Matías y Esteban, dos hermanos que emprenden y generan empleo en San Salvador

Sus padres han decidido que la mejor educación es la enfocada al valor del trabajo.

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El Master Panda un foodtruck es un negocio fuera de serie. Es un emprendimiento de los hermanos Menjivar, Matías de 13 y Esteban de 11 años. Foto EDH/ Lissette Monterrosa

Por Marvin Romero

2019-10-01 7:51:58

José Corpeño es un cocinero de 25 años que hace cuatro meses consiguió la aprobación de un crédito para comprar una casa en la que vivirán él, su esposa Blanca y su hijo Santiago, de tres meses.

Hace dos años, una casa era un sueño lejano para José. Él vivía en una de las comunidades más peligrosas de Santa Tecla y muy pocos confiaban en su habilidad.

Los hermanos Matías y Esteban Menjívar confiaron en él y lo contrataron en su primer trabajo formal, con el cual ahora José sostiene a su familia.

El Master Panda un foodtruck es un negocio fuera de serie. Es un emprendimiento de los hermanos Menjivar, Matías de 13 y Esteban de 11 años.

Los hermanos dirigen Master Panda, un foodtruck en donde se preparan y sirven platillos con fusión oriental. Matías es el encargado del trato a los clientes y Esteban, apoya con el Mercadeo.

En poco tiempo, el emprendimiento de los hermanos Menjívar ha conseguido una amplia clientela en los edificios aledaños a la Plaza Salvador del Mundo, en donde suelen trabajar, y se ha vuelto sostenible, al punto en que ya son capaces de generar dos empleos directos: José y Franklin, cocineros. Los hermanos están emocionados por la rapidez de su crecimiento y no descartan una tercera contratación.

Matías , el mayor de los hermanos, cumplió 13 años en julio y Esteban, el más inquieto, llegó a los 11 hace a penas dos semanas. Son hijos de Keneth Menjívar y Ethel Turcios, una pareja que está convencida que la mejor forma de preparar a los niños para el futuro es a través del valor al trabajo.

Es por esa razón que en 2005, tomaron la decisión de educar a sus hijos en casa, bajo el formato Homeschool, una modalidad en donde los niños deciden, desde muy corta edad, cuáles son sus áreas de interés y cuya popularidad ha ido creciendo en países como Estados Unidos y en varias naciones de Europa.

Los padres de Matías y Esteban lo han llevado un paso más adelante y han combinado las clases académicas con prácticas vocacionales. Fueron los propios hermanos quienes decidieron en qué área de trabajo querían poner en práctica lo que aprendían en casa.

“Poco a poco fueron descubriendo su vocación”, relata Ethel, la madre de los niños. Ella y su esposo explican que, como padres y maestros, su labor fue de mentores y guías, pero que las ideas y las decisiones las tomaron en conjunto los niños. Incluso a la hora de contratar.

Esteban (a la izquierda) se encarga del mercadeo y para atraer cliente se disfraza de panda y reparten volantes. Foto EDH/ Lissette Monterrosa

José y Franklin, los dos cocineros de Master Panda, son dos jóvenes que Matías y Esteban conocieron en un supermercado como empacadores, que solían ayudar a sus padres cuando hacían las compras y que entablaron una amistad casual con los hermanos.

“Nos han demostrado que no solo están aprendiendo a sacar adelante un negocio sino a conseguir ganancias de las personas”, expresa Keneth, quien además asegura que la relación de sus hijos con José y Franklin es más de amigos que de trabajadores y para ambos padres, el precio de esa lección es invaluable.

El valor del dinero
“Hemos visto como ellos han comenzado a valorar el dinero”, expresa Ethel sobre el manejo financiero que hacen sus hijos con su emprendimiento.

Los hermanos reciben un salario por sus días de trabajo. “Necesito trabajar un mes en Master Panda para poder comprarme un par de zapatos”, razona Matías y su padres relatan la historia con orgullo.

“Ellos son conscientes de todo, de cómo lo que aprenden en sus clases deberá ser aplicable en la vida real”, añade Keneth.

Para él y su esposa, la mejor ganancia que sus hijos obtienen de este proyecto es que “un negocio no solo es hacer dinero sino beneficiar a los demás”.

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Matías y Esteban, dos pequeños empresarios que atienden su propio negocio

Los hermanos dirigen Master Panda, un foodtruck en donde se preparan y sirven platillos con fusión oriental. Matías, de 13 años, es el encargado del trato a los clientes y Esteban, de 11 años, se encarga del mercadeo.