Aires, de Chalchuapa. Un grupo armado irrumpió de madrugada en una casa de la finca El Paraíso y se llevó por la fuerza a tres hombres que pernoctaban ahí; luego los asesinaron.
Edwin Alexis Hernández Morales, de 22 años, Juan José Hernández González, de 23, y Éver Eleázar Hernández Romero, de 30, eran originarios de una zona rural de Nahuizalco, Sonsonate.
Sus parientes aseguraron que los tres laboraban desde hace mucho tiempo en la referida finca; que iban a sus casas cada 15 días y que no eran pandilleros. Esta versión contrasta con la de algunos policías, quienes manifestaron que los hombres presuntamente sí estaban vinculados a grupos delincuenciales.
Tres hermanos fueron asesinados en una finca de Tepecoyo
Osmín Alfredo, de 36 años, Ernesto, de 24, y Óscar, de 20 años, todos apellido Nolasco Cea fueron asesinados a balazos en el cantón El Mojón, un punto límite entre Tepecoyo y Colón, en el departamento La Libertad.
En el sector donde los sujetos fueron acribillados delinque la mara Salvatrucha y donde habitaban hay presencia de la pandilla 18.
Dos días antes de este triple homicidio, también fueron localizados los cadáveres de cuatro sujetos en el cantón Palo Negro, en la jurisdicción de El Congo, en el kilómetro 46 de la carretera de San Salvador hacia Santa Ana.
Las autoridades informaron que dos cuerpos estaban sobre la cama de un pick-up y los otros dos bajo un árbol, a unos 25 metros de distancia. Todos tenían lesiones provocadas con arma de fuego.
Los hombres fueron identificados como Ángel Ulises Medina Castro, de 39 años; Carlos Alberto Cárdenas Martínez, de 33; (a) Chato; José Elías, de 16, (a) Chapulín; y Gerson R., de 15.
Dos de los cadáveres se encontraban en un pick-up, mientras los otros dos cuerpos están a una distancia de 25 metros.
Foto/ Mauricio Cáceres
Un delegado de la Policía que llegó a la escena informó que el hombre de 39 años había pertenecido a la institución hasta 2012; mientras que el adolescente de 15 era hijo de un sargento.
A pocos kilómetros del lugar, el lunes 2 de abril fueron descubiertos los cadáveres de tres adolescentes y de un adulto en la finca San Vicente, del cantón El Zacatal, en el municipio de Coatepeque.
Los cuatro eran integrantes de la mara Salvatrucha; la Policía también señaló que Miguel Ángel Beltrán, de 24 años, era el jefe de la estructura que asedia en ese sector.
La última vez que sus familiares los vieron fue dos días antes, estaban ingiriendo bebidas embriagantes.
La escena fue descubierta por algunos lugareños que andaban buscando leña y garrobos. Dos cuerpos estaban entre un maizal y los otros al fondo de un barranco.
Un jefe policial informó que la hipótesis más fuerte era que quienes les quitaron la vida a los hombres podrían haber sido integrantes de la misma mara Salvatrucha por una disputa interna.
Los homicidas habrían aprovechado que los cuatro andaban alcoholizados para llevarlos hasta esa zona desolada, donde les quitaron la vida a machetazos.
A esto se suma que algunos agentes que llegaron a custodiar la escena manifestaron que Beltrán, supuestamente, distribuía droga y aparentemente no reportaba a la pandilla todo el dinero que obtenía. Esto habría desatado rencillas con otros pandilleros. También era señalado de cometer extorsiones.
“La Bella”, desaparecido luego de lavar dinero a MS
A pesar de ser un vendedor de chocolates en buses, pagó $218 mil en efectivo por una casa en la residencial Condado Santa Rosa, en Santa Tecla. Además viajó a Israel.
Otras masacres
Las tres matanzas registradas en los últimos ocho días en Santa Ana no son las únicas que han sido cometidas en el año en ese departamento.
El 3 de marzo, la vida de otros cinco hombres acabó de forma violenta dentro de una cervecería del cantón El Coco, en Chalchuapa. Entre los muertos estaba David Méndez Polanco, de 25 años.
Él era soldado de la Fuerza Armada, estaba destacado en el Comando Especial Antiterrorista de la Fuerza Aérea (CEAT), en Ilopango. Junto con él fueron acribillados con fusiles M-16 y pistolas calibre cuatro hombres de entre 32 y 48 años.
Ninguno era pandillero. La Policía presume que los mataron mareros por la disputa de territorio.
A finales de enero fueron raptados cerca del Mercado Colón, en Santa Ana, los hermanos Jaime Ernesto, de 22 años; Óscar Alejandro, de 24; y José Mario, de 27, todos de apellidos Salazar Serrano.
Sus cadáveres fueron encontrados semienterrados 11 días después, en una fosa clandestina de la hacienda San Francisco de Santa Ana, en una zona acechada según la Policía, por la pandilla Salvatrucha.
Las víctimas no eran delincuentes, fueron educadas en un hogar con mucha disciplina. No hubo vicios ni vagancia. Uno era mecánico, otro trabajaba en una maquila y el tercero estudiaba Licenciatura en Derecho en una universidad de la zona.
