¿Cómo evalúa usted los dos años del gobierno Bukele?
El momento que vivimos es peligroso para los cristianos.
¿Por qué?
Porque vivimos frente a una condición de idolatría política, muy parecido a lo que había en el Siglo I, cuando el cristianismo comenzó a surgir y expandirse y las personas que ocupaban posiciones políticas en el Imperio Romano eran presentadas como señores, como benefactores, incluso como dioses. Y, como decía Pablo, “para nosotros sólo existe un único Dios, el Padre”.
Mario Vega tiene 63 años, 40 de los cuales ha dedicado a su ministerio en la Misión Cristiana Elim, que aglutina a una membresía de 100,000 personas y tiene ramificaciones en otros países. Foto EDH / Jonatan Funes. Video EDH
¿Es lo que sucede con el presidente?
Su forma de gobernar está muy centrada en su persona. Más que las propuestas políticas o planes que pueda presentar, lo que hace es presentar su persona, su imagen, su nombre. La gente no lee la N del partido como Nuevas Ideas sino como Nayib. Esta centralización del presidente hace que las personas lleguen a un nivel de exaltación de la persona del presidente que comienza a reñir ya con lo que debería ser la fe cristiana.
“Si su apuesta es anticorrupción, es grave que él no haga mayor cosa con los señalamientos que se hacen al interior de su gobierno y personeros que él tiene”
¿Pero él dice ser un “instrumento de Dios”?
Él lo dice, pero debemos juzgar quiénes son los instrumentos de Dios de acuerdo a como la Biblia los presenta. Por ejemplo, Juan el Bautista, que fue un hombre enviado de Dios, lleno de humildad, aunque tenía un mensaje firme; muy abierto para relacionarse con las personas, incluso con los opositores, porque cuando llegaban los fariseos o los romanos, él siempre con paciencia les indicaba cuál era el camino.
Si quiere ser un “instrumento de Dios”, ¿qué debería hacer?
El compromiso más fuerte que debería tener es con la transparencia y con la verdad. Un verdadero siervo de Dios es el que tiene una transparencia total, el que permite ser escudriñado, ser criticado, porque la crítica es útil si uno la sabe asumir maduramente para superar errores, porque no hay personas perfectas.
A su juicio, ¿él procura la armonía, el bien común, el Reino de Dios?
No, de ninguna manera porque su método ha sido la descalificación, el odio, el común denominador cada vez que tiene oportunidad de dirigirse a las personas. Y además de eso se sabe que hay una red de troles, de youtubers que son financiados con fondos públicos para poder estar exacerbando el odio, la misoginia, el irrespeto hacia las personas y todo esto no lo va a hacer un instrumento de Dios.
“Es una bomba de tiempo cuya mecha ya está encendida porque, como se dice, no hay almuerzos gratis... A mediano plazo vamos a tener estallidos sociales”
¿A qué nos puede llevar todo este odio hacia los que piensan distinto?
Hacia lo que el profeta Amós dijo: Se siembran vientos y se cosechan torbellinos. Si está exacerbando el irrespeto, el odio, la agresividad que es bien abundante ya en nuestro país, lo que se va a cosechar es odio y rechazo.
¿Cómo juzga usted que más bien el presidente señale y lance diatribas directamente contra los diputados de la oposición durante su discurso?
Es muy propio de él. Su método siempre ha sido sembrar el odio, la discordia y lo hace hacia personas particulares como si ellas fueran el problema.
Mucha gente aprueba ciegamente estas conductas y esta manera de conducirse. ¿A qué nos va a llevar?
Está aprovechando la naturaleza agresiva y contestataria de muchos salvadoreños. Eso es sumamente peligroso. Es paradójico que en este país donde el 98 por ciento de la población dice ser creyente se den condiciones como estas. Si somos cristianos, eso no debe ser solo un nombre, sino una práctica de tolerancia, comprensión.
¿Y las denuncias de corrupción en este gobierno?
Ocurrió en gobiernos anteriores y está ocurriendo en el actual, algo que es bien sabido. Si su apuesta es anticorrupción, es grave que él no haga mayor cosa con los señalamientos que se hacen al interior de su gobierno y personeros que él tiene. La prensa independiente juega un papel importante porque es la luz que está tratando de llevar a la ciudadanía o a los lectores la realidad de lo que está pasando.
“No sé si (Bukele) se siente Dios o un enviado de Dios, pero no responde a los patrones y normas de los cristianos. La gente está meditando esto”
¿Los que están cometiendo corrupción, abusos, imposiciones tendrán que responder por sus actos, incluso penalmente?
No tengo duda de que tarde o temprano así será. No basta con callar el tema o con ocultar a las personas que están siendo señaladas de corrupción o enviarlas a otro país o cambiarlas de posición. Por ahora será como una forma de disimular el problema, pero llegará el momento cuando la justicia los va a alcanzar.
¿A qué se atiene un régimen que atropella la ley, que ha dado un golpe contra el Poder Judicial, que subordina todo a sus intereses y aplasta a quienes no piensan como él?
Su única base es la fuerza y por eso es que hay tanto enfoque en el tema militar. Pero también es sabido que este tipo de regímenes de mucha exclusión no duran por mucho tiempo.
¿Qué sucederá entonces?
Las personas van a comenzar a darse cuenta. En una encuesta que publicó otro periódico los salvadoreños hablan de problemas que no se han resuelto, como el desempleo, la pobreza, la inseguridad, la delincuencia. Esa es la realidad contra la cual se opone todo un esfuerzo propagandístico de imagen, pero que el día a día llevará a las personas a despertar a la realidad. Y entonces es cuando sus verdaderas necesidades los harán enfocarse en la verdad.
Su iglesia tiene muchas raíces en comunidad marginales de la capital y el interior. ¿Existe en ellas confianza en el Plan Control Territorial? ¿Están viendo resultados? ¿Se sienten seguros?
En las comunidades están muy claros de que no responde la presencia policial, porque no la hay, y si la hay, es la misma que ha habido todas estas décadas. La gente se alegra de que haya menos homicidios, pero el tema de la extorsión y del control de los territorios es evidente que los siguen teniendo las pandillas.
“Si fuera en el caso de Jesús al Cristianismo, y de Alá al Islam, no hay apego a las Escrituras. Es manipulación política, sabiendo que el salvadoreño es muy religioso…”.
¿La gente tiene mayor esperanza de superar la pobreza en las comunidades luego de dos años de gobierno Bukele?
Hay deseo desesperado de querer creer y de querer no renunciar a la esperanza, pero los hechos que se van sucediendo y la realidad de que las condiciones de vida de ellos no cambian les están llevando a paulatinamente a ser prudentes. Ya no hay el entusiasmo que ellos tenían, sino una actitud de mayor prudencia. Pero en cuestión de meses eso se irá transformando en la medida que la gente vea que sus auténticas necesidades no son resueltas.
Y no baja el número de personas que están optando por emigrar a los Estados Unidos…
No baja y esa es la expresión más evidente de que las personas no tienen esperanza de que las cosas van a mejorar en nuestro país.
¿Puede funcionar una subsistencia basada, ya no en el trabajo, aunque sea precario, sino en la comida que regala el gobierno?
Obviamente no. Y por eso es que ese esfuerzo no ha continuado, sobre todo habiendo pasado el periodo preelectoral. La gente no puede y no creo yo que quiera vivir de la caridad del Estado, sino de oportunidades para ganarse honradamente la vida.
La gente revive el escenario de la preguerra y de la guerra de los 80: poderes centralizados, autoritarismo, militarización, el golpe contra el Poder Judicial. ¿Qué le puede pasar al ciudadano de a pie con el hecho de que la justicia responderá a líneas del Ejecutivo?
Esa es una pérdida de derechos. Porque si es una Sala de lo Constitucional o Fiscalía alineada, la justicia deje de ser una prioridad. Recuerdo cuando durante la guerra, siendo yo un pastor joven, acompañaba a personas a poner denuncias en la Fiscalía, en una ocasión la respuesta fue contundente de parte de un fiscal: “Hoy no estamos atendiendo ese tipo de casos, porque tenemos otro ´tipo de problemas”. Y se estaba refiriendo a los problemas políticos. Entonces los ciudadanos pierden sus derechos porque se antepone la agenda política a la agenda de la justicia.
“No me extrañaría que se tomaran medidas muy peligrosas como usar los fondos de pensiones o la desdolarización, que llevarían al país a un precipicio”
¿Qué riesgos ve para el país con el excesivo endeudamiento, la aplanadora legislativa, la militarización y la sumisión de las demás instituciones y la corrupción?
Es una bomba de tiempo cuya mecha ya está encendida porque, como se dice, no hay almuerzos gratis y todo se tiene que pagar. Hay que pagar todas las cajas que se repartieron, los 300 dólares que se repartieron y todo lo que se gasta diariamente en publicidad, en fachadas de edificio, en pinturas, etc. Y somos las poblaciones quienes vamos a pagarlo con incrementos de impuestos.
¿Usted ve otra guerra o estallidos sociales?
A mediano plazo vamos a tener estallidos sociales. Yo no quiero pensar en una nueva guerra, sino pensar en que esa manifestación de la insatisfacción popular sea suficiente para abrir nuevos caminos por vías legales para enmendar la situación dada. Probablemente tengan que surgir nuevos partidos y de esa manera tener nuevas opciones para buscar salidas democráticas a las crisis que vivimos y que está incrementándose.
No todo el tiempo va a funcionar la ilusión, ni la propaganda ni el sometimiento a la fuerza de los cuerpos armados frente las necesidades y precariedades…
No puede perdurar y la misma historia lo demuestra. Los 200 años de historia de independencia muestran los ciclos entre autoritarismos y levantamientos populares. Y por eso que la Iglesia hace tanto énfasis en el tema del diálogo, de la comprensión, de que las personas puedan tomar actitudes más sensibles hacia sus semejantes y entender que solo juntos podemos superarlas.
¿Cómo lo puede lograr?
Sobre la base de escuchar al otro, de aceptar la crítica, de poner atención las opiniones contrarias y darle un libre ejercicio a la prensa y a todas las expresiones de la sociedad, porque es lo que va a garantizar que no lleguemos a condiciones de explosión social.
El presidente habló de un “quinto paso” y el desmantelamiento del “aparato ideológico”…
Conociéndolo, uno pensaría que un quinto paso es que todos pensemos lo que él quiere que pensemos, pero cuando ya se llega a ese punto se toca el tema de la conciencia humana, que es una cuestión insobornable y allí va a encontrar muchas dificultades porque el ser humano no está dispuesto a perder la libertad última, que es la libertad de pensar lo que desea y expresar esas opiniones...