Las estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC) indican que este año, entre el 1 de enero y el 28 de diciembre, fueron ultimadas 2,374 personas en El Salvador, lo que equivale a una disminución de 942 homicidios con respecto al mismo periodo de 2018, cuando fueron reportados 3,316 casos.
A pesar de esta baja, lo que sigue abatiendo a los salvadoreños son las desapariciones de personas con ocho casos diarios y más de 3,000 en el año.
La reducción de muertes se registra en junio y desde entonces las autoridades reportaron seis días con cero homicidios: el 31 de julio, el 22 y 24 de septiembre; el 25 y 29 de octubre y el 28 de diciembre.
“El promedio de homicidios diarios de diciembre de este año es de 3.89. El año pasado, en la misma fecha fue de 8.58 homicidios diarios”, señaló este lunes, en un entrevista televisiva, el ministro de Defensa, René Francis Merino Monrroy.
Este lunes fueron reportados tres muertes violentas en San Miguel y Cuscatlán.
El primer ataque fue pasada la medianoche, en el caserío El Planchón, cantón Candelaria, del municipio de San Jorge, en San Miguel.
Érick Joel Martínez Saravia, de 18 años, y Rosa Emilia Granados Coreas, de 29, fueron sacados de sus respectivas viviendas por hombres vestidos con ropa oscura. Luego los llevaron a una quebrada que está a unos 100 metros de distancia de sus casas y los degollaron.
Las razones por las que los asesinaron no fueron esclarecidas, preliminarmente se descartó que tuvieran vínculos con pandillas. El jefe policial de turno explicó que los dolientes informaron que Martínez trabajaba como agricultor y era empleado del padre de Granados.
En el cantón Palacios, de Oratorio de Concepción, Cuscatlán, fue acribillado un supuesto pandillero.
Israel Antonio Orellana, de 26 años, alias Cangry, era integrante de la pandilla 18, según delegados de la PNC. Parientes de Orellana relataron que él fue ultimado, alrededor de las 8:00 a.m., cuando iba a trabajar plantando sandías. Él tenía un mes y medio de estar laborando.
Un policía que custodiaba la escena manifestó que el hombre ya había estado en prisión por distinmos delitos. Ese municipio, desde hace dos años, no había sido escenario de hechos sangrientos.