Aunque “triste y enfadada”, la adolescente Greta Thunberg impactó este lunes en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos, para recriminar a los jefes de Estado y gobernantes del mundo su inacción para revertir la crisis climática y para decirles que los jóvenes sí van a actuar.
La chica de 16 años, de origen sueco y líder del movimiento juvenil contra la crisis climática, se ha convertido en un referente internacional, pues desde hace un año comenzó a faltar los viernes a la escuela para protestar frente al Parlamento de su país para exigir medidas contra el cambio climático.
Greta que alzó su voz este lunes en la cumbre de la ONU desembarcó en Nueva York entre vítores de apoyo y aplausos de otros activistas el pasado el pasado 28 de agosto.
Llegó a la ciudad de los rascacielos después de dos semanas de travesía por el océano Atlántico a bordo de un velero que no se propulsaba con combustibles fósiles y, desde entonces, su mensaje no ha dejado de crecer y atraer adeptos, tanto en Nueva York y Washington como en todo el planeta, como se pudo ver el pasado viernes en la huelga mundial por el clima que movilizó a millones de jóvenes.
Su primera órbita aproximándose a la sede de Naciones Unidas ocurrió el 30 de agosto cuando se unió a las protestas de los “Viernes para el Futuro” que la norteamericana Alexandria Villaseñor había empezado frente a la sede de la ONU en Nueva York.
Rozó tímidamente la ONU una vez más, en una protesta al viernes siguiente, antes de desembarcar en Washington donde también sirvió de polo de atracción del activismo climático de los jóvenes, protestó ante la Casa Blanca y sacó los colores a los miembros del Congreso de Estados Unidos, criticando una vez más la falta de acción de los políticos.
Su última aproximación a las Naciones Unidas, antes del discurso de este lunes, ocurrió el sábado en el marco de la reunión del Clima de los jóvenes en el que se limitó a decir que la jornada de protestas contra el calentamiento global del viernes, que convocó a millones de estudiantes, demostraban que los jóvenes están unidos y son “imparables”.
De esa manera, este lunes se presentó a la cumbre de la ONU. Luciendo su cabello con una trenza y vistiendo una blusa rosa, Greta arrancó con un discurso que no dejó indiferente a nadie.