Aiden Leos, de seis años murió el 21 de mayo, tras recibir un disparo en el abdomen durante un hecho de intolerancia al volante ocurrido en el Sur de California el cual ha causado gran conmoción.
El pasado miércoles, a una semana de que fueran presentados los cargos contra Marcus Anthony Eriz, de 24 años, y su novia Wynne Lee, de 23, presuntos responsables de la muerte del niño, la Oficina del Fiscal del Condado de Orange, dio a conocer nuevos detalles sobre este caso.
Leos se conducía con su madre por la carretera 55 Freeway cuando recibió un tiro en el abdomen. Tras la lesión el niño murió cuando era atendido en un hospital.
Según las investigaciones, Lee conducía la camioneta desde la que Eriz se habría encargado de disparar el arma que acabó con la vida de Aiden.
El 21 de mayo Joanna Cloonan llevaba a su hijo al colegio a eso de las ocho de la mañana cuando un Volkswagen Golf, en el que se conducían Eriz y Lee, se le atravesó.
Lee estaba atrás del Chevrolet Sonic de Cloona cuando de pronto aceleró a gran velocidad y se ubicó a la par de la mujer a quien, según la fuente fiscal, hizo una señal de paz. "Wynne Lee le indicó al vehículo de la víctima un 'signo de paz' con su mano y continuó conduciendo", dijo la Fiscalía.
Más adelante Cloonan nuevamente se encontró con ellos y "enojada" por lo que había ocurrido, al pasar frente Eriz y Lee les hizo seña con el dedo medio cuando intentaba cruzar a la autopista 91 hacia Riverside.
"Luego escuchó un fuerte golpe en la parte trasera de su vehículo y escuchó a su pequeño en el asiento trasero decir: '¡Ay!'", agregó la Ficalía.
Anthony Eriz enfrenta cargos por asesinato y uso de un arma de fuego. Los fiscales han pedido aumentar la fianza en su contra de 1 millón de dólares a 2 millones, y de ser encontrado culpable podría enfrentar una condena a cadena perpetua. En tanto, Wynne Lee, es acusada por un delito grave de complicidad y por un delito leve por portar una arma oculta en su vehículo, la fianza ha sido fijada en $500,000, y podría ser condenada a cuatro años de cárcel.
Tras un allanamiento en la casa de los acusados, la Policía encontró el arma que presuntamente fue usada en el crimen.