Jeremy Irons, el caballero del cine británico cumplió 70 años

Ni una nueva generación de actores va a poder sepultar a esta estrella, que alcanzó la fama gracias a su peculiar forma de ser. Con varios títulos en el cine, sigue tan vivo, fuerte y positivo como nunca, dispuesto a ser el personaje que le soliciten.

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Foto EDH/ AFP

Por EFE

2018-09-20 10:54:04

Carismático, seductor y elegante, Jeremy Irons, el perfecto ejemplo de caballero británico, cumplió ayer 70 años con una variadísima carrera a sus espaldas tanto en cine como en televisión, que incluye títulos como “Brideshead Revisited”, la serie que le lanzó a la fama, “The Mission” o “Dead Ringers”.

Ganador de un único Óscar en 1991 por su interpretación en “Reversal of Fortune”, llega a la setentena en un momento en el que su carrera cinematográfica se ha centrado en el público joven, con papeles en éxitos de taquilla como “Assassin’s Creed” (2016) o “Justice League” (2017).

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En 1995 la princesa Diana de Gales, aún casada con Carlos, príncipe de Gales, causó revuelo a nivel internacional por una entrevista en la que confesó haber mantenido un romance de cinco años con James Hewitt.

Irons, que obtuvo su primer papel en 1971 como San Juan Bautista en la obra musical “Godspell”, ha sabido conjugar desde entonces las propuestas de cine y teatro de autor con otros trabajos más comerciales.

Adquirió una gran popularidad primero en el Reino Unido y luego en todo el mundo con la miniserie “Brideshead Revisited”, un drama ambientado en la sociedad aristocrática de Inglaterra, y que se emitió en 1981, el mismo año del estreno de su primera gran producción, “The French Lieutenant’s Woman”, junto a Meryl Streep.

(En la víspera de su cumpleaños el actor concedió a la revista Vanity Fair una entrevista en su casa, el Kilcoe Castle)

 

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Desde entonces, su calidad interpretativa ha sido reconocida con algunos de los galardones más importantes. En 1991 recibió el Globo de Oro al mejor actor dramático por “Reversal of Fortune”, película por la que también se llevó el Óscar.

Repitió Globo de Oro, en televisión y como secundario por la miniserie “Elizabeth I” (2005), y cuenta con galardones honorarios como el que la Academia Cinematográfica Europea le entregó en 1998, o el de los César del cine francés en 2002. Pero nunca se ha llevado un BAFTA, el principal galardón del cine británico.

LA FRASE

"No soy un actor que trabaje de afuera hacia adentro. Intento averiguar qué siente el personaje y, con suerte, hacer que el cuerpo y la cara muestren esos sentimientos. No miento muy bien. Mis sentimientos suelen dejarse ver y creo que eso es muy útil para un actor".

Jeremy Irons, actor.

Irons tuvo claro desde joven que su destino estaba ligado a la actuación. Nació en la localidad costera de Cowes, en la Isla Wight, en 1948, veinte años antes de que el lugar se convirtiera en la sede de uno de los festivales de música más conocidos del planeta y uno de los paraísos de la contracultura en el Reino Unido.

Comenzó a estudiar veterinaria, pero no llegó a obtener el título, sino que prefirió mudarse a Canterbury, en el sureste de Inglaterra, para tratar de hacerse un hueco en la escena teatral.

Todavía un adolescente, realizó diversos trabajos entre bastidores en el teatro Marlowe de Canterbury y estudió después en la escuela Old Vic Theater de Bristol.

Mientras esperaba su primera oportunidad en el West End londinense, se dedicó a limpiar casas durante varios meses en la capital británica, hasta que finalmente su carrera comenzó a despegar con el musical “Godspell”.

Con un pie dentro del mundo del espectáculo, Irons no rechazó papel alguno en sus primeros tiempos. Trabajó para la televisión en “The Pallisers” (1974) y “Love for Lydia” (1977), y finalmente pudo desplegar su elegancia en la gran pantalla por primera vez en “Nijinsky” (1979).

 

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Su estrella en el firmamento cinematográfico se la ganó junto a Meryl Streep dos años después (“The French Lieutenant’s Woman”) y, sobre todo, con su padre Gabriel de “The Mission” (1986), un filme que marcaría la carrera de todos los actores que trabajaron en él, Irons, Robert de Niro o Liam Neeson.

Irons supo alternar desde entonces su participación en proyectos más complejos como “Dead Ringers” (1988), de David Cronenberg, o “Damage”, de Louis Malle, con proyectos más comerciales como “The House of the Spirits” (1993) o la tercera parte de la saga “Die Hard”, junto a Bruce Willis, en 1995.

 

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También prestó su voz al malvado Scar de “The Lion King” (1994) y explotó su lado más erótico en “Lolita” en una nueva versión de Adrian Lyne o “Chinese Box”, ambas de 1997.

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En su madurez, el actor británico ha continuado combinando papeles de galán, como en el drama de 2004 “Being Julia”, con cintas de acción y entretenimiento como “The Pink Panther 2” (2009) y “Batman v Superman: Dawn of Justice” (2016).

 

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Su vocación más dramática la ha cultivado en los últimos años con la propuesta “Beethoven e Irons”, con la que también en 2016 recorrió diversos auditorios europeos.

Irons recitó en ese espectáculo los textos que el compositor alemán Ludwig van Beethoven compuso para su obra “Egmont”, que estuvo interpretada para la ocasión por la orquesta Wiener Arkademie, bajo la dirección del austríaco Martin Haselbök.

Un actor que adora su vida llena de cambios, como señaló en una entrevista con Efe. “El contraste es uno de los placeres del mundo, ya sea en la comida, en el trabajo, en compañías personales distintas”. Y eso que lleva casado 40 años con la actriz Sinéad Cusack.