El 30 de septiembre de 2017, una enorme mano con un arma fue colocada frente a las manos blancas que conforman el Monumento a la Transparencia, en la Plaza de la Transparencia (ciudad Merliot). Desafiar el discurso gubernamental sobre la honradez de los funcionarios públicos fue el principal objetivo del colectivo Mórula con la obra: “Disparo a lo intangible”.
A dos años de que la primera —y única— pieza de la serie “Anti monumentos” viera la luz, el registro fotográfico de dicha intervención fue escogido, de entre 90 propuestas latinoamericanas, para participar en la primera Bienal en Resistencia (BER), en Guatemala.
La muestra aglutina expresiones artísticas contestatarias y que den voz a las necesidades de los pueblos latinoamericanos, a los sectores excluidos u otros temas, como los pueblos originarios, la comunidad LGBTI+ y el colonizaje cultural.
“La pieza se hizo en un contexto salvadoreño, pero fue concebida para tener una validez universal; por eso caía como anillo al dedo en esta bienal”, comentó Óscar Pérez, artista visual e integrante del extinto Mórula, sobre la inclusión de esta creación junto a otras provenientes de Nicaragua, Costa Rica, México, Venezuela y Colombia.
Y así como se han desafiado los discursos de poder a través de expresiones fotográficas, performáticas, audiovisuales o literarias, así también se ha querido descentralizar el arte y los organizadores decidieron llevar las manifestaciones a distintos puntos del vecino país. De esta manera, la imagen de “Disparo a lo intangible” se exhibirá en Casa Celeste (en la capital guatemalteca) hasta el 30 de octubre.
Gracias a la BER, esta creación tiene su “primera nota internacional”, a pesar de que sus creadores Pérez, Marvin y Juan Carlos Recinos ya no trabajen juntos.
Pérez indicó que, como excolectivo, no descartan que en un futuro retomen estas intervenciones sobre los monumentos del país, pues siempre cuestionarán los conceptos de poder reflejados en ellos.
“El monumento nos pareció absurdo y decidimos cambiarle significado. Extrapolamos papeles: las manos de los funcionarios ‘blancas’, se volvieron las manos del pueblo; las manos de los funcionarios se volvieron las manos de un delincuente con saco”, explicó Pérez sobre su intervención en calle.
“Disparo a lo intangible”, realizada con el apoyo de seis artesanos piñateros, logró su objetivo en aquel momento: el gobierno solicitó retirar esa incómoda mano que amenazaba las blancas palmas. En BER también lo hizo: estableció un diálogo con los espectadores.
