En medio de la crisis social y política que abate a Bolivia, un enviado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), comenzó a tomar contacto con autoridades del gobierno interino de Jeanine Áñez y organizaciones sociales que apoyan al expresidente Evo Morales, para restaurar la paz en el país.
Luego de las muertes violentas del fin de semana que dejaron nueve muertos tras choques entre campesinos y fuerzas combinadas del Ejército y la Policía ocurridos el viernes en la localidad rural de Cochabamba (centro), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunció este sábado como “grave” un decreto del gobierno interino que autoriza a los militares a controlar el orden público, a la vez que les exime de responsabilidades penales.
Desde el exilio, Morales ha exhortado a realizar nuevamente elecciones y llama al “diálogo nacional”. En una entrevista de este domingo con la agencia EFE, Morales dice temer que se “desate una guerra civil” en Bolivia, a raíz de los 23 muertos y más de 700 heridos que, según un último reporte de la Defensoría del Pueblo de Bolivia, se han suscitado en distintos hechos violentos que comenzaron después de las elecciones generales del pasado 20 de octubre.
Morales se muestra favorable a que España y otros países participen como mediadores para acabar con la crisis en la Nación andina. “Mi gran deseo es que haya diálogo con mediadores”, apunta Morales, y señala como posibles candidatos al expresidente español y “experto en mediación” José Luis Rodríguez Zapatero o al expresidente uruguayo “Pepe” Mujica.
Dice que otros gobiernos también podrían sumarse a la “mediación para la pacificación”, al igual que la Unión Europea, la Iglesia católica y las Naciones Unidas, sugiere Morales, al tiempo que critica el papel que jugó la OEA en lo que llama un “golpe de Estado” en su contra.
El ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, deploró en tanto que haya “movilizaciones en todas partes” y reconoció que las “últimas 72 horas han sido duras”, pero señaló que la orden que tienen las fuerzas militares y policiales es que “resguarden al pueblo”.
La presidenta interina Jeanine Áñez denunció la presencia en Bolivia de “grupos subversivos armados” compuestos por extranjeros y bolivianos.
“El propósito es que haya una transición democrática y pacífica, pero desafortunadamente Evo Morales ha dejado una estructura de violencia que nos está afectando a todos”, deploró este sábado en un contacto telefónico con el líder opositor venezolano Juan Guaidó, a quien instó a “liberar” a su país.
Exigen repliegue de militares
El Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Evo Morales, pidió este domingo al Gobierno de transición que ordene el “repliegue” de las Fuerzas Armadas de las calles de Bolivia y convocaron a una reunión con los legisladores de otras agrupaciones para discutir salidas a la crisis en el país.
“Exigimos el repliegue de las Fuerzas Armadas. Hacemos un llamado para que la gente no se enfrente a su pueblo”, afirmó la diputada Sonia Brito en una rueda de prensa en el Parlamento de Bolivia, en La Paz, con otros legisladores.
El comandante de la Policía Boliviana, Rodolfo Montero, dijo este domingo que se adelanta un diálogo con sectores de la ciudad de El Alto, con los que está dispuesto a unirse junto al mando alto, para frenar las protestas y que se pueda abrir la planta Senkata para surtir de combustible a La Paz.
Montero dio declaraciones a los medios tras la celebración de una misa en una plaza en la ciudad de La Paz, que ofreció la Policía Boliviana, en la que hizo sendos llamados para la pacificación del país y que se levanten los bloqueos para “recuperar la normalidad”.
Sobre el desabastecimiento de carburantes, Montero señaló que “el comandante general de El Alto está abriendo un diálogo (…) para abrir la Planta de Senkata y poder trasladar a La Paz el combustible necesario para poder normalizar a la ciudad”. En las estaciones de servicio de La Paz y El Alto se ven largas filas de vehículos esperando por el combustible.