“Te llamarás justiciero, porque este regalo fue obra de la justicia”, don Carmelo recibió un caballo nuevo tras la pérdida de Trencito
Las imágenes de la muerte de Trencito, el compañero fiel de trabajo de Carmelo Moya, conmovieron corazones de personas altruistas que decidieron donarle un caballo más joven. Así fue la reacción de don Carmelo.
Por Yessica Hompanera
2020-11-12 7:15:23
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José Carmen Moya, de 70 años, se dedica a la venta de lácteos en Ahuachapán. En esta foto aparece junto a su caballo Trencito. Foto EDH/ cortesía Andrés Viana
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Trencito pertenecía a su familia desde hace 9 años pero le ayudaba a hacer menos pesado su recorrido de ventas desde hace 3 años. Foto EDH/ cortesía Andrés Viana
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Trencito falleció el miércoles mientras don Carmelo, como es cariñosamente conocido, realizaba su recorrido de venta. Foto EDH/ cortesía Andrés Viana
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A pesar de su desconsuelo, el campesino agradeció al cielo por haber tenido la oportunidad de ser bendecido con un amigo tan leal como lo había sido Trencito. Foto EDH/ cortesía Andrés Viana
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El caballo había muerto de un paro cardíaco; debido a su avanzada edad que le provoca dolor en las piernas don Carmelo pensó que se quedaría sin vender sus lácteos, luego del fallecimiento del caballo. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Gracias a lo viral que se volvió la historia, don Carmelo recibió ese mismo día como regalo otro caballo, con mucha alegría y melancolía. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Su nuevo compañero de trabajo fue bautizado este mismo día como “El Justiciero”. Este fue nombrado así porque dice que este gran regalo fue obra de la “justicia”, ya que decenas de personas se tomaron el tiempo de ayudarle luego de perder a Trencito. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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“Trencito, siempre te voy a tener en mi corazón. Gracias caballito por todo lo que hiciste”, dijo don Carmelo mientras acariciaba su nuevo corcel y recordaba aquel que por 9 años le ayudó a recorrer los pueblos de Ahuachapán. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Cuando tenía a su antiguo caballo salía a recorrer las calles para vender leche y quesos fabricados por él y su esposa Albertina. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Con lágrimas en los ojos, la familia que cuidaba al nuevo caballo, antes de pasar a las manos de Don Carmelo, dijo sentirse feliz porque ahora el animal tendrá otra vida al lado de alguien que lo necesita para trabajar y sobrevivir. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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“Se que va en buenas manos. Nos hemos criado con el caballo, pero lo necesita. Ha estado bastante tiempo en la familia, estaba pequeñito”, señala María P. con nostalgia. Foto EDH/ Yessica Hompanera