Jóvenes salvadoreños son considerados héroes en Alemania

El programa Personal de enfermería de El Salvador tiene 18 enfermeros salvadoreños trabajando en diferentes asilos de Alemania.

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18 enfermeras y enfermeros, de entre 18 a 25 años, están en Berlín desde diciembre del año pasado. Foto DW

Por Nancy Hernández

2020-04-09 9:27:46

Lejos de casa, su familia y su tierra 18 jóvenes salvadoreños han sido considerados héroes por la empatía y entrega a su trabajo en tiempo de pandemia. Ellos son enfermeros y enfermeras que forman parte del programa Personal de enfermería de El Salvador iniciado por la Embajada de El Salvador en Berlín, Alemania, en coordinación con la escuela vocacional “Forum Berufsbildung International” y la Agencia de Empleo de Berlín.

Cuando emprendieron su viaje, en diciembre, no pensaron que por el mundo se extendería una pandemia y que su trabajo se volvería de vital importancia. Antes de emprender su viaje durante un año recibieron clases de alemán, instrucciones de cómo cuidar personas mayores y talleres interculturales.

“Los prepararon para casi todo, excepto para una pandemia que amenazara precisamente la vida de todos”, cita DW.COM, un sitio de noticias alemanas.

Las enfermeras y enfermeros salvadoreños están recibiendo una formación académica, esta durará tres años. El plan de estudio combina el conocimiento teórico con el trabajo práctico, este es ejecutado en asilos de ancianos.

“En El Salvador nos prepararon para todo tipo de eventualidades. Que pasa si no nos gusta la ciudad, si no nos adaptamos al clima frío, si queremos regresar. Pero nunca nadie pensó que ocurriría algo así, una pandemia que amenaza justamente al grupo de personas con el que trabajamos: los ancianos. Nadie nos hubiese podido preparar para esta situación tan extraordinaria”, cuenta Dennys Meléndez.

Dennys tiene 21 años y trabaja en uno de los dos asilos de ancianos del grupo “Pro Senioren”, en los que se repartieron los 18 salvadoreños.

En los asilos donde están los salvadoreños aún no se reporta ningún caso de COVID – 19, según Katrin Eschenweck, encargada del personal de asilos.

“Sin embargo la pandemia del COVID-19 ha cambiado notoriamente nuestro rutina. Y a pesar de esos cambios aún sigue existiendo incertidumbre sobre las medidas tomadas, cada día tenemos que reprogramarnos de acuerdo a las nuevas informaciones e investigaciones que nos llegan. Ahora, claro que existen medidas más estrictas de higiene y seguridad en los asilos. Una consecuencia de esto es que desafortunadamente nuestros residentes tienen prohibido recibir visitas. Los jóvenes aprendices son de gran ayuda en este punto, no solo por su empatía con los residentes, sino también por su edad. Por ejemplo ayudan a organizar llamadas de Skype para los residentes y sus familiares. Pero en general su trabajo es desde ya indispensable para nosotros”, dijo.

Lejos, en otro país 

Los enfermeros y enfermeras, tienen entre 18 y 25 años, tienen cinco meses de estar en Berlín y para varios de ellos es la primera experiencia en el extranjero e incluso el primer vuelo en su vida, según comentaron DW. Nadie se imaginaba que en los meses siguientes surgiría la pandemia del coronavirus y que ellos se convertirían en “héroes de Alemania” puesto que sus cuidados son vitales para la salud de los adultos mayores que cuidan, sobre todo teniendo en cuenta que es el grupo más vulnerable ante la actual pandemia.

Alejandra Nayara, de 20 años, asegura que cuando llegó a la fría ciudad decidió no salir en época de invierno, sino hasta primavera, pero ahora ha decidido quedarse en casa en su tiempo libre porque uno de sus mayores miedos es contraer el virus y transmitirlo en su lugar de trabajo.

“La responsabilidad que tenemos ahora es aún mayor. En el asilo todo es desinfectado cada 15 minutos, manillas de las puertas, mesas, sillas, todo. Nosotros solo podemos trabajar con mascarillas y guantes. Pero esta nueva situación es particularmente difícil para los ancianos, a quienes ni siquiera se les permite ver a su familia. Si al final de la jornada noto que cada uno de ellos sonrió al menos una vez durante el día, me voy contenta a casa. Esa es nuestra misión ahora mismo: mantener la calma”, dice Alejandra.

Ella asegura que extraña a su familia y le preocupa la situación económica de El Salvador cuando la crisis termine, pero también está consciente de la responsabilidad que tiene con los ancianos que cuida.

“A veces pienso que tendría que ir a casa para ver cómo está mi familia. Pero también sé que aquí me necesitan en el asilo y ya me he encariñado con varios de los residentes, no puedo dejarlos solos”, comenta.

Para Helmut Riethmüller, lo más preciado de los jóvenes salvadoreños es su fuerte empatía con los residentes de los hogares de ancianos.

“El potencial en América Latina todavía es muy poco conocido en Alemania. Hay muchas personas jóvenes y motivadas en la región que a menudo tienen afinidad con Europa, tienen una cultura muy similar y simpatía que es correspondida aquí. La crisis actual nos demuestra una vez más que se necesitan enfermeras y enfermeros más que nunca. Sin estos héroes del trabajo, ni un asilo de anciano ni un hospital podrían funcionar”, manifestó.

Para octubre de este año se espera que 20 enfermeros y enfermeras lleguen a Berlín, desde ya este segundo grupo está contratado en los mismo asilos de ancianos.

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