La “nueva basura” que ha generado la pandemia invade los océanos

La pandemia ha conseguido que los mares se llenen de “basura nueva” y a pesar de ello los científicos buscan en sus aguas la cura para el coronavirus que mantiene al mundo en vilo.

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Por Diana Orantes

2020-06-08 4:18:06

A finales del mes pasado, el Mar Mediterráneo —el segundo mar interior más grande del mundo, ubicado entre Europa, África y Asia— fue noticia por la gran cantidad de mascarillas quirúrgicas y guantes dispersos en sus aguas.

El descubrimiento lo hizo un grupo ambientalista francés que halló los residuos entre algas o enterrados en la arena.
Este panorama se repite en muchos ríos cuyas aguas desembocan en las playas y alteran la vida de especies marinas.

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La situación cobra interés, especialmente hoy que se celebra el Día Mundial de los Océanos, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para recordar que el sustento humano también depende de los mares y océanos, aunque muchas de las especies marinas están en peligro de extinción o ya desaparecieron.

La situación pandémica actual no es de mucha ayuda, ya que ha generado lo que se conoce como “nueva basura”, es decir productos que se usan para hacerle frente al virus y cuya utilidad se ha extendido por todo el mundo.

Según las directrices de la Organización Mundial para la Salud, los gobiernos deberían alentar a la población a portar mascarilla en la etapa de transmisión generalizada y desecharla en un contenedor cerrado inmediatamente después de su uso.

A pesar de las indicaciones, hay cientos de cubrebocas flotando en los mares que se degradan en microplásticos y causan daño en los seres vivos. Estos productos no se destruyen fácilmente por la cantidad y calidad de materiales que lo componen. La OMS sugiere que las artesanales tengan hasta tres capas de filtro que pueden ser algodón, poliéster o polipropileno.

“Mucho plástico del que hemos usado no va a ser reciclado. Y habrá que ver cómo se gestiona en los mares”, sostiene la investigadora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de España Ethel Eljarrat.

Aunque hoy los océanos reciban toda la basura de los países, el World Resources Institute de Estados Unidos sostiene que estos jugarían un papel importante en la lucha contra el coronavirus. Según un estudio liderado por esta institución, una proteína derivada de una alga roja de arrecife de coral, que vive en los alrededores de las Islas Canarias, ha sido esencial para tratar el Síndrome Respiratorio en el Medio Oriente. También destaca las enzimas de una bacteria para crear la tecnología necesaria en los kits de prueba de virus, incluso para diagnosticar coronavirus.

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La Unesco estaba en lo cierto cuando declaró que de las aguas provenían algunas de las mejores soluciones. “El océano profundo ya nos ha dado compuestos para tratar el cáncer, la inflamación y el daño en los nervios. Los avances también provienen de las profundidades del océano en forma de herramienta de diagnóstico”.

Lo que hace a los mares tan ricos y sustentables pese a la contaminación es que día a día se adaptan a condiciones extremas. Eso les permite crear sustancias particulares, incluso bacterias que funcionan como antivirales para blindarse y sostener sus hábitats.

Los científicos españoles Carlos Duarte y Susana Agustí determinaron que se pueden salvaguardar con una explotación de recursos sostenible y responsable, enfocados en aquellas especies que sean esenciales para las economías. La revista de ciencia Nature consiguió mostrar una hoja de ruta para conseguir esa recuperación y abundancia de especies a partir de 2020 y hasta el año 2050.

Esta propuesta beneficiaría a las nuevas generaciones y se convertiría en una obligación ética y en un objetivo económico inteligente, muy atractivo para predecir que el planeta seguirá teniendo la capacidad de recuperarse y alimentar a la humanidad.