La fantasía y la emoción se apoderaron de los salvadoreños que siguen de cerca la participación de Marisela de Montecristo como representante de El Salvador en la competencia Miss Universo 2019.
La salvadoreña usó un atuendo inspirado en la tradicional Fiesta de las Flores y la Palmas de Panchimalco. El autor de la majestuosa pieza es Erick Bendaña, un nicaragüense que contó con la colaboración de Mauro Domínguez, diseñador salvadoreño radicado en Los Ángeles, y un resumen histórico creado por Alejandro Cienfuegos.
La etapa inicial del diseño y confección se realizó en el taller de Bendaña, en Nicaragua, y el traje se terminó de ensamblar en Los Ángeles, antes de que Marisela partiera hacia Tailandia. Un equipo de ocho personas, entre costureros y bordadores, dedicaron más de 250 horas de trabajo a este traje monumental.
El vestido está compuesto en su estructura principal por hojas de palma y siete abanicos adornados con más de 1,400 plumas en cuatro variedades (pavo real blanco, faisán, ganso y gallo), que le dan su grandeza. Cabe resaltar que las plumas son artificiales y se sometieron a un proceso de coloración para llegar a esa tonalidad.
Un leotardo elaborado en malla con aplicaciones de lentejuelas le dieron ese efecto de tatuaje a la piel. El traje también se compone de un taparrabo, un machete y una máscara.
“El vestido en sí pesa un estimado de 30 libras en total; y algo sorprendente es la manera en que Marisela lo supo dominar y manejar. Porque se veía como si no pesara”, afirmó vía telefónica Erick Bendaña, diseñador y director creativo del equipo que elaboró el vestuario de la salvadoreña.
Marisela de Montecristo se roba el show con su “exuberante” traje típico en Miss Universo
La salvadoreña ha generado diversas reacciones, ya que la prenda podría ser de los mejores "atuendos culturales" que ha presentado El Salvador. ¿Qué representa el traje?
Algo curioso fue la forma de transportar el vestido. Los abanicos con las 1,400 plumas se desmontaron y se colocaron en una maleta cilíndrica que ayudó a proteger las piezas para el largo viaje.