Muchos ojos estarán puestos hoy en uno de los platos fuertes de la semana 15 de la NFL, cuando en el estelar se enfrenten los Pittsburgh Steelers contra los Buffalo Bills. Se tratará de un duelo que augura un auténtico choque de trenes con sabor a playoffs, todavía a dos semanas para arrancar esta fase.
Será como iniciar una postemporada dominical por la noche, en el Heinz Field, donde ambos equipos llegarán con credenciales prácticamente idénticas en la campaña.
Por un lado, los Bills (9-4) han ganado tres de sus últimos cuatro partidos para tomar el control en la lucha por el primer comodín de la Conferencia Americana.
Equipado con una feroz defensiva, los Buffalo no han permitido más de 21 puntos en 11 de sus 13 encuentros, siendo el segundo mejor equipo en ese rubro. Contra el ataque aéreo, ostentan la tercera mejor defensiva.
Mientras los Steelers (8-5) han ganado siete de sus últimos ocho encuentros, para convertir un inicio de 1-4 en una temporada que los tiene actualmente con el segundo boleto como comodines en la AFC. De igual forma, su defensiva ha sido protagonista de la transformación, al encabezar la NFL en robos de balón con 33 y capturas con 48.
Un triunfo de los Bills les garantizaría un lugar en la postemporada, por segunda ocasión en tres años. Una derrota los colocaría por debajo de Pittsburgh, en la contienda por los playoffs, y comprometería su puesto en la postemporada.
Ravens segundo título seguido
Por otro lado, en el inicio de la semana, el jueves, el joven mariscal de campo Lamar Jackson volvió a ser la gran figura de los Ravens de Baltimore, al completar cinco pases de anotación que lo dejaron al frente del ataque en el partido que ganaron por paliza de 42-21 a los Jets de Nueva York, y se aseguraron de paso el segundo título consecutivo de la División Norte de la Conferencia Americana (AFC).
Los Ravens (12-2) consiguieron la décima victoria consecutiva y Jackson también entró en el libro de los récords al protagonizar también el ataque terrestre. La mayoría de los 70 mi 545 espectadores que asistieron al partido gritaron “¡MVP!, ¡MVP!” a Jackson.