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Las urnas permanecerán abiertas en las ciudades que tienen husos horarios diferentes a los de las regiones sur, noreste y sureste del país, que concentran a la mayor parte de la población.
El estado de Acre, en el oeste de Brasil y fronterizo con Bolivia, será el último en que cierren los colegios debido a que tiene dos horas de diferencia con respecto a Brasilia
La jornada electoral, que ha durado nueve horas, transcurrió con normalidad y sólo tuvo algunos incidentes aislados.
Según el Tribunal Superior Electoral (TSE), hasta las 15.50 hora local (18.50 GMT) se habían registrado 299 crímenes electorales en todo el país, que concluyeron con 132 personas detenidas, en su mayoría por hacer proselitismo político cerca de los colegios electorales.
El tribunal también informó de que hasta las 15.48 hora local (18.48 GMT), es decir poco más de una hora antes del cierre de la mayoría de los colegios electorales, había sustituido 3.841 urnas electrónicas que registraron fallas, que corresponden tan sólo al 0,74 % de los 454.494 artefactos instalados en todo el país, y que tan sólo en tres colegios fue necesario recurrir al tradicional voto en papel.
La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, jefa de la misión de observación electoral enviada por de la OEA en Brasil, afirmó que los comicios transcurrieron con total “normalidad” y sin incidentes.
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Militares a un paso del poder en Brasil, por vía electoral
Por primera vez en tres décadas, los militares pueden volver a tener los resortes del poder en Brasil. Esta vez por vía electoral, con un clamor por el retorno del "orden" en una democracia erosionada por la corrupción, la crisis económica y la inseguridad.
Las elecciones de este año, las más imprevisibles desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de polarización entre Haddad, sucesor del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la disputa electoral, y Bolsonaro, quien fue acuchillado durante un mitin en septiembre.
Según las últimas encuestas, difundidas este sábado, Bolsonaro, un polémico candidato por su defensa de la dictadura militar (1964-1985) y por sus declaraciones de tiente machista, racista y homófoba, tiene una clara ventaja y sería elegido presidente con una votación que oscilará entre el 54 % y el 56,8 %.
Sin embargo, los mismos sondeos han mostrado en las últimas dos semanas un crecimiento sostenido de las posibilidades del sucesor de Lula como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y a quien los sondeos le atribuían una intención de voto que varía entre 46 % y 43 %, frente al 41 % que tenía la semana pasada.
Mientras que Bolsonaro se manifestó seguro de su victoria al votar este domingo, Haddad dijo que aún confía en una remontada frente al favorito.
El desafío
En una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos, que han estado marcadas por un clima de descontento por la crisis económica y un hastío con la mayor parte de la clase política luego de la revelación de un enorme esquema de corrupción, los brasileños decidían el domingo quien presidirá el país por los próximos cuatro años.
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La mayor parte de las casillas cerraron a las cinco de la tarde. Sólo un estado al norte continuaba recibiendo votos por la diferencia horaria. Poco antes del cierre, el presidente Michel Temer dijo que su gobierno estaba listo para entregar el poder a quien resultara elegido durante la jornada. El mandatario votó en Sao Paulo y aseguró que la transición empezaría uno o dos días después y que esperaba que ocurriera con calma y tranquilidad.
Jair Bolsonaro, un exmilitar de extrema derecha –que se describe como un salvador de la patriay que prometió sacar a Brasil de una debacle moral, política y económica– es el favorito para ganar la segunda vuelta de los comicios presidenciales. Las encuestas más recientes lo colocaron 12 puntos por encima de su contrincante Fernando Haddad, candidato del izquierdista
Partido de los Trabajadores
Sin embargo, Haddad y los seguidores de la izquierda confían en una sorpresiva remontada, alentados por los pronunciamientos de apoyo de algunas personalidades en las últimas horas –incluido el exmagistrado de la Corte Suprema, Joaquim Barbosa– y por la tendencia de crecimiento que mostró su candidatura en los últimos días.
Es difícil que se dé vuelta, pero en los últimos días empecé a tener un poco de esperanza. Nunca voté por el PT pero esta vez no tuve opción; Bolsonaro es un monstruoâ€?, dijo Luiz André Alvin, de 46 años y quien trabaja como cocinero.
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Brasil elige presidente con Jair Bolsonaro como favorito
Los brasileños deciden el domingo si durante los próximos cuatro años serán gobernados por el derechista Jair Bolsonaro, quien lidera los sondeos, o por el izquierdista Fernando Haddad, que trata de impedir la victoria de un defensor de la dictadura militar (1964-85).
Ambos candidatos votaron temprano. Bolsonaro, rodeado de agentes de seguridad, no hizo declaraciones. En tanto, Haddad comentó: Confío en que podemos ganar. Hay muchas voces democráticas que pudiendo callarnos, han hablado a favor nuestro?.
Muchos brasileños llegaron a los centros de votación desde que abrieron, divididos entre la expectativa de un cambio político para el país después de cuatro elecciones ganadas por el PT y el miedo por lo que podría ser un gobierno autoritario en caso de que triunfe Bolsonaro.
Sin embargo, a los seguidores de Haddad y de Bolsonaro los une la misma preocupación: ¿Cómo van a superar el clima de confrontación y de polarización después de los comicios?
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Hubo varias peleas en mi familia. Mis dos tíos ya no se hablan porque uno votará por Bolsonaro y otro a favor de Haddad. Yo tengo varios amigos que me dejaron de hablar porque apoyo a Bolsonaro, es una locura, dijo Alex Santiago Da Silva, de 30 años.
Da Silva, quien es un administrador y que votó por Bolsonaro, está confiado en que festejará esta noche. Espera que el país vuelva a unirse con un gobierno que traiga beneficios para todos, pero cree que el proceso tomará varios años.
El deseo de un cambio radical entre muchos brasileños luego de años de turbulencia política ha atizado el aumento de popularidad de Bolsonaro, que según sus simpatizantes combatirá la corrupción si resulta elegido, pero sus oponentes advierten que es una amenaza para una de las democracias más grandes del mundo.
El candidato del Partido Social Liberal –un nostálgico de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985– prometió una limpieza nunca vista en la historia de Brasil y aseguró que va a eliminar del mapa a los delincuentes rojos?, en referencia a la izquierda, si gana los comicios.
La división política ha generado discusiones y conflictos en muchas familias y grupos de amigos donde la polarización también se instaló.
Laura Amaral, de 29 años y quien es biomédica, apoya a Haddad y señaló que en las comidas familiares acordó no hablar más de política con sus padres, quienes apoyan a Bolsonaro. Respeto la posición de ellos, los voy a seguir amando, pero coincidimos en que era más saludable no tocar más la política?, comentó.
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Temores por el futuro de la Amazonía con Bolsonaro en Brasil
Los ambientalistas temen que la Amazonía, el "pulmón del planeta", sea sacrificada a los intereses de los lobbies de la agroindustria si el candidato derechista Jair Bolsonaro llega al poder en Brasil
Para Amaral, la división de Brasil será un escollo difícil de dejar atrás rápidamente, independientemente del resultado. Va a ser fea la situación. Y para cualquiera de los dos lados gobernar será difícil porque hay una fuerte oposición, aunque creo que Haddad se moderaría más hacia el centro y facilitaría las cosas.
“Si tienes tres crisis ocurriendo al mismo tiempo –económica, política y moral, y de alguna manera ética– pienso que se crea un escenario perfecto para los candidatos radicales, autoritarios y ajenos a la política”, explicó Oliver Stuenkel, profesor adjunto de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo.
“No sería extraño que nos tocara ver la erosión de la democracia en Brasil. Ya la estamos viendo”, puntualizó.