El próximo martes, en el Palacio de Kensington se celebrará una fiesta en homenaje a Diana, Princesa de Gales, en el que habría sido su 60 cumpleaños. Al evento acudirá la Familia Real Británica, amigos y quienes trabajaron en sus organizaciones benéficas. Sin embargo, el príncipe Harry y Meghan Markle no asistirán.
De acuerdo con medios internacionales, durante el fin de semana un portavoz de los duques de Sussex confirmó que ellos no viajarán al Reino Unido, aunque no han trascendido los motivos para no realizar el viaje. La última vez que el menor de los hijos de Diana de Gales viajó a su país fue en el mes de julio, para asistir junto a su hermano William a la inauguración de la estatua de Lady Di, obra de Ian Rank-Broadley.
Por su parte, la exactriz no regresa al Reino Unido desde marzo de 2020, cuando asistió a la misa por el Día de la Commonwealth celebrada en la abadía de Westminster. Aquel día la tensión entre los Príncipes Guillermo y Harry, enemistados desde hace tiempo, era evidente, como quedó reflejada en las imágenes del momento.
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A la vez, tampoco ha vuelto a Londres Archie, el primogéntio de los Sussex, ni la pequeña Lilibet Diana que ni siquiera ha conocido aún a su abuelo el príncipe Carlos o a sus tíos, los duques de Cambridge.
Otro escándalo por el bautismo de Lilibet
La segunda hija de la pareja está a punto de cumplir cuatro meses, y es tiempo de bautizarla. Al parecer, la actriz deseaba que eso ocurriera en Londres, como lo hicieron con su primer hijo Archie, en una ceremonia privada que se realizó en el Castillo de Windsor y fue oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
No obstante, Harry cree que no sería una buena idea y decidió lo contrario. "Además de tener que lidiar con toda la publicidad que se le daría, Harry siente que tiene sentido darle a su familia más tiempo para calmar las cosas. Para ser honestos, él prefiere una ceremonia pequeña sin complicaciones para Lilibet en California", cita la cadena de noticias ABC.
Mientras que, según fuentes consultadas por In Touch, Meghan estaría "desesperada" por que Lilibet tenga el mismo bautismo que su hermano. "Ella quiere que tenga un título de princesa, incluso después de todo lo que le hicieron pasar a ella", detalla en su publicación el medio.
A esto se suma que, las fuentes de Buckingham afirmaban que incluso las Familia Real Británica estaba planteando no invitar a la pareja por Navidad. Luego de la explosiva entrevista que dieron a los medios donde hicieron graves acusaciones de racismo por parte de la corona, la familia no sería bienvenida.
Falta poco para saber si el matrimonio, un año más, no acudir a las fiestas de Navidad el Palacio de Sandringham, como es costumbre. Desde que se mudó a Estados Unidos, el hijo del Príncipe Carlos cada día está más desligado de su familia.
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