“Dicen que este trabajo es para hombres, pero yo les digo que no” Jazmín y Guadalupe, las hermanas zapateras de Sensuntepeque
Lustrar o remendar zapatos es un oficio que en su mayoría lo realizan hombres, pero Jazmín y Guadalupe han demostrado ser buenas en lo que hacen. Sin temor a ensuciarse las manos con pasta de zapatos o añelina, las hermanas ponen en alto el oficio que les heredó su padre.
Por María Navidad
2021-02-21 8:30:44
-
-
Jazmín Hernández tiene como sueño montar una peletería para hacer crecer su taller. “Comencé a trabajar cuando tenía ocho años, mi papá me enseñó a costurar suelas y después a lustrar”, recordó Jazmín. Foto EDH/ María Navidad
-
-
Guadalupe Hernández aprendió a cambiar y costurar suelas desde que tenía 7 años de edad. “Hay trabajos difíciles que a otros zapateros no les gusta hacer, pero mi hermana y yo los hacemos. Aveces le pegan mordidas los chuchos a los zapatos, esos así no cualquiera se los arregla, pero nosotras sí”, contó Guadalupe. Foto EDH/ María Navidad
-
-
El oficio comenzó a sus ocho años con las enseñanzas de su padre, Miguel Hernández, de 54 años, quien también proviene de una familia de zapateros. Foto EDH/ María Navidad
-
-
Ellas aseguran que los 20 años de experiencia no han sido fáciles de construir, pero asegura que su mayor satisfacción es ser reconocida por su buen trabajo.Foto EDH/ María Navidad
-
-
Lustrar o remendar zapatos es un oficio que en su mayoría lo realizan hombres, pero Jazmín y Guadalupe han demostrado ser buenas en lo que hacen. “Dicen que este trabajo es para hombres, pero yo les digo que no. Hay muchos clientes que nos buscan porque dicen que nosotras somos más delicadas para lustrar”, expresó. Foto EDH/ María Navidad
-
-
Jazmín, Guadalupe y su madrastra Vilma Guevara, de 50 años, son las únicas tres mujeres que se dedican a limpiar, lustrar y arreglar zapatos en el municipio. Foto EDH/ María Navidad
-
-
En el taller, las hermanas Hernández cobran $1 por lustrar zapatos o botas y entre $3 y $5 repararlos. Foto EDH/ María Navidad