La pandemia del coronavirus no ha parado la deportación de salvadoreños, pero sí la ha reducido.
Cada inicios de año, Estados Unidos y México deportaban un promedio de 2,100 salvadoreños por mes durante enero, febrero y marzo. Pero en el primer semestre de 2020, las deportaciones cayeron un 59 % comparadas con las del año pasado.
Los datos fueron solicitados por El Diario de Hoy a la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME). Estos muestran que entre enero y junio de 2019, hubo 18,180 deportados. Este año, en el mismo periodo, los deportados fueron 7,459. Una reducción de más de la mitad.
El descenso inició en marzo; cuando el Gobierno salvadoreño declaró emergencia a nivel nacional por el COVID-19 y cerró fronteras y aeropuertos para evitar más contagios. Ese mes hubo 1,608 deportados, 700 menos que el año pasado. En abril hubo 570; en mayo a 538 y en junio 394.
El antropólogo Jaime Roberto Rivas cree que los datos hablan por sí solos: la baja en las deportaciones se debe a la pandemia. “Lo más importante es que pese a que hay pandemia han habido deportaciones y es de ver las condiciones en las que se dieron estas”, advirtió.
Mientras que el director ejecutivo de Alianza Américas, Óscar Chacón, considera que la baja puede tener relación con que la administración de Donald Trump ha mostrado preferencia por la detención de extranjeros, por encima de las deportaciones: “Esto se explica también debido a los intereses económicos detrás de las corporaciones que operan la mayoría de los centros de detención. Estos han sido también un apoyo financiero de la campaña electoral de Donald Trump desde el 2015. Entre más tiempo pasa un extranjero en detención migratoria, más dinero reciben los centros de detención independientemente de la disminución en El Salvador”.
Que haya menos deportados no significa que hayan bajado las redadas, añadió Chacón, quien actualmente reside en Estados Unidos. “La retórica antiextranjeros sigue siendo intensa y se arreciará aún más entre ahora y el 3 de noviembre”.
Los salvadoreños retornados salen de los centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y en El Salvador pasan al menos 15 días más debido a la cuarentena impuesta por el Gobierno. Pero, ¿acceden de inmediato a una prueba para detectar el virus?¿las condiciones en el país garantizan el derecho a la salud?
El pasado 26 de mayo, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) pidió a la Fiscalía investigar si el ministro de Salud y el director general de Migración habían “violado” el derecho a la salud de los retornados que resultaron contagiados por el virus. La Fiscalía no ha informado si hay una investigación en curso.
Mientras tanto, Guatemala pidió al gobierno estadounidense un freno a las deportaciones a partir de abril de este año. Al igual que un mayor control sanitario en los centros del ICE.
Los deportados en la cuarentena
Una deportación en pandemia es más dura que cualquiera que se haya dado en otra circunstancia.
Así lo reconoció la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) luego de hacer una encuesta a la población salvadoreña retornada después de marzo.
El Diario de Hoy solicitó a Migración el detalle público de los salvadoreños retornados entre el 12 de marzo y el 15 de julio. En total fueron 2,272. El 99 % vino de Estados Unidos y un 1 % de México.
Si se analizan los rangos de edades por género, en el grupo de las mujeres, el rango con más deportaciones fue de 20 a 24 años. Mientras que en los hombres fue de 30 a 39 años.
Las zonas de origen con más deportados a nivel departamental son Chalatenango, Morazán y La Unión. Mientras que a nivel de municipio son Las Flores en Chalatenango; Arambala en Morazán y Cinquera en Cabañas, todos con una tasa de 2 deportados por cada mil habitantes.
La OIM, en su encuesta de población migrante retornada en El Salvador en el marco del COVID-19, afirma que uno de cada cuatro salvadoreños retornados ha tenido que mudarse forzosamente por temas de violencia. Además, un grupo de 35 personas dijeron no poder volver a su comunidad de origen debido a que su vida corre peligro.
Los retornados encuestados también plantearon la necesidad de oportunidades laborales en el área de construcción, la conducción de vehículos y la agricultura en el caso de los hombres. Mientras que las mujeres buscan trabajar en el área de alimentos y servicio de limpieza. Los retornados durante el periodo de cuarentena, entre el 12 de marzo y el 19 de junio, fueron 2,272. Los retornados entre enero y el 30 de junio fueron 7,459.
Rosilyne Borland, especialista regional en asistencia a migrantes de la OIM, afirmó que para poder recibir a los retornados los países “tienen que poder reintegrarlos y conectarles con los servicios que necesitan”. Además de atención en salud para detectar posibles contagios de COVID-19, debería haber equipos de apoyo para atender a menores de edad que viajaron sin la compañía de un familiar o personas sobrevivientes de violencia.