Fiesta… de patadas en el Cusca. Este sábado se enfrentaron los dos equipos que han disputado las últimas finales. Se las traen, sí, pero dejaron de lado el espectáculo y se agarraron primero a pelotazos y luego a golpes.
Ante un marco de público bajo, con amenazas de lluvia, los fieles presentes esperaban más de dos equipos llamados a ser protagonistas por los nombres en sus planteles.
Cierto que llevan más minutos acumulados que los demás del redondo nacional, por el tema del torneo de la Concacaf, ese que tienen entre ceja y ceja. Pero salieron con la mayoría de sus armas importantes y, aún así, el primer tiempo fue lamentable.
Apenas una gran jugada de fútbol para una inmejorable ocasión en la zurda de Polo, que no supo aprovechar para adelantar al Tecla. De ahí, un par de llegadas y mucho trabajo para el enlutado Ramírez, que bien pudo ponerse más serio y echar a alguno, como a Monterroza, que le dejó los tarugos a Sosa cuando este ya estaba en el suelo.
Envalentonado, quizás, porque enfrentaba a su exequipo, Sosa fue de los más punzantes en el cuadro visitante, y también fue el objeto principal del “afecto” de los albos, que lo bajaron feco hasta en 4 ocasiones en 45 minutos.
Del otro lado, el mejor era Portillo, que avanzaba por la banda izquierda como Juan por su casa cada vez que lo intentaba, pero sus centros pocas veces fueron precisos. Apenas uno encontró la testa de Peñaranda, quien no supo acomodarla bien para rematar al arco.
Sobre el primer minuto, buscó Portillo sorprender al réferi. En un pelotazo bueno de Monterroza, el primero dejó en velocidad a Tamacas e ingresó al área. Pero después esperó a su rival para dejarse caer en el área y pedir un penal que no era, y que tampoco se tragó el enlutado.
Del fútbol, poco qué decir. Un remate de volea de Domínguez, tras un tiro de esquina, que estaba para más. Y, sobre todo, un gran pase de Ferreira para dejar en mano a mano a Polo; el tiro del panameño no fue muy colocado aunque sí potente, pero sirvió solo para que García se luciera al despejar. De Alianza, menos aún, centro tras centro pero sin peligro real.
Para el complemento, Santa Tecla fue el primero en mover las piezas, y le llegó bien el recambio de Baires, que generó más movilidad y precisión. Le sirvió un buen balón al 56′ a Torres, en el área, luego que se “bañara” al intentar despejar con la cabeza Landaverde. Quedó solo el volante periquito en el área, pero de la zurda le salió un “churrito”.
Después, lo mismo de la primera parte, patadas de ambos lados, más de Alianza, y más trabajo para un réferi al que le hicieron muy complicada la labor.
Cerca estuvo también Polo con un tiro libre que pasó “saludando” un poste sobre el 70′, pero muy poco fútbol de calidad en el Cusca.
Pero Alianza tiene un Ángel. El mismo que convirtió para el triunfo sobre Chalatenango en la fecha 3 volvió a aparecer. José Ángel “El Puma” Peña se encontró un balón suelto en el área, tras un tiro de esquina y, de zurda, lo mandó al fondo. Demasiado premio para un Alianza que no había disparado entre los 3 postes en todo el segundo tiempo, y que se dedicó más a dar “riata” que a jugar.
Aún así, estaba al frente y lograba un resultado que lo “retornaba” al primer lugar, ese que por poco más de una hora tuvo Águila en la jornada.
Para Tecla, la tercer derrota en 5 juegos disputados en la campaña. Para ambos, mucho por mejorar, y se les viene la Concachampions