Tres personas murieron, al menos una de ellas degollada, este jueves en un ataque con cuchillo en una iglesia en pleno corazón de Niza, en el sureste de Francia, sacudida nuevamente tras la decapitación de un profesor a manos de un islamista hace dos semanas.
Dos de las víctimas son una mujer y un hombre que fueron asesinados dentro de la basílica.
La mujer, una anciana de 70 años, fue degollada dentro del templo por el atacante mientras estaba rezando. El sujeto intentó decapitarla.
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El hombre, de 45 años, era el sacristán de la basílica. Frente a la Basílica de Notre-Dame, lloraba una pariente del sacristán víctima del ataque.
La tercera víctima, una mujer, de aproximadamente 40 años, fue gravemente herida ylogró huir a un bar vecino, pero murió poco después, indicaron a la AFP fuentes policiales.
“Digan a mis hijos que los amo”, logró decir a los socorristas antes de fallecer, según testimonios difundidos por la cadena BFMTV.
Lo que se sabe del atacante
El atacante gritó varias veces “Alá Akbar” (Alá es el más grande), indicaron varias fuentes próximas a la investigación.
Momentos después del ataque, el sujeto fue herido por disparos durante la intervención policial y llevado al hospital.
Franck Hembert, que se encontraba a unos metros de la iglesia declaró al diario local Nice Matin que vio cuando el atacante salió huyendo de la iglesia, pero atrapado por los agentes policiales.
“Vi a un tipo salir corriendo de la iglesia como un loco. En treinta segundos, entre cuatro y seis policías de la ciudad lo persiguieron. No puedo describírselo con precisión, fue muy rápido”, dijo el hombre.
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“Se escapó, con la policía detrás de él, hacia un lado de la iglesia. Hay un jardín detrás. Entró. Escuché claramente al menos cuatro disparos. Eran entre las 9:10 y las 9:15. Me escondí”, relató.
El hombre sospechoso de haber matado con arma blanca a las tres personas es un tunecino de 21 años, llegado a Europa a través de la isla italiana de Lampedusa en septiembre, según fuentes informadas.
El joven, que estaba en Francia desde comienzos de octubre, fue identificado por la fuente como Brahim Aoussaoui.
Había llegado a fines de septiembre a Lampedusa y colocado en cuarentena, antes de de ser sometido a la obligación de dejar el territorio italiano.