La salida de Ronald Johnson de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador supone la pérdida de uno de los pilares que sostienen políticamente la presidencia de Nayib Bukele, afirmó el director ejecutivo de Funde, Roberto Rubio.
Además de los cuerpos de seguridad, su aparato de propaganda y su popularidad, a juicio de Rubio el respaldo casi incondicional de Johnson y la administración Trump es un soportes clave para Bukele.
El experto lamenta que el enfoque de Washington en 4 años ha sido exclusivamente migratorio y augura que, con el gobierno de Biden, viene un abordaje más complejo y que igual buscará reducir la migración irregular hacia Estados Unidos.
Luchar contra la corrupción, y fortalecer la institucionalidad y la economía son, según Rubio, puntos que pueden prevenir que cientos de salvadoreños busquen salir sin documentos al país norteamericano.
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Asimismo, añadió que veremos la transición de una embajada que “apoya la agenda de Bukele a una que apoya la contención de una agenda autoritaria y lucha contra el cometimiento de delitos y el enriquecimiento ilícito”.
Asimismo, resalta que con el requerimiento de elaborar una lista de funcionarios corruptos del istmo, la Embajada Americana tendrá nuevas facultades y formas de promover la institucionalidad.
Detuvo avances
Claudia Ortiz, candidata a diputada por Vamos, lamentó que “durante la estadía del embajador Ronald Johnson, todo el avance en la agenda de la lucha contra la corrupción y la impunidad que el gobierno de EE. UU. había mantenido en los últimos 10 años se detuvo totalmente”.
Ortiz, quien por años encabezó desde sociedad civil esfuerzos para luchar contra la corrupción, lamentó que “más bien le vimos dando espaldarazos muy de cerca al presidente a pesar de varios ataques importantes a la institucionalidad”.
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Entre ellos, destaca que Johnson solo hizo “un tímido llamado tras la militarización de la Asamblea Legislativa (…) pero hubo otros abusos en el marco de la emergencia por COVID-19, violaciones a los derechos humanos y ataques a la independencia judicial por los cuales el embajador se hizo del ojo pacho”.
Leonor Selva, candidata de Nuestro Tiempo y experta en administración Pública, explicó que por ser un nombramiento político, Johnson no puede permanecer en el cargo ni un día más después de la toma de posesión de Joe Biden.
Asimismo, ve inédito “que un embajador vaya a salir por la puerta de atrás, consecuencia de un desempeño bastante pobre, pues excedió los límites de su cargo en cuanto a su favoritismo político y avaló muchas ilegalidades por parte del Ejecutivo, lo cual no solo va en contra de los intereses del pueblo salvadoreño sino de los mismos intereses de Estados Unidos”.