Con un lleno espectacular, acompañado de constantes idas y vueltas en el terreno de juego del Estadio Monumental de Núñez, River Plate se llevó la primera semifinal de la Copa Libertadores con marcador de 2-0, lo cual es un impulso anímico para la vuelta.
La verticalidad del partido se vio desde el primer segundo y a los dos minutos, Emmanuel Mas derribó a Rafael Santos Borré en el área, pero fue hasta dos minutos después cuando el árbitro brasileño Raphael Claus, auxiliado del VAR, decretó el penal que Santos Borré mandó al centro de la portería para anotar a los 7’, en el penal anotado más rápido de la historia de los clásicos.
Alexis Mac Alister probó sobre el 18’ con un larguísimo remate al que Franco Armani rechazó con una mano para mandarla al córner. A falta de tres minutos para el final del primer tiempo, el xeneize dejó ir la más clara del partido, cuando Wanchope Ábila recibió un balón filtrado con toda la ventaja, para luego servírselo a Nico Capaldo, que la terminó mandando por los cielos y dejar ir el empate.
La estocada
El segundo tiempo seguía siendo controlado por los millonarios, pero fue al 60’ cuando tuvieron la chance más clara, con un remate de Nico de la Cruz, que no pudo rematar Nacho Fernández y chocó en tres jugadores de Boca, para irse a un lado.
Diez minutos después, se dio la clave del partido, ya que Fernández terminó una gran colectiva del equipo local, al recibir el pase en diagonal en el área chica de parte de Matías Suárez, para liquidar la ventaja a favor de los dirigidos por Marcelo Gallardo.
En el tramo final del partido, el árbitro expulsó a Capaldo por una falta que fue pitada desde el VAR, algo que deja con más complejidad a Boca, para la vuelta en tres semanas en su estadio.