VIDEO Monseñor Urrutia: “El Papa Francisco dice que el milagro de Rutilio se llama Óscar Romero”

En una entrevista para El Diario de Hoy, monseñor Rafael Urrutia explicó el proceso que desde 2016 sigue la Iglesia Católica salvadoreña para declarar santo a Rutilio Grande, sacerdote asesinado en 1977.

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Monseñor Urrutia, párroco de la iglesia ??scar Arnulfo Romero, explicó a El Diario de Hoy el proceso que desde 2016 sigue la Iglesia Católica salvadoreña para declarar santo a Rutilio Grande. Foto EDH / Jonathan Tobias

Por Karla Arévalo

2020-02-24 4:00:37

Monseñor Rafael Urrutia es el párroco de la iglesia Óscar Arnulfo Romero en San Salvador, antes llamada Iglesia La Resurrección; desde su oficina, rodeada de retratos de San Romero y del sacerdote Rutilio Grande, ha trabajado por reivindicar el martirio y la santidad de ambos sacerdotes asesinados durante la guerra civil en El Salvador.

Ahora que la Iglesia Católica salvadoreña celebra el martirio de Rutilio Grande y la causa que persigue su canonización (declararlo santo), Urrutia recuerda el tiempo que compartió con el sacerdote durante su estancia en un seminario en 1968. “Yo lo conocí a él el 15 de enero de 1968 cuando entré al seminario en San José de la Montaña. Él era el prefecto de disciplina, por lo tanto, nos recibió y nos organizó en los salones de clases, nos fue mostrando la vida del seminario y ahí aprendí a ver, a tan pequeña edad mía, 15 años, quién era Rutilio Grande, un hombre de Dios, un hombre sereno”.

Ese joven que recibió la guía del sacerdote durante esos años sería luego el precursor, junto al arzobispo José Luis Escobar Alas, de la causa que promulgaría el martirio y la santidad de su guía espiritual, el sacerdote Rutilio Grande, nacido en El Paisnal, lugar donde luego fue asesinado el 12 de marzo de 1977.

“Las tensiones políticas se comenzaron a vivir por los años 1972, 1973 de ahí en adelante. No era, en aquel momento (del seminario), tan difícil la vida”, recuerda Urrutia.

Un mes después de que San Romero asumiera como arzobispo de San Salvador, Grande fue asesinado. “El Papa Francisco dice que el milagro de Rutilio se llama Óscar Romero y nosotros pensamos que sin Rutilio no habría habido un Óscar Romero. De alguna manera, eran tan amigos que verlo muerto para monseñor Romero fue impactante, como él mismo decía ‘esto me abrió el corazón’”.

Monseñor Urrutia trabajó en la causa para la canonización de monseñor Romero quien fue declarado santo en octubre de 2018. “Yo suelo decir si monseñor era un hombre que vivió con virtudes heroicas, que era un santo; el martirio, entonces, es la corona de su santidad”, dice Urrutia.

Ahora él junto al arzobispo Escobar Alas trabajan en la iniciativa para introducir el proceso de canonización del sacerdote Rutilio Grande. Urrutia explicó en una entrevista a El Diario de Hoy cómo se inició el proceso.

Antes de recabar los documentos solicitados por Roma, consultaron al clero salvadoreño sobre la iniciativa. Luego nombraron al postulador de la causa, este es quien pide en nombre de la Iglesia que se haga un estudio del candidato. Asimismo, instalaron un tribunal eclesiástico. Este tribunal se compone de un juez delegado, un notario, un promotor de justicia y el postulador quien atiende la investigación preliminar, hace un escrito introductorio e incluye los testimonios del martirio del candidato que fortalecen la causa.

“Nos dimos cuenta que quien tenía que tomar la iniciativa era la Compañía de Jesús, entonces el postulador general de los padres jesuitas me nombró vicepostulador diocesano, ahí es donde entra mi participación”, dice monseñor Urrutia, quien agrega que en todo el proceso estuvo el arzobispo Escobar Alas.

El proceso es largo, advierte, pues canonizar a un mártir conlleva una investigación preliminar, se interroga a los testigos, se hace un decreto de ausencia de culto público, se hacen inspecciones en los lugares donde él vivió, toda la historia y al final se envía a Roma para su estudio.

El 16 de agosto de 2016 cerraron el proceso de la causa del sacerdote Grande. Los documentos fueron enviados y aunque luego hicieron otras investigaciones, Roma contó desde 2016 con los documentos necesarios para estudiar la petición de la Iglesia Católica salvadoreña de canonizar a Rutilio Grande.

El 21 de febrero de este año, el Papa Francisco, luego de reunirse con el cardenal Angelo Becciu, prefecto (ministro) de la congregación para las Causas de los Santos, dio la autorización para promulgar (hacer público) los decretos que declararán beato al sacerdote salvadoreño.

“Para llegar a este momento hubo que pasar por una discusión del Colegio de Teólogos, y si estos dicen que sí pasa a una discusión del Colegio de los Cardenales y Obispos, y como estos dijeron también que sí, el 18 de febrero de este año, el cardenal Becciu pasó al Papa la noticia de que todos habían estado de acuerdo y que por lo tanto habían firmado el decreto. Entonces el Papa lo que hace, habiendo escuchado al cardenal Becciu, es publicar el decreto de aprobación del martirio”, explica monseñor Urrutia.

La causa presentada por la Iglesia Católica persigue la canonización; sin embargo, la beatificación es un punto intermedio.

Para la beatificación del sacerdote Rutilio Grande no se necesita probar un milagro, pues el milagro “es el martirio mismo”, dice Urrutia, quien agrega que esperarán atentos la fecha de beatificación del padre Rutilio Grande, la cual será en El Salvador.

Luego trabajarán en reunir lo necesario para su canonización. En esta ocasión deben probar un milagro. “Ya hemos probado el martirio de Rutilio, quien fue asesinado por odio a la fe, por un tirano, por un verdugo que odia la misma fe que ama al mártir”, dice.