Tacuazines, una de las especies que más muere arrollada sobre la Troncal del Norte

El estudio hecho por el biólogo René Fuentes, en el sector de Tonacatepeque, enumera los tipos y cantidades de animales muertos, por ejemplo culebras, gatos y serpientes.

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El estudio contabilizó diez tacuazines muertos en carretera, en el periodo entre marzo y septiembre del año pasado. Foto EDH

Por Susana Joma

2021-06-19 9:30:31

Los efectos de la urbanización pesan cada día más sobre la fauna. Un estudio del biólogo René Fuentes Morán mostró cómo la población de distintas especies, incluso domésticas, se reduce debido a que mueren en las carreteras tras ser golpeadas o aplastadas por vehículos.

El escrito, denominado Impacto de la pandemia COVID-19 en la vida silvestre de Tonacatepeque, municipio de San Salvador, se dio a conocer en coincidencia con el Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemoró el 5 de junio pasado.

Fuentes Morán, quien entre marzo y septiembre del 2020 hizo un monitoreo sobre fauna atropellada, desde el desvío de la Troncal del Norte hasta ese municipio, identificó que los grupos de animales que más murieron fueron mamíferos (18 ejemplares), seguidos de reptiles (13), luego aves, anfibios e insectos.

Tonacatepeque, municipio del departamento de San Salvador, no está tan urbanizado, aunque sí los vecinos Apopa, Ciudad Delgado o Ilopango, describe el informe.

El estudio, que se llevó a cabo en plena pandemia, mostró como los tacuazines (Didelphis marsupiales) encabezan la lista con 10 ejemplares impactados en ese periodo, seguidos del gato doméstico (Felis catus), la serpiente alacranera, la mazacuata (Boa constrictor), los perros, el falso coral (Lampropeltis triangulum syspila), el sapo común (Bufo bufo), conejos de monte (Sylvidagus floridanus), gallinas, talapos (Momotus momota), entre otros.

Cuzuco (Dasypus novemcinctus) atropellado en carretera hacia Tonacatepeque.

A criterio del biólogo, la mayor muerte de tacuazines puede estar relacionada con el hecho de que en la zona hay lugares habitacionales, en donde hay presencia de aves de corral, que son parte de la dieta de estos animales y ellos cruzan para buscarlas.

El profesional, quien es docente de la Escuela de Biología de la Universidad de El Salvador (UES), expuso que entre marzo, abril y mayo, cuando el Viceministerio de Transporte (VMT) puso restricción de circulación al transporte colectivo, la cantidad de animales atropellados en ese tramo de aproximadamente siete kilómetros fue casi nula. En abril solo fue reportado un tacuazín atropellado.

En algunos países, existen pasos subterráneos o pasos de nivel que guían a la fauna local con vegetación para reducir las cifras de animales atropellados en su territorio. Video de uso ilustrativo, no comercial. YouTube, Mundo Interesante. https://www.youtube.com/watch?v=gXpc3tnTbi0

La cifra de especies atropelladas comenzó a subir en junio, cuando encontró 5 animales muertos sobre la mencionada vía, tal es el caso de una serpiente, un tacuazín, un sapo común, un talapo y una especie no determinada que ya estaba en mal estado.

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“El mes de agosto ya presentó un repunte importante de animales atropellados (10), coincidiendo este comportamiento con el aumento de la circulación de los vehículos del transporte colectivo, los cuales fueron autorizados para hacer su recorrido desde el municipio hacia San Salvador a partir del 23 de agosto. Dicha autorización incluía microbuses (12) y buses (20) de la ruta 115”, detalló el especialista.

Entre septiembre y octubre, para cuando ya había subido el tráfico de vehículos particulares, la tendencia se mantuvo con incremento de animales atropellados, indica.

El biólogo Fuentes Morán señala que lastimosamente en el país hay poca cultura de protección a los animales y hay casos en que los conductores, la gente en general, incluso tratan de matar tanto a tacuazines como serpientes que llegan a sus casas o se encuentran en la carretera, debido a prejuicios hacia estas especies.

“La gente no les toma importancia (a los animales) porque realmente no saben cuál es el papel que desempeñan dentro de los ecosistemas”, precisa.

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Según detalla, en el caso del tacuazín, la bibliografía indica que puede llegar a comer entre 300 a 500 insectos de diferentes especies en una noche y en ese caso cumplen un papel de controladores biológicos, porque muchos de estos insectos, si no se los comiera, podrían constituir una plaga en los ecosistemas.

El tacuazín, que se puede encontrar distribuido desde México, parte de Colombia y la parte media de la selva amazónica en la región del Brasil, también forma parte de la dieta alimenticia para diversas poblaciones en algunas zonas del país.

De acuerdo con lo que expone posterior a ese monitoreo, hace unos dos meses, en la misma carretera, encontró una zorra gris atropellada: “Es la segunda zorra que encuentro (en esas condiciones)”.

Señala que, contrario a lo que ocurre acá, en países desarrollados como Canadá, Suiza y otras naciones europeas, están haciendo espacios para que los animales pasen por la carretera, como puentes o túneles, con los que se evita atropellarlos.

“Yo soy de la idea que hay que tener mucho cuidado porque no es que ellos estén llegando a nuestra casa, sino que somos nosotros los que hemos invadido el área (natural) de ellos”, advierte.

Fuentes insiste en que es necesario buscar formas de cambiar la mentalidad de los ciudadanos mediante procesos de educación ambiental, porque por ejemplo las serpientes no todas son venenosas y en el país la gente tiene pánico ante cualquier serpiente, a tal punto que las matan al encontrarlas.