“El director de orquesta también debe ser un buen psicólogo”

El destacado director de la Filarmónica Juvenil Nacional, Irving Ramírez, habla de su fascinante labor y de los retos que día con día debe enfrentar al estar al frente de esa importante orquesta.

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elsalvador.com

Por Osmín Monge

2018-07-12 5:51:15

Desde 2013 se festeja cada 13 de julio el Día Internacional del Director de Orquesta. Esta celebración surgió como un homenaje al músico alemán Carlos Kleiber, uno de los grandes directores de orquesta del siglo XX.

En el marco de esta celebración conversamos con el maestro Irving Ramírez, quien nos habló de su carrera artística, de su trabajo al frente de la Filarmónica Juvenil Nacional y del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de El Salvador.

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Ramírez, quien formó parte del Coro Nacional y se desempeñó durante algún tiempo como director asociado de la Sinfónica Nacional de El Salvador, expresó su sentir respecto a su profesión, una labor que, lamentablemente, en el país pocas personas han tenido la oportunidad de desempeñar.

¿Cómo se convirtió en músico?
Me inicié en la Escuela Municipal de Música de Santa Ana. Luego, en 1975, comencé a estudiar Bachillerato en artes en San Salvador, al mismo tiempo era cantante del Coro Nacional. En la orquesta de la Escuela de Artes donde estudié el bachillerato y luego en la Orquesta Sinfónica de El Salvador comencé a hacer prácticas como violinista. Después se me presentó la oportunidad de estudiar en Rusia durante siete años. Al regresar encontré un nicho en donde poner en práctica mis conocimientos; fue así como me desempeñé como director del Coro Nacional durante 12 años. En varias ocasiones fui invitado a dirigir la Sinfónica Nacional. En 2002 comencé a trabajar como director asociado de la Orquesta Sinfónica, y en 2010 inicié labores en el Sistema de Coros y Orquestas. Hoy solo trabajo en esta institución.

¿Cómo llegó a ocupar el cargo de director de la Filarmónica Juvenil Nacional?
Quizás por mis experiencias musicales, por los estudios y conocimientos especializados en música que he tenido, por mi afición y mi vocación. Y también por ciertas habilidades.

Foto Archivo EDH

¿Por qué en El Salvador son pocas las personas que se desempeñan como directores de orquesta?
Porque en el país no hay muchos espacios donde realizar ese trabajo. Aquí solo hemos tenido una orquesta sinfónica estatal, sin embargo, ahora sí hay otras orquestas que han surgido recientemente. En la actualidad hay más oportunidades para practicar la dirección. Mucha gente puede dedicarse a esto profesionalmente, pero en este momento no existen los salarios requeridos o dignos. Pero en un futuro puede que llegue a desarrollarse. El otro problema es que somos un país pequeño y con recursos económicos limitados, además, hay poco interés en las personas que toman decisiones sobre asuntos artísticos.

¿Qué cualidades debe tener un director de orquesta?
Aparte de la preparación, de los estudios y del conocimiento musical debe tener un gran respeto por la música y por lo músicos con los que trabaja. Debe saber planificar, tener un excelente ritmo y oído y vocación. El director de orquesta también debe ser un buen comunicador y un “psicólogo”, para poder entender y ayudar a las personas con las que trabaja.

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El proyecto es impulado por la USAID en coordinación con otras instituciones del país, entre ellas la alcaldía local.

¿Cuál ha sido su mayor reto como director?
Siempre hay retos en el día a día. Uno de ellos es hacer que los niños y jóvenes se enamoren de la obra musical que se ensayará. Otro reto es prepararme para poder explicarles qué es lo que el compositor quería al momento de crear su obra.

¿Cuáles han sido algunos de sus logros?
He tenido varios. En El Salvador nunca antes se había tocado una obra del músico austriaco Anton Bruckner, fue hasta el año antepasado que se hizo. Tampoco se había montado una obra de Nikolai Myaskovsky, compositor de la era soviética, y yo la hice aquí el año pasado. En la Orquesta Sinfónica instituí un concierto para jóvenes solistas.

¿Por qué hay pocas mujeres directoras de orquestas?
Por cuestiones de tradición y por misoginia. En la actualidad a muchas mujeres les ha costado llegar a ese puesto. Y es que la mayoría de los músicos en las orquestas son hombres y no todos ellos se dejan mandar por una mujer. Hay que cambiar esa mentalidad. Hubo una época en la que en las orquestas no había mujeres tocando instrumentos, mucho menos dirigiendo. En El Salvador, en este momento, no hay ni una mujer que sea directora de orquesta.

¿Por qué en El Salvador no se celebra el Día del director de Orquesta?
No sé. Yo de hecho no sabía que existía esa fecha. Sería bueno que se difundiera.

¿Qué emociones experimenta cuando está en un escenario dirigiendo una orquesta?
Al principio me pongo un poco nervioso. Luego, cuando camino hacia el podio, siento al público y a la orquesta. La ventaja es que estoy de espalda al público. Al momento del concierto es poco el trabajo del director, el verdadero trabajo lo realizamos durante los ensayos; es en ellos donde se concerta a los músicos, se extrae lo mejor de ellos y se le une para que suene la obra como el compositor la escribió. En el concierto, el director es solo un “controlador de tráfico”, que le indica a los músicos a que estén listos y a que no pierdan las líneas importantes de la obra.

Creo que mi estilo es mesurado al momento de dirigir un concierto; hay que preguntarle a los músicos y a los que me ven.