En su desesperación por no cumplir su condena el joven Robert Berger, de 25 años, optó por fingir su muerte, pero el acta de defunción falsa que presentó su abogado lo delató.
Fuentes fiscales informaron que un error ortográfico en el documento fue la pista para investigar y dar con el fraude.
“Nunca dejará de sorprenderme lo lejos que algunas personas pueden ir para evitar rendir cuentas por cargos penales”, señaló la fiscal Madeline Singas.
Berger ahora podría enfrentar hasta cuatro años de cárcel por intentar burlar a las autoridades. Eso es adicional a las condenas pendientes por declaratorias de culpabilidad anteriores por cargos de posesión de un vehículo Lexus robado e intento de hurto de un camión, el castigo que los fiscales dijeron que buscaba evitar, informó la agencia AP.
Durante la audiencia el hombre negó el hecho. El juez le impuso una fianza de un dólar y ordenó que el hombre regresará a la cárcel por los casos subyacentes.
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Se dejó un mensaje en busca de comentarios con un defensor público que tomó el caso de Berger luego de que el abogado que entregó el acta de defunción falsa afirmó que había sido utilizado como peón y no tenía nada que ver con la presunta jugarreta.
El hombre ya enfrentaba un expediente por el delito de robo y cuando fue sentenciado a un año de prisión huyó del estado y fue en ese momento que decidió convencer a su abogado de presentar la falsa documentación de su suicidio.
El supuesto certificado de defunción de Berger parecía un documento oficial emitido por el Departamento de Salud, Estadísticas Vitales y Registro de Nueva Jersey. Sin embargo, se supo de la falsedad del documento porque había un error ortográfico notorio en la palabra “Registro” en inglés que estaba escrita como “Regsitry” en lugar de “Registry”.
Además, las fuentes explicaron que hubo inconsistencias en el tipo y en el tamaño de fuente que levantaron sospechas.
El verdadero Departamento de Salud, Estadísticas Vitales y Registro de Nueva Jersey confirmó que el acta de defunción de Berger era falso, añadieron los fiscales.
Berger estaba vivo, pero no del todo bien. Mientras se suponía que estaba muerto, estuvo detenido en un suburbio de Filadelfia bajo cargos que incluían acusaciones de que entregó un documento de identidad falso a las autoridades y robó a una universidad católica.
En enero fue sentenciado a hasta un año en prisión, de acuerdo con los registros judiciales de Pensilvania, según AP.