La dura lucha de Doña América por encontrar un donante de riñón para su hija en Morazán
América es madre de una paciente renal que, a causa de la pandemia, buscó tratamiento en el sector privado para evitar que su hija adquiriera COVID-19. El desempleo, las complicaciones de la enfermedad, el pago de hemodiálisis y de medicamentos se han convertido en un camino cuesta arriba.
Por Yessica Hompanera
2020-10-04 9:06:08
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Carla fue diagnosticada de insuficiencia renal crónica (IRC) después de los resultados de los exámenes rutinarios en el año 2013. Desde ese entonces su madre ha estado al cuidado de la enfermedad. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Desde el 2013 hasta el 2019 sus riñones funcionaban con normalidad, no fue hasta el 2020 cuando la situación se complicó. América le practica masajes en el rostro para bajar la hinchazón generada por el exceso de agua en su cuerpo. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Una vez a la semana, a las 5:00 de la mañana, madre e hija salen de su vivienda en San Francisco Gotera (Morazán) para viajar hasta una clínica privada en San Miguel donde le realizan hemodiálisis. Les toca pagar la gasolina para que un vehículo las lleve. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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En un principio las hemodiálisis fueron difíciles ya que ninguna de las dos había experimentado un episodio igual. “Al principio no me atrevía a verla”, señala América. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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América se negada a que su hija pasara por ese proceso y trató de buscar otras opciones, pero la enfermedad ya había avanzado. En marzo, cuando ya el país registraba contagios por COVID-19, decidieron tratarla en una clínica privada para evitar enfermarse del virus. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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A la madre no le importó el alto costo de las medicinas, el pago del transporte y las costosas hemodiálisis, ya que salvar la vida de su hija era su prioridad. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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La enfermedad generó un lazo indestructible entre las dos y que día a día se fortalece. El tipo de sangre de América no es compatible con la de su hija por lo que no es una candidata a donar. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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En plena pandemia y en los tratamientos, América fue despedida sin justificación de la alcaldía de El Rosario, en Morazán. Se desempeñaba como secretaria municipal y los ingresos mensuales que utilizaba para el pago de las hemodiálisis se esfumaron. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Para Carla asistir a las hemodiálisis le ayuda a convivir y a fortalecerse con otros pacientes renales que llegan a un clínica privada en San Miguel. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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La vena yugular sirve como conexión entre ella y sangre para su purificación, el cual se realiza de entre dos a tres horas. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Carla se siente feliz cada vez que va a su tratamiento, ya que el trato del personal de salud en la clínica la hace sentirse especial y con mejor ánimo. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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América es amorosa y trata de darle todo el apoyo incondicional que su hija necesita en cada momento. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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América y Carla realizan caminatas con regularidad para despejar la mente del encierro. El área es semirural lo que evita las aglomeraciones y la contaminación del aire. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Carla no cuenta con ningún tipo de empleo. A pesar de sus estudios en gastronomía no ha logrado encontrar un puesto laboral que le permita obtener más ingresos y aportar para los gasto. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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A pesar de todo ella se mantiene con la esperanza de poder salir triunfante de esta prueba. Su mayor sueño es encontrar un donador y despegarse de la máquina de las hemodiálisis. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Es bien cuidadosa de su alimentación y de la cantidad de líquidos que consume. Pone de su parte para mejorarse. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Carla debe de pasar en reposo constante. Sus días se las pasa descansando en la cama cuando no hace calor, pero cuando la temperatura sube pasa a la hamaca donde se siente mas fresco. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Su pasatiempo favorito cuando está en casa es hacer Sudoku del que nunca se aburre. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Su hermana Concepción ha sido su apoyo. Juegan, ven series y bromean cada vez que pueden. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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“Calita”, como le dicen cariñosamente, es una joven inteligente, alegre y entusiasta. Cuando era niña adoraba las clases de matemática. Foto EDH/ Yessica Hompanera