Comerciantes: reapertura de negocios todavía no ha traído alivio a nuestra economía
A un mes de reabrir sus negocios, comerciantes en el centro de la capital no creen que su economía mejore a corto plazo, es más, presagian que los tiempos se pondrán mucho peor a causa del cierre durante el confinamiento.
Por Jonatan Funes
2020-09-27 9:00:02
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José Gálvez de 63 años es el propietario de Marcos y Molduras, un negocio que nació en 1996 en la 8va avenida norte, en el local 216 en el centro de San Salvador. Se dedica a fabricar marcos, para fotografías, pinturas, diplomas, etc. Galvéz comenta que durante la pandemia perdió un aproximado de $8,000. Tuvo que entregar un local porque ya no tenía dinero para el pago de la renta. Antes de la llegada del COVID-19, tenía dos locales y tres empleados. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Tuvo que entregar un local porque ya no tenía dinero para el pago de la renta. Antes de la llegada del COVID-19, tenía dos locales y tres empleados. Como resultado del declive económico no le quedó de otra que cerrar un negocio y despedir a dos de sus colaboradores. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Jorge Luis Gálvez tiene 25 años y es el único colaborador que sobrevivió en el negocio tras la crisis por la pandemia. Él joven artesano que lleva siete años dedicándose a enmarcar fotos y pinturas. Diariamente produce 12 marcos para cuadros. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Por la mente de Gálvez se le cruzó cerrar su negocio, pero decidió seguir adelante porque “no tenía otra opción”, solo hacer un ajuste a su economía. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Como resultado del declive económico no le quedó de otra que cerrar un negocio y despedir a dos de sus colaboradores. Aseguró que en estos momentos, a pesar de la reapertura económica solo están produciendo en un 50% y que las ventas, de momento, están en un 30 o 40 %. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Elizabeth González, de 37 años de edad, es la encargada de una ferretería que se fundó en 1998 sobre la Primera calle Oriente, local 627, San Salvador. A raíz de las bajas ganancias y debido a la crisis de la pandemia, Elizabeth se las ha ingeniado para poder obtener otros ingresos extras. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Ella comentá que solo de la ferretería y la tienda no lograr sostenerse por lo que buscó trabajo por horas en una pupusería.Foto EDH/ Jonatan Funes
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Elizabeth despacha una gaseosa en su local ferretero, esta es una manera de sobrellevar la crisis económica que la pandemia le dejó. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Ella es una mujer perseverante y optimista ante la vida, es madre de dos niñas. “Vamos a llegar a diciembre y la situación estará peor, lo veo muy duro”, expresó. Foto EDH/ Jonatan Funes
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En el local funciona una minitienda donde se realizan recargas de saldo a celulares y tiene una maquina de coser con la que ofrece el arreglo de alguna prenda de vestir. Señala que este último oficio lo aprendió a través de tutoriales de Youtube. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Detalle del cambio obtenido por las ganancias de la tienda que funciona en el local de la ferretería. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Manuel Antonio Guillen, de 58 años, se dedica a vender espejos desde hace 8 años en el centro de San Salvador y en el barrio San Miguelito. Cada espejo lo vende a $4.50, y con ello obtiene una ganancia de $1.50. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Las ganancias recolectadas en un día son compartidas con su hermano con quien comparte gastos, también, ayuda a su madre que se encuentra enferma en los Estados Unidos. En algunas ocasiones le toca vender golosinas, artículos de limpieza y de belleza. Foto EDH/ Jonatan Funes
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En el edificio Santa Teresa, en el centro de San Salvador, un restaurante se ha sometido a las normas de salubrirdad para prevenir contagio por COVID-19. Ha cerrado algunos accesos del comedor y la única habilitada es la principal. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Ubicado en la 4ta avenida sur y calle Delgado, el negocio de comida a la vista funciona en un 70% de su capacidad, espera que a medida vayan pasando los días recuperar la clientela abundante con la que contaba antes de la pandemia. Foto EDH/ Jonatan Funes
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Antes del COVID-19, se elaboraban postres para que los clientes degustaran después del almuerzo. Sin embargo, con la precariedad de la economía y sus pocos clientes, se dejaron de fabricar. Foto EDH/ Jonatan Funes
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De tener un aproximado de 70 personas durante el almuerzo, ahora solo perciben de 35 a 40. Foto EDH/ Jonatan Funes