Los cadáveres de cinco personas, pertenecientes a una misma familia, fueron hallados en un cementerio clandestino ubicado en el cantón Flor Amarilla, Santo Tomás.
La tumba fue descubierta, el sábado cerca de las 11:00 de la mañana por un homicida que aceptó colaborar con las autoridades para resolver el caso, (testigo criteriado).
Cerca de las 10:00 de la mañana inició el proceso de recuperación de los cadáveres. Unos 25 agentes, investigadores y militares participan del procedimiento de excavación. El criminalista Israel Ticas dirige la operación junto con oficiales de la PNC.
Las víctimas fueron identificadas como Jesús Antonio de 30 años de edad, José Á. de 15, Yimi Ernesto, Gabriela Vanessa y Gerson Alexander de 20 años, todos de apellidos Zaldaña. Eran hermanos, excepto Jesús Antonio que era sobrino de los demás.
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Según versiones oficiales, estaban desaparecidos desde alrededor de ocho días. Al parecer el Viernes Santo fueron llevados por la fuerza desde una ceiba frente a la parroquia de la localidad, cerca de las 7 de la noche, antes de que pasara el Santo Entierro.
De ese lugar, las víctimas tuvieron que recorrer unos tres kilómetros alejada de la ciudad en una zona escabrosa y de difícil acceso.
La fiscal asignada al caso, dijo que como señal que en ese sitio estaban enterrados los cadáveres, vieron una mano y un antebrazo de uno de las víctimas.
Sobre las circunstancias que provocaron esta desaparición, la familia no quiere hablar pues tienen instrucciones de las autoridades de no revelar datos o hechos que afecten la investigación. Sin embargo afirman que sus familiares no tienen nexos con las pandillas.
El sector del hallazgo es de dominio de la MS.