Roberto Carbajal hace 25 años descubrió que con sus gestos faciales y sus expresiones corporales podía contar mil y una historia, sin necesidad de hacer uso de la palabra. Atraído por ese talento, probó suerte como Mimo y ahora es un reconocido profesional en este arte.
En sus inicios entendió que el arte del mimo es universal, pues no es necesario hablar muchos idiomas para ser entendido por el público, más bien la magia estaba en hacer que las personas se imaginaran, a través de sus expresiones, un mundo diferente.
Carbajal es un actor-mimo muy reconocido en el mundo del teatro, pues ha participado en distintas obras teatrales. Ha sido parte de talleres y seminarios de formación en la materia y ha debutado como actor en el cine salvadoreño. Además es docente de educación artística, investigador cultural y escritor.
A muy corta edad les pidió a sus padres que lo inscribieran en una escuela de música, ya que le atraía mucho, se fue formando en esta profesión y logró aprender a tocar algunos instrumentos, pero por deidades de la vida, en el camino descubrió que era un joven multifacético, pues no solo era bueno para los instrumentos, sino también para la actuación, es por ello, que recurrió a la escuela de Teatro del Centro Nacional de Artes (CENAR) y ahí se encontró con su propio ser.
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Posterior, "hice un curso de formación continua. Luego fui parte del grupo ComunicA Teatro del artista Ciro Rivera. Pero comencé en el mundo del mimo con Dimas Castellón, que era parte del grupo de Teatro “Bululú”, de quienes recibí también formación en este arte", indicó Carbajal, originario de San Salvador.
Luego de tener un vasto conocimiento sobre qué era ser "Mimo", el actor se lanzó a las calles, escuelas, parques públicos a ejercérselo "como una forma de irse apropiando de las técnicas y de todo lo que conlleva el mimo". Además, de tener la oportunidad de pulir sus conocimientos en el exterior, específicamente en una escuela de teatro en España.
Al regresar formó parte de varios grupos de teatro y se relacionó con muchos artistas salvadoreños, asimismo, fue parte de la compañía de Teatro Circulante, que se caracterizaba por usar un furgón como escenario para dar show en muchos municipios del país.
A raíz de eso, Carbajal cuenta cómo surge esta rama del teatro y lo que conlleva ejercerla. "El origen de la palabra Mimo proviene de imitador y se trata que, a través del cuerpo, de gestos y movimientos se pueden expresar sentimientos y emociones que se trasmiten en un momento dado y se crea una atmosfera que tiene la capacidad de imaginar y de incorporar cosas que existen en la vida real, pero que se representan a través del gesto sin la palabra y con las expresiones", resaltó.
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De igual manera, asegura que algo muy primordial en esta profesión es que la voz y el sonido no se usan, pues los elementos primordiales para lograr acaparar la atención del público son los gestos y movimientos.
"No usar la voz es parte de la composición de ser un mimo porque todos tenemos gestos, todos nos comunicamos a través de expresiones. Entonces la comunicación en la época primitiva se hacía a través de gestos, de sonidos y movimientos y es ahí donde nos damos cuentas que podemos transmitir un mensaje y no importa si la persona habla español o habla chino porque ser mimo permite universalizar este arte, ya que todos entienden lo que uno quiere transmitir”, añadió.
En el transcurso de los años descubrió que no tenía un nombre para el personaje que interpretaba, por lo que se puso a pensar cómo se presentaría en su próximo show y al darse cuenta que sus actividades artísticas eran en las calles y los parques, entendió que el nombre ideal era "Mimo andante".
“En momento pensé ‘presentarme como solo Mimo como que es muy general’ entonces decidí llamarme “Mimo andante” porque es un personaje que está en la calle y porque representa sus dramas, sus historias en diversidad de lugares abiertos y para el público. Un personaje que se pueden encontrar en donde sea”, afirmó.
Por otro lado, el actor de 52 años asegura que hay muchas corrientes en este arte y que es necesario que las personas puedan conocerlas. Dentro de ellas existen el mimo moderno, el contemporáneo, el clásico, el clau y el escénico.
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Principalmente para caracterizar a un mimo, además, de sus técnicas y ensayos, no podemos olvidar dos aspectos muy importantes como son el maquillaje y el vestuarios. El Mimo se caracteriza por tener la cara blanca con detalles de otros colores que hacen que sobresalgan sus gestos faciales. Con respecto al vestuario, aunque es común usar ropa color negra y blanca, lo cierto es que el artista puede elegir los colores que mejor lo representen. Por último, usar guantes blancos hace que los movimientos sean más marcados.
Según Carbajal, a la hora de hacer la mímica se tienen que poner en juego los gestos, los manejos de la fisonomía y todos los movimientos del cuerpo necesarios. Él asegura que con la expresiones se puede reflejar tristeza, alegría, llanto y soledad. Además, de contar una serie de historias que van desde las cotidianas con toque de humor hasta aquellas que hacen una crítica social.
Al tener un camino hecho como artista salvadoreño indica que "es sumamente importante que se desarrolle el arte en nuestro país, pues no solo se ve como una forma para divertirse sino que también educa, nos permite reflexionar, criticar la realidad e integrarnos en la sociedad".
Por último, afirmó que está próximo en publicar su libro de tres dramas llamado "Trilogía dramática Bicentenario", en el cual, el público encontrará dos textos dedicados al teatro y uno al cine.