En la madrugada del viernes (hora de Washington DC), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que él y su esposa Melania tienen COVID-19.
“Esta noche, la primera dama de Estados Unidos y yo dimos positivo en el examen de COVID-19. Empezaremos nuestra cuarentena y el proceso de recuperación inmediatamente. ¡Saldremos de esta JUNTOS!”, publicó el mandatario estadounidense en su cuenta de Twitter.
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Esta noticia llega poco después de que se supiera que Hope Hicks, una de las principales asesoras del presidente, diera positivo en su prueba. Ella viajó varias veces en el Air Force One, el avión presidencial, durante la semana, según reportes periodísticos.
Esta noticia pone al país en incertidumbre, pues las elecciones son en 31 días y el presidente deberá guardar cuarentena, algo que golpea el esfuerzo proselitista en la recta final de su campaña.
Pese a afirmar que está “bien” y que cumplirá sus “funciones sin interrupción” durante el aislamiento en la Casa Blanca, tuvo que cancelar una visita a Florida, un estado de fuerte contienda electoral que puede definir al ganador de los comicios.
Un memorándum del doctor Sean Conley, médico personal del mandatario indica que el “esta noche recibí confirmación de que el presidente y la primera dama han dado positivo en su prueba del virus SARS-CoV-2. El presidente y la primera dama están bien en este momento y planean mantenerse dentro de la Casa Blanca durante su convalescencia”.
Asimismo, Conley manifiesta que “el equipo médico de la Casa Blanca y yo nos mantendremos vigilantes y aprecio el apoyo dado por algunos de los más grandes profesionales e instituciones de la medicina. Den por hecho que yo espero que el presidente continúe desempeñando sus funciones sin interrupción durante su recuperación y les mantendré informados de cualquier eventualidad”.
De escéptico a contagiado
Curiosamente, el presidente Trump le ha restado importancia a la pandemia y ha sido reacio a llamar al pueblo estadounidense a usar mascarilla o decretar la obligatoriedad de esta. De hecho, en entrevistas con el veterano periodista Bob Woodward, el mandatario admitió que sabía lo riesgoso del COVID-19 y aún así no le dio la alarma debida al tema.
En el primer debate presidencial, celebrado la noche del martes, incluso se burló de su rival, Joe Biden, diciendo que a donde quiera que este va lleva “la mascarilla más grande que he visto”. El mandatario ha tomado como una de sus principales líneas de campaña el burlarse de la edad de su rival, 77 años, y pintarlo como un hombre débil.
Biden le desea a Trump y a la primera dama, Melania, una “pronta recuperación”