Madre salvadoreña lucha por ver osamentas de su hijo encontradas en el desierto de Texas

El joven universitario y su hermano huyeron del país por amenazas de las pandillas. Rodrigo falleció en el desierto en 2019, sus osamentas fueron encontradas 17 meses después. Su hermano regresó al país.

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Rodrigo Eduardo Rivas Renderos era estudiante de cuarto año de Ingeniería en la UCA pero tuvo que huir por amenazas de pandillas. Fotos: Cortesía Familia Renderos y AFP

Por Lissette Lemus

2021-04-25 11:30:50

La tragedia que devasta y mantiene impotente a Indira Renderos lleva 29 meses. Su hijo, un estudiante universitario de cuarto año de Ingeniería de la UCA, murió en un desierto de Estados Unidos cuando intentaba llegar a ese país, tras huir de una amenaza de las pandillas en El Salvador.

Desde aquel septiembre de 2019, cuando Rodrigo Eduardo Rivas Renderos, salió desde El Salvador junto a su hermano, con la ilusión de llegar donde su madre, todo ha sido como una pesadilla para la salvadoreña inmigrante, quien se encuentra radicada en San Francisco California, en Estados Unidos desde hace 8 años.

El joven Rodrigo tuvo que huir por amenazas de pandillas. Foto/ Cortesía familia Renderos

Rodrigo nunca llegó a su destino, tras varios días de camino en el desierto de Texas, específicamente en Falfurrias, al parecer el joven comenzó a perder fuerzas y lo atacó el cansancio hasta que ya no pudo seguir. Murió entre varios árboles del desierto.

Mientras que su hermano regresó a El Salvador tras lo difícil que era llegar donde su madre y tras separarse de su hermano por órdenes del guía que les llevaba.

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Según la iniciativa de gestión de información de movilidad humana en Triángulo Norte en 2019, hubo 31, 316 salvadoreños fueron retornados a El Salvador en su intento por llegar a Estados Unidos. De esos casos, 23, 713 eran hombres, 6,996 mujeres, 3,700 niños y 2,906 niñas.

Ese año, Indira sin saber donde se encontraba su hijo, comenzó una maratónica búsqueda a través de campañas en las redes sociales, pidió ayuda a los consulados salvadoreños y organizaciones que apoyan a los inmigrantes en el referido país.

Pero fue hasta el sábado 8 de febrero de 2020, cuando unos cazadores encontraron el supuesto cadáver de Rodrigo en el desolado desierto de la ciudad de Falfurrias, localizada en el condado de Brooks, Texas. Otro inmigrante que viajaba con Rodrigo, dio las coordenadas exactas de donde podrían estar el joven, ambas coincidían con el lugar donde los cazadores habían encontrado el cuerpo.

Decenas de personas mueren de deshidratación cada año en el desierto de Falfurrias, Texas. Foto / AFP

Un mes antes, en enero de 2020, Indira viajó hasta la ciudad de Falfurrias vía aérea para buscar a Rodrigo, apoyada por el grupo altruista “Ángeles del Desierto” y policías locales, pero no tuvo suerte de encontrar a Rodrigo y se regresó a California.

“Las autoridades me tomaron en noviembre de 2019 la muestra de ADN (sangre), ahora que ya tienen las de mi hijo, espero que agilicen el resultado. Solo quiero que me entreguen el cadáver de  él para enterrarlo como Dios manda”, expresó la madre entre lágrimas el 14 de febrero de 2020, cuando habló vía telefónica con este medio.

Tras el hallazgo, Indira habló desde Estados Unidos con El Diario de Hoy para hacer pública la petición de ayuda a las autoridades y al presidente Nayib Bukele, para que intercediera y se agilizara la repatriación de las osamentas.

La inmigrante dijo en esa fecha que su corazón le decía que su hijo estaba con vida cuando ella hizo pública su desaparición y que podría ser auxiliado en el momento en que ella alertó a las autoridades sobre su búsqueda, pero ninguna autoridad le apoyó.

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Hasta el viernes 23 de abril Indira no ha podido tener el cadáver de su hijo, y mantiene una lucha constante entre ruegos y trámites para realizar sus exequias, tanto en Estados Unidos como en El Salvador.

La impotencia y lucha de querer ver a su hijo antes de su entierro 

El pasado 7 de abril las autoridades de Nuevo Laredo le informaron a Indira que las muestras que le tomaron a ella en noviembre de 2019, coinciden con el cadáver encontrado por los cazadores en febrero de 2020.

Durante 17 meses Indira vivió con una leve esperanza que ese cadáver encontrado no fuera el de Rodrigo, pero también le hacía difícil seguir viviendo con la angustia de no saber del paradero de su hijo.

Pero era casi seguro que el cadáver encontrado en el desierto era de Rodrigo, ya que junto a él, estaban las pertenencias del joven. Su documento de estudiante, su celular, dos cadenas con dijes de San Benito y otros objetos.

“Estoy desvanecida, teni?a una esperanza que no fuera Rodrigo, pero todo se derrumbo?. Luche? tanto por buscarlo. Nadie merece esta muerte, mucho menos mi hijo, un joven profesional que tuvo que huir para no ser víctima de la violencia en El Salvador”, expresó la madre entre lágrimas.

La inmigrante salvadoreña trabaja en el negocio de la limpieza desde hace varios años. Con sus ahorros y otros endeudamientos, logró conseguir dinero para sacar a su hijo de El Salvador antes de que las pandillas lo mataran.

Dice que gastó 14,000 dólares para que un coyote lo llevara a Estados Unidos de “forma segura”. Ahora la repatriación de su hijo tiene un costo de más de $5,000.

La violencia y la falta de oportunidades obligan a decenas de salvadoreños a emigrar del país cada año. Según un informe de octubre de 2020 publicado por la Agencia de la ONU para refugiados (ACNUR) a finales de 2019 un total de 41, 850 salvadoreños se encontraban refugiados alrededor del mundo.

Según el organismo internacional ese mismo año hubo 136, 292 salvadoreños solicitantes de asilo y en espera de una respuesta en diferentes países del mundo.

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Ahora Indira ha iniciado un proceso para poder ver el cadáver antes de ser repatriado hacia El Salvador. El deseo de la apesadumbrada madre es que las autoridades de Nuevo Laredo envié primero los restos de Rodrigo a San Francisco para poder realizar una especie de despedida y luego que sean enviados a El Salvador.

"He realizado varios trámites en los consulados y me han prometido que me ayudarán a realizar lo que más deseo. Me dolerá muchísimo que el cadáver de mi hijo sea enviado hacia El Salvador y no ver aunque sea sus huesos", razona la doliente.

Indira afirmó que ha firmado poderes autorizando a las autoridades a realizar las diligencias de traslado para que se realice en las próximas semanas.

"Es muy difícil que yo viaje desde San Francisco hacia Nuevo Laredo, me han dicho que podría tener problemas migratorios y podría perder mi proceso de residencia que lo tengo en un 90 por ciento adelantado", explica Indira.

En cuanto a las repatriaciones de cadáveres de salvadoreños que han muerto en camino de la búsqueda de seguridad y mejores condiciones económicas, entre enero de 2009 y marzo de 2018, hubo 833 cuerpos de compatriotas fueron repatriados, según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores. En los últimos tres años el ministerio no ha hecho públicos los datos.

Violencia y migración

Entre finales de 2018 y principios de 2019 la migración desde el Triángulo Norte presentó una nueva forma de movilidad con la formación de caravanas migrantes que se desplazaban visiblemente originadas en Honduras y El Salvador.

En el 2020, a pesar de la emergencia de la pandemia del COVID-19, los salvadoreños no desistieron en su intento por migrar hacia el norte, aunque hubo una variación del 71.6 con relación al año anterior. En ese año 10,609 salvadoreños fueron retornados al país desde México y Estados Unidos, de ellos, 7,943 son hombres, 1,570 son mujeres, 640 niños y 456 niñas.

De enero a marzo de 2021, 967 salvadoreños han sido retornados en lo que va del año. De las personas que han sido regresadas a su país de origen 741 son hombres, 113 mujeres, 76 niños, 37 niñas.

En los últimos dos años, los departamentos que más reportan personas migrantes son en primer lugar San Salvador 1,608 en 2020 y de enero a marzo de este año 153. En segundo lugar está La Libertad con 1,013 en 2020 y de enero a marzo de este año 108. En tercer lugar se ubica San Miguel con 1,113 en 2020 y de enero a marzo de este año 111.

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