El Ministerio de Salud (Minsal) declaró la reserva total de información relacionada con la aplicación y compra de vacunas contra la COVID-19, con lo que veda el acceso a estos datos por períodos de entre 3 y 5 años, según un documento consultado, ayer, por Efe.
El Índice de Información Reservada del Minsal, actualizado el pasado 11 de marzo en su sitio de transparencia, señala que la información de los “Procesos de adquisición de vacunas contra el SARS-Cov-2” estará bajo reserva durante 5 años.
El acceso público al “Plan Nacional de Despliegue de Vacunación” contra SARS-Cov-2 y el “Registro de cabinas destinadas a la vacunación contra el SARS-Cov-2” estarán bajo reserva durante tres años.
Las unidades responsables, de acuerdo con el documento, son la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones, la Dirección Nacional de Primer Nivel de Atención, el Centro Nacional de Biológicos (Cenabi) y el Comité Asesor de Prácticas de Inmunizaciones (CAPI).
La cartera de Salud justificó la acción en el literal D del artículo 19 de la Ley de Acceso a la Información Pública, que indica que es información reservada “la que ponga en peligro evidente la vida, la seguridad o la salud de cualquier persona”.
Dicha ley señala que la información reservada es la que “cuyo acceso se restringe de manera expresa de conformidad con esta ley, en razón de un interés general durante un período determinado y por causas justificadas”.
Para uno de los fundadores del Comité Asesor en Prácticas de Inmunizaciones (Capi) y miembro del Colegio Médico, Jorge Panameño, el ocultar información crea incertidumbre en la población y desconfianza sobre los datos de inmunización.
“No veo el riesgo de la salud de nadie, por el contrario crea incertidumbre porque por ejemplo el gremio médico del sector privado hemos tenido que presionar para que nos vacunen y eso quiere decir que la población nunca va saber cuál es la estrategia de vacunación, lo cual, me parece que tenemos derecho todos los ciudadanos a saber”.
Agregó que ante la reserva de información la población no se va enterar a qué ritmo va el plan de vacunación y cuándo va tener la oportunidad de vacunarse cada uno de los segmentos de la población y estar al tanto de la eficiencia con que se está aplicando la vacuna, “eso realmente es negar el derecho a la información en salud”, mencionó Panameño.
Para el infectólogo Iván Solano Leiva y miembro del Capi, la reserva de información es un síntoma que un funcionario público no está dispuesto a ser cuestionado y signo de la falta de transparencia del actual Gobierno.
“El gobierno está dando muestra que no le gusta la transparencia a la información pública, si están utilizando fondos públicos nosotros tenemos derecho a saber cómo los están invirtiendo, en qué los están utilizando porque es parte del ejercicio democrático de la fiscalización, es un grave retroceso a transparencia. Y si somos ejemplo del manejo de la pandemia, según Salud y el Ejecutivo, cuál es la razón de ocultar información”, cuestionó.
A juicio del médico la información del manejo de la pandemia debe estar a la vista de los entes evaluadores independientes para validar y dejar constancia que es cierto lo que se está publicitando.
“Si yo ocultó es porque estoy escondiendo información. Es inconcebible el declarar en reserva ese tipo de cuestiones, no es dinero ni del ministro de Salud que está saliendo de la bolsa de él, ni del presidente Nayib Bukele, que está saliendo de la bolsa el dinero de las cabinas de vacunación que técnicamente no tiene respaldo científico y mucho menos en la adquisición de compras, es dinero de los impuestos que pagan los salvadoreños”.
El vocero del Movimiento de Salud, “Dr. Salvador Allende” y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames), José Tobar, opinó que la información debe estar disponible, debido a que la compra de las inmunizaciones es hecha con el presupuesto y préstamos que hace el Gobierno.
Tobar, además, mencionó que el acceso a la vacunación para el personal de salud ante la limitada cantidad de vacunas debía ser prioridad y garantizar que todo el personal sanitario se hubiera vacunado.
“La gente de nosotros que está en establecimientos a nivel nacional nos ha manifestado que han llegado policías a sus unidades comunitarias y hospitales para vacunarse, cuando hay personal (sanitario) de esos lugares que todavía faltan por vacunar. Se debió cubrir primero al personal de salud y continuar con el personal no sanitario porque la cantidad de vacuna disponible no está para hacer coberturas con la población”, expresó Tobar.
Esta no es la única información relacionada con la pandemia de la COVID-19 que el Minsal ha puesto bajo secreto.
En junio de 2020 declaró la reserva total de la documentación generada por el Laboratorio Nacional de Salud Pública “que contenga información relacionada a los mecanismos de toma, procesamiento y divulgación de resultados de pruebas para COVID-19, dirigidas a las distintas dependencias del Ministerio de Salud”.
En similar sintonía que lo expresado por os médicos, el sector magisterial analiza que la reserva de información es una mala signo de transparencia de la actual administración, “me parece que la decisión política no es la mejor, es un mal signo de la actual administración, lo que nosotros como ciudadanos queremos es tener la información suficiente de cuántas vacunas entran, cuántas personas están siendo inmunizadas , qué sectores están siendo priorizados, eso no consideramos que deba ser información reservada, es más políticamente hablando le es mucho más beneficioso mantener informada a la población de cara al manejo de la pandemia”, señaló , Paz Zetino Gutiérrez, secretario General de Bases Magisteriales.
Además, manifestó su indignación ante el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud, por el repentino regreso a clases pautado para el 6 de abril y por la falta de acceso a la vacuna
Otra información declarada bajo reserva por el Minsal, desde que llegó al Ejecutivo el presidente Nayib Bukele, es la de compra de publicidad y el documento “El Plan Nacional de Salud”, incluyendo anexos, según consta en el citado índice. El Salvador ha recibido al menos 105,080 dosis de vacunas contra la COVID-19 de las farmacéuticas AstraZeneca (53,600) y Pfizer (51, 480), de las que 85,080 fueron donadas por el sistema COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según información brindada por el Ministro de Salud, El Salvador obtendrá de 4.5 a 4.6 millones de dosis contra el virus, donadas a través de la iniciativa COVAX, además de comprar dos millones del biológico a la compañía AstraZeneca. El Minsal pretende inmunizar a 4.5 millones salvadoreños contra el COVID. El Gobierno de El Salvador le apuesta a la “inmunidad de rebaño” para enfrentar la pandemia y el Ministerio de Salud tiene como objetivo vacunar a 4,5 millones de salvadoreños. El Salvador registra oficialmente 63,766 personas contagiadas, de las que 61,009 se han recuperado y 1,990 fallecieron.