Régimen desoye al Vaticano

El cardenal Leopoldo Brenes reveló que el Papa abogó ante Daniel Ortega por los sacerdotes mediante una llamada

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El sacerdote Rodolfo López fue agredido.

Por Iván Olivares

2019-11-20 4:54:33

Más allá de los esfuerzos de un grupo de párrocos que decidió visitar al padre Edwin Román en el templo San Miguel en Masaya (los policías que no les dejaron entrar) no han trascendido los esfuerzos que pudiera estar haciendo la Iglesia Católica para que cese el asedio en contra de los suyos, más allá de dos comunicados y una llamada desde El Vaticano.

En esa llamada, cuya existencia reveló el Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, la Santa Sede habría abogado ante el Gobierno de Daniel Ortega para pedir el cese del asedio en contra de los feligreses y los templos católicos.

Lejos de detenerse, los ataques han recrudecido en intensidad y violencia.

Posteriormente, la arquidiócesis capitalina emitió un comunicado en el que informa del ataque a la catedral, la agresión al presbítero López y a sor Guzmán, y en el que también hace un exhorto a Ortega.

“Pedimos al presidente de la República, señor Daniel Ortega y la vicepresidente, que tome acciones inmediatas para que se respeten todos nuestros templos católicos, asimismo, a la Policía Nacional para que retire sus tropas que asedian e intimidan la catedral y nuestras parroquias”, lee el documento.

Luego, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (en donde hay algunos obispos que sí comulgan con el régimen), emitió un comunicado más fuerte, en el que respaldan al cardenal Brenes, al padre Román, y resto de feligreses que están en la iglesia San Miguel, que son “personas con derechos, especialmente el derecho por excelencia, que es la vida”.

Los obispos también expresaron “su profunda preocupación por las agresiones físicas contra algunos consagrados; el acoso, asedio e irrespeto contra la catedral metropolitana y otros templos parroquiales de la arquidiócesis de Managua y por la indiferencia del Estado ante los derechos de los nicaragüenses que manifiestan su dolor y sus necesidades comprometiendo sus vidas”.

“Este modo de protesta que se lleva a cabo en la parroquia San Miguel de Masaya, es un grito de impotencia, de inseguridad, de tristeza, de indignación; es el resultado de muchos meses de sufrimiento”, añade el documento.

Los obispos pidieron “a los responsables de estos asedios, que depongan su postura. Es demasiado el dolor que han sufrido los nicaragüenses. Las familias que se encuentran asediadas cargan con un doble sufrimiento: la falta de libertad de sus familiares encarcelados y, ahora, el estado de sitio que atenta contra sus vidas. Pedimos al Gobierno que escuche sus peticiones, que a la vez, son sus derechos”, concluyó.