La Policía vuelve a reprimir a los manifestantes que salieron a las calles de Hong Kong

Los manifestantes piden al Ejecutivo que retiren por completo el proyecto de ley de extradición -hasta ahora suspendido-, lleve a cabo una investigación independiente sobre el excesivo uso de la fuerza por parte de la Policía así como reformas democráticas.

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Los enfrentamientos entre policías y activistas dejaron 44 detenidos el domingo. Foto / AFP

Por Agencias

2019-08-04 5:39:35

La Policía volvió a reprimir a los manifestantes que salieron de nuevo este domingo a las calles de Hong Kong para protestar, en dos escenarios diferentes, contra el Gobierno local y reclamar reformas democráticas.

Alrededor de las 19.00 hora local (11:00 GMT) los manifestantes se dispersaron por su propio pie tras lanzar huevos a la fachada de una comisaria situada en la bahía de Tseung Kwan O, escenario de la primera marcha, pero apenas unos minutos después los agentes comenzaron a lanzar gas lacrimógeno a quienes se habían reunido en algunas zonas de la isla de Hong Kong.

Precisamente allí está situada la Oficina de Enlace -órgano oficial que representa a Pekín- que las fuerzas de seguridad trataron de salvaguardar a toda costa.

Los manifestantes intentaron llegar a la Oficina, custodiada por enormes barricadas, pero se quedaron a unos 200 metros y muchos decidieron dar la vuelta para evitar ser arrestados.

La zona que rodea el complejo fue escenario de los enfrentamientos entre policías y activistas que el domingo pasado dejó 44 detenidos, a los que se suman los más de veinte que se produjeron en la madrugada del sábado por “reunión ilegal” y “provocar altercados”.

Pasadas las 20:00 (12:00 GMT), algunos manifestantes levantaron barricadas en Hennessy Road obligando a los autobuses a buscar una ruta alternativa para completar sus trayectos, y otros ocupaban calles en varios distritos llamando a la huelga general convocada para este lunes.

La jornada de protestas comenzó a las 14:30 hora local (06.30 GMT), cuando una multitud -150.000 personas, según los organizadores- recorrió un kilómetro y medio de distancia cantando consignas como “En Hong Kong no hay alborotadores, solo una tiranía”.

Las manifestaciones comenzaron a principios de junio en Hong Kong contra una controvertida propuesta de ley de extradición. Foto / AFP

En esta primera marcha, algunos manifestantes arrojaron huevos e hicieron pintadas en la fachada de una comisaría local provocando la llegada de policías antidisturbios, un escenario que se viene repitiendo con cada vez más frecuencia desde que la controvertida propuesta de ley de extradición del Gobierno local sumió a Hong Kong en una crisis política sin precedentes.

Alrededor de las 17.00 (9:00 GMT), en el otro lado del puerto de la Victoria, cientos de personas se reunieron en el Parque de la Bahía de Belcher convocados por los residentes locales.

Frente a uno de los escenarios que montaron los manifestantes podía leerse una gran pancarta con ocho caracteres chinos que decían así: “Nos hacemos cargo de Hong Kong mañana”.

Los manifestantes piden al Ejecutivo local que retiren por completo el proyecto de ley de extradición -hasta ahora suspendido-, lleve a cabo una investigación independiente sobre el excesivo uso de la fuerza por parte de la Policía así como reformas democráticas.

También piden la liberación de los detenidos, especialmente desde que la Policía acusase formalmente a 44 personas de revuelta, delito penado con entre 5 y 10 años de prisión, aunque todos menos uno -que no compareció- están ahora libertad bajo fianza hasta la próxima vista, prevista para el 25 de septiembre.

Las manifestaciones comenzaron a principios de junio en Hong Kong contra una controvertida propuesta de ley de extradición y han derivado hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad, cuya soberanía recuperó China en 1997 con el compromiso de mantener hasta 2047 las estructuras establecidas por los británicos.

A pesar de que la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, dio por “muerto” el proyecto, los manifestantes no se dieron por satisfechos y han seguido inundando las calles de la ciudad durante semanas.