Después de retirarse de los escenarios por dos años Alejandro Fernández volvió al Auditorio Nacional con su gira “Hecho en México”, como era de esperarse los medios también se hicieron presentes para cuestionarlo sobre la reciente publicación “El último Rey” una biografía no autorizada de la periodista argentina Olga Wornat.
Los periodistas de medios especializados se encontraban en el hotel a la espera del Potrillo, para preguntarle sobre el polémico libro y los detalles personales que este expone sobre la dinastía Fernández. Las preguntas rápidamente colmaron la paciencia del cantante y no pudo evitar poner en duda la versión de Wornat.
“No te puedo decir nada… Ó sea güey, a ver hablen bien de lo que van a decir. Les voy a pedir que se enteren bien. Me vale Madr*s. ¿Quién es una argentina para hablar de mi papá y de nuestra familia?, no quiero saber nada”, arremetió contra las cámaras presentes.
Una de las situaciones más polémicas que narra el libro es el secuestro que vivió su Vicente Fernández Jr., presuntamente a manos de su hermano Gerardo Fernández, algo que la escritora argentina sostiene firmemente y esta fue el principal motivo de enojo del cantante ante la insistencia de los medios por obtener más detalles.
La periodista argentina explicó durante una entrevista de YouTube con Julio Astillero, que Gerardo Fernández era el hijo más polémico de Vicente Fernández, además aseguró en su publicación que tenía relaciones con uno de los fallecidos líderes del Cartel de Sinaloa, aunque no brindo detalles.
“Gerardo es el hijo de en medio, que es ambicioso, que es inescrupuloso, tiene relaciones turbias, que fue capaz de robar a su padre, fue capaz de robarle a su hermano porque le manejaba el dinero de los palenques, además de robarle a Juan Gabriel, le mentía al padre y es el que se va a quedar con todo el imperio que deja Vicente Fernández” arremetió la autora de la biografía no autorizada, pero que ya está disponible.
Según las fuentes cercanas de Wornat la sospechosa desaparición de Vicente Fernández Jr., fue culpa de Gerardo quien lo internó por la fuerza en una clínica mientras que el padre de la dinastía Fernández estaba haciendo la repartición de la herencia entre los hijos.
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