“Me costó llegar al cargo pero llegué. Me siento empoderada”: magistrada Elsy Dueñas

Preparación, disciplina y perseverancia, tres cosas que recomienda a toda mujer que quiera “atreverse a romper paradigmas”.

Por Mirella Cáceres

2021-03-07 9:22:27

Elsy Dueñas Lovos ocupa uno de los más altos cargos en uno de los poderes del Estado: magistrada de la Corte Suprema de Justicia. Ella, además, integra la Sala de lo Contencioso Administrativo. Llegar allí no ha sido fácil, asegura, pero para ello, dice, ha sido clave dos cosas: prepararse para el cargo y ser perseverante, aunque le digan que no, hay que intentarlo una y otra vez.

“Si yo pude, ustedes también pueden”, es la frase con la que la magistrada dice motivar a sus colegas abogadas. Ella cree que la mujer es capaz de ocupar hasta la Presidencia del pais si se lo propone. “Tenemos que romper paradigmas”, insiste en esta entrevista relajada que le hizo El Diario de Hoy en el marco del Día Internacional de la Mujer.

¿Qué significa para usted ocupar una magistratura de la Corte, se siente empoderada?

Sí, me siento empoderada del cargo, porque hay que saberlo llevar, porque es un cargo honorífico, me siento orgullosa de haber llegado a este puesto, me ha costado, pero llegué.

¿Qué obstáculos sorteó usted?

Comencé en la Procuraduría General de la República, allí trabaje 17 años con la gente más vulnerable de este país, eso me ayudó a tener una sensibilidad porque a la Procuraduría llega a pedir justicia la gente más vulnerable del país.

Después vine a la Corte en 1990, me vine a un programa que se llama Auditoría Judicial, éramos diez mujeres. Teníamos que ir a los tribunales para ver cómo estaban trabajado los jueces, fue un programa bien innovador que se puso tras los acuerdos de paz. Hoy se llama Investigación Judicial.

¿Eso marcó su carrera?

Me marcó porque antes no habían muchas mujeres jueces, éramos jueces de Paz, hoy de 340 jueces de Paz más de la mitad son mujeres, y a medida van subiendo por ejemplo, la primera instancia, el números va bajando, pero es significativo. Como magistradas de Cámara son menos y como magistradas de Corte solo somos cinco y no hemos podido superar ese número. Como que en la Asamblea saben que solo cinco deben estar, nosotras quisiéramos ser ocho, para ser la mayoría (en el pleno).

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¿Qué diferencia habría si en el pleno de la Corte hubiera más mujeres?

Sería algo nunca visto. He estado viendo en el despacho del presidente de la Corte Suprema la galería de presidentes y solo hay hombres, hay que romper con esos paradigmas porque las mujeres sí tenemos la capacidad, la valentía y el carácter para ser hasta Presidenta de la República. Pero las mujeres a veces no nos atrevemos por los patrones de conducta que tenemos por aquí, que a veces hay mucho machismo. Bueno, alguien dijo una vez en la Asamblea que las mujeres solo servían para estar en la casa. Claro que servimos para estar en la casa porque es un trabajo que hacemos con nuestros hijos, con nuestra casa, porque además de ser empleadas, servidoras públicas, somos madres; yo tengo tres hijos, ya profesionales que trabajan, casados, y le doy gracias a Dios porque les inculqué valores. Y así tratan ellos a sus esposas como los traté yo, dándoles el cariño, la responsabilidad.

¿Y así se van rompiendo patrones?

De esa manera se van rompiendo los paradigmas porque acuérdese que antes los hombrecitos no podían ni entrar a la cocina, se les decía: ‘no entre porque usted no es mujer para que esté en la cocina’. Entonces uno de madre le seguía inculcando a los hijos que no podían hacer trabajos domésticos porque era cuestión de género. Es la forma en que uno los educa.

¿Ha enfrentado el machismo en su carrera?

Claro, luché contra el machismo porque, como le digo, los hombres creen que las mujeres no estamos capacitadas para desempeñar un cargo como este, y toda la experiencia dice que no, al contrario, las mujeres vemos el rostro humano de la justicia, somos más humanas. Con eso no quiero decir que los hombres no son humanos, pero nosotras tenemos esa sensibilidad que nos da el ser madres.

¿Hombres y mujeres tienen las mismas capacidades, pero en un cargo como el suyo hay que demostrarlo?

Tenemos que demostrar el doble, ¿lo sabía?

¿Qué retos se impone usted?

Los retos que yo me pongo es que tenemos que apoderarnos del cargo y no solo creerlo sino demostrarlo ante la ciudadanía de que las mujeres podemos. Hay mujeres que dicen: ‘es que yo no puedo porque soy mujer’, pues no, que se les quite eso, que se atrevan a hacerlo. A veces las mujeres no participan en cargos de elección, y tienen que participar. Por ejemplo en este programa de optar a la judicatura pocas mujeres se atreven.

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¿Se atrevería a buscar la Presidencia de la República?

Claro que sí, estoy capacitada. Porque para llegar a esos cargos hay que tener carácter y decisión y no tener miedo, porque lo peor que un juez puede tener es tener miedo y no tener carácter. Así que eso se necesita, empoderarnos del cargo, pero no para nosotros sino que la ciudadanía vea que sí podemos. Las mujeres tienen que estar en todos los concursos y en todos las situaciones donde necesitan su presencia.

¿La magistratura no es su límite?

No, los límites nosotros los ponemos y si nosotros queremos triunfar no hay límite, es de acuerdo a la responsabilidad, la idoneidad y la perseverancia que tengamos para el cargo.

¿Qué motivación haría a las mujeres?

Yo les digo a les mujeres que se atrevan, se empoderen y lo pueden lograr pero tienen que tener iniciativa de participar en donde se necesite... a veces las mujeres creemos que no podemos, pero podemos.