Al caer la tarde, La Paz se sentó a esperar. En las calles circulaban pocos coches; en las casillas ya cerradas, un puñado de ciudadanos habilitados para ello contaba votos y tomaba fotos del cómputo que revelará quién será el próximo presidente de Bolivia.
El padrón electoral fue de unos 7,3 millones de electores. En el país el voto es obligatorio y en el exterior es voluntario.
La jornada del domingo se desarrolló con tranquilidad. En ésta, el presidente Evo Morales puso a prueba su futuro político con la popularidad mermada tras casi 14 años en el poder.
El mandatario de 59 años aspira a su cuarto mandato al frente de su partido Movimiento al Socialismo (MAS), pero llega desgastado por escándalos de corrupción y por haber desconocido el resultado de un referendo en 2016 en el que el público rechazó que volviera a intentar ser reelegido.
El gobernante se declaró optimista al votar en la región cocalera del Chapare, su bastión en el centro de Bolivia. Los analistas dicen que puede dar la sorpresa a pesar de su caída en las preferencias de los habitantes. Tras el cierre de las urnas, el mandatario volvió a La Paz y junto con sus ministros esperaba resultados en su residencia oficial.
Su rival más cercano, el expresidente Carlos Mesa, de la alianza centrista Comunidad Ciudadana (CC), se declaró escéptico sobre la imparcialidad del Tribunal Supremo Electoral.
No confío en la transparencia del proceso. Lamentablemente nuestra desconfianza es alta, declaró a los medios tras sufragar.
Las primeras casillas cerraron a las cuatro de la tarde luego de ocho horas de estar abiertas, según ordena la normativa electoral.
La marcada polarización en torno a la figura de Morales podía percibirse en las mesas de votación, lo que ha puesto en el centro de atención al tribunal electoral, cuestionado por la oposición por una aparente complacencia con el oficialismo. No obstante, observadores internacionales y autoridades electorales destacaron el comportamiento pacífico de la población.
Las encuestas preelectorales proyectan como favorito a Morales para ganar en primera vuelta; Mesa llegaría como favorito a una eventual segunda vuelta ante la posibilidad de que se una el voto opositor.
El gobierno de Colombia activó una consulta el domingo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que esa instancia precise si el derecho de un Presidente a ser reelegido en forma indefinida constituye un derecho humano protegido por la Convención Americana, según un comunicado de la cancillería de ese país.
Luego de que perdió el referendo en el que el público dijo no a una tercera reelección prohibida por la Constitución en 2016, Morales logró que el Tribunal Constitucional de su país avalara su postulación.
En los comicios bolivianos también se renovará la Asamblea Legislativa de 130 diputados y 36 senadores. De acuerdo con las proyecciones, el gobernante podría perder los dos tercios del voto que tiene actualmente.
El Tribunal Supremo Electoral debe entregar resultados finales en siete días, pero el domingo dará a conocer conteos rápidos preliminares.
En caso de segunda vuelta entre los dos que hayan recibido más sufragios, ésta se celebrará en diciembre en fecha aún por definir.
Un total de 238 observadores internacionales, la mayoría de la Organización de los Estados Americanos, vigilan los comicios.