A seis meses de la muerte de la actriz Christian Bach, su hijo Sebastián Zurita asegura que aún no ha terminado el luto ni para él ni para su hermano Emiliano y su papá, Humberto.
El joven actor reveló en el programa Ventaneando, que a finales de febrero, él se encontraba en México en pleno rodaje de la serie “El juego de las llaves” cuando le avisaron que la salud de su madre había empeorado. Al enterarse que a ella le quedaba poco tiempo de vida viajó inmediatamente a Los Ángeles, donde ella se encontraba. Al ver el estado de salud de su mamá decidió suspender el rodaje para quedarse con ella.
“Cuando pasó, yo estaba en ‘El juego de las llaves’, a mitad de rodaje. Había ido a Los Ángeles de visita y me terminé quedando y no le podíamos decir (a nadie). Me acuerdo que le llamé a mi productor y le dije: ‘Acaba de pasar esto, me necesito quedar’”, contó el actor.
Sebastián asegura que recuerda con mucho cariño los últimos momentos junto a su madre, que esos instantes fueron de mucho amor, que no fueron como una despedida.
“Híjole (fue) espectacular. Mi mamá es una diosa en todos los sentidos. Una mujer concreta, espectacular, muy directa en lo suyo. Son cosas muy fuertes cuando estás en ese proceso, pero también el ver cómo esa persona lo toma o sabe que está pasando, es poder estar juntos y ya no te preguntas más. No estás tratando de vivir un momento, el último, sino que vives toda una vida. 32 años al lado de ella y todos los que me queden seguirán siendo al lado de ella”, manifestó Zurita.
El actor reveló que en este tiempo él, su hermano y su padre Humberto, viven juntos y se acompañan en todo momento, incluso en aquellos donde les invade la tristeza. Asimismo, tiene claro que aunque aún no superan la muerte de Christian, ellos intentan disfrutar al máximo la vida.
“Creo que dentro de todo hemos sido muy afortunados como familia y la vida nos volvió a juntar ahorita en este proceso. (…) Hay veces donde uno está más vulnerable que el otro y hay veces donde uno tiene que ser más fuerte que el otro y hay momentos donde los tres podemos estar llorando, pero también los tres podemos estar muy felices. Lo que ha pasado en mi familia es que el peso nos lo vamos pasando el uno al otro y nos lo compartimos”, dijo.