Syed Irtiza Hasan y su familia en el crucero Zaandam. ?Foto Facebook.
“A pesar de las confirmaciones previas de que los huéspedes podían desembarcar en Punta Arenas para tomar vuelos, no se nos permitió hacerlo”, dijo Holland America, del grupo Carnival.
Luego, “Chile cerró todas las fronteras durante 14 días y escuchamos que un barco que logró atracar en Punta Arenas fue recibido por los lugareños arrojando piedras”, cuentan en Facebook Dimiti y Neil Bate, una pareja de Australia que viaja a bordo.
En medio de la crisis sanitaria mundial, la tripulación detectó pasajeros enfermos con síntomas gripales, pero “como es temporada de gripe y las pruebas COVID-19 no están disponibles a bordo, en este momento es difícil determinar la causa de estos numerosos casos”, indicó la línea.
El domingo la compañía reportaba 42 personas enfermas.
“Son tiempos de pruebas. No nos olviden”, pidieron los Bate. Entre los turistas figuran unos 105 franceses, según fuentes consulares en Santiago.
Aire puro, pero en tierra firme
Como señala la pareja australiana, en varios pueblos remotos del sur chileno los locales organizaron protestas, en algunos casos con episodios de violencia, para que no descendieran pasajeros de estos cruceros de lujo que a través de fiordos cruzan pequeñas caletas de pescadores hasta llegar a zonas de paisajes patagónicos.
Stan Ridgewell es otro de los veteranos pasajeros a bordo que recurrió a las redes para expresar su esperanza: “Subí mi asiento para tener vista desde mi habitación, pronto aire fresco, pero por favor que sea saludable”, escribió acompañando con una foto suya pegado a una ventana.
Gurvan Le Pavec, un francés que dijo ser hijo de una pareja de cruceristas y se puso en contacto con la AFP, explicó que la “situación empeoró en el barco”.
“Se sospecha de un primer caso de coronavirus y eso llevó a confinar a todos los pasajeros en las cabinas, siendo el único contacto (con el exterior) las comidas que les colocan ante la puerta”.
La compañía de crucero indicó que “nadie ha estado fuera del barco desde el 14 de marzo en Punta Arenas”.
Un puerto, por favor
Tras el rechazo en Punta Arenas, el Zaandam navegó al puerto de Valparaíso, donde permaneció anclado del 20 al 21 de marzo tomando provisiones, combustible y medicamentos para los enfermos.
Chile había cerrado ya sus fronteras por aire, mar y tierra el 18 de marzo.
Así, el barco partió hacia el norte y este martes navegaba frente a Perú, donde no le permitirán atracar porque “buques con personas con epidemias o enfermedades infecciosas no pueden llegar”, según dijeron bajo condición de anonimato fuentes oficiales en Lima.
“Ya se prohibió el ingreso de otros dos cruceros” desde el cierre de fronteras en Perú el 17 de marzo, agregaron.
La empresa indicó que su “intención es proceder a Fort Lauderdale, Florida, para llegar el 30 de marzo”. “Todavía estamos trabajando para asegurar una reserva para transitar por el Canal de Panamá” y revisando “opciones alternativas”, apuntó.
El contraalmirante Yerko Marcic, jefe de la defensa nacional chilena en la Marina de Valparaíso, dijo en rueda de prensa el martes que el Zaandam no atracó allí porque “el país ya se encontraba con sus fronteras marítimas, terrestre y aéreas cerradas para personas extranjeras”.
Pero agregó que desembarcaron ocho chilenos y dos franceses “por razones humanitarias”, pues “tenían una enfermedad crónica de alto riesgo y sus medicamentos no iban a alcanzar”.
Según la trayectoria publicada por la página web de rastreo CruiseMapper, el Zaandam debería pasar por los puertos de Salaverry (Perú), Manta (Ecuador), el Canal de Panamá, Oranjestad (Aruba) y Half Moon Cay (Bahamas) antes de llegar a Ft. Lauderdale.