Las mujeres serán más afectadas por la industria 4.0

En un futuro no muy lejano, las mujeres que trabajan en ventas o como cajeras de bancos, operadoras de call center o en una maquila, tendrán mayor riesgo de que ser sustituidas por un máquina.

descripción de la imagen
Foto EDH/ Shutterstock

Por Guadalupe Hernández

2019-11-05 6:00:54

Hace dos años, la empresa china Changying Precision Technology Company decidió sustituir el 90 % de sus empleados por robots.

Casos similares se han seguido registrando en el mundo por parte de empresas que consideran que los empleados perfectos son los robots, como por ejemplo el de Foxconn, la compañía china que fabrica dispositivos para Apple y Samsung, que también remplazó más de 60,000 trabajadores por autómatas.

En la actualidad ya hay un ejército de 2.6 millones de robots funcionando en todo el planeta, según la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés).

Según el Foro Económico Mundial, (World Economic Forum, WEF), los países con más penetración de autómatas en la industria son: Corea del Sur, Singapur y Japón, y en América Latina México, Argentina y Brasil.

Pero, ¿cómo impactará toda esta transformación tecnológica, llamada la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0, a El Salvador?

La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa) se dio a la tarea de elaborar el estudio: “Mujer y mercado laboral 2019: El Salvador, el futuro del trabajo con la Industria 4.0”, el cual evalúa desde una perspectiva de género el impacto de los acelerados avances tecnológicos sobre el mercado de trabajo local.

El documento, que fue presentado la semana pasada, plantea que la Industria 4.0 tendrá mayor impacto en las mujeres, ya que son quienes desempeñan más ocupaciones de calificación intermedia, las cuales son las más amenazadas por la sustitución tecnológica, sobre todo en maquilas y centros de llamadas, dos actividades económicas a través de las cuales El Salvador se ha insertado en las cadenas globales de suministros.

Según datos del Seguro Social, a 2018, el sector maquila empleaba a unas 64,000 personas, de las cuales el 62 % son mujeres. Mientras que a ese mismo año, los centros de llamadas generaron trabajo para unas 4,000 personas, de las cuales el 39.6 % son mujeres.

Otras puestos, como ventas y servicios financieros (cajeras), también corren riesgo de sustitución por programas automatizados.

“En el caso de las mujeres puede existir un impacto positivo porque se pueden crear empleos en donde tradicionalmente no participaban, como la construcción y la agricultura; pero también algunos efectos negativos con la desaparición de trabajos con nivel de educación intermedio”, explicó Silvia Rubio, investigadora del documento.

De ahí que Ormusa recomienda la implementación de programas que incentiven la participación de las mujeres en las áreas tecnológicas y matemáticas, que suelen ser las brechas persistentes en el mercado de trabajo actual, y que en el futuro, con la profundización de la Industria 4.0, pueden llevar a segregaciones ocupacionales más profundas.

Foto EDH/ Shutterstock

Transformación y regulaciones

En definitiva, la automatización traerá un ajuste en el mercado laboral: eliminación de puestos de trabajo y creación de nuevos.

Sin embargo, en los nuevos empleos surgen algunos que pueden considerarse “atípicos”, como las plataformas de servicios a través de aplicaciones (transporte, limpieza, delivery, mandados, entre otros).

En muchos casos, en esta “economía de plataformas” el empleado no tiene relación directa con su empleador, y además carece de prestaciones sociales.

Carmen Urquilla, coordinadora del programa de justicia laboral de Ormusa, considera que si no existen las regulaciones necesarias de cara a la nueva realidad del mercado laboral y de toda esta revolución industrial, se podría generar una mayor desigualdad social y económica (entre hombres y mujeres, pobres y ricos), aunque las empresas logren aumentar la productividad.

Un panorama similar presenta el informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, pues sostiene que la evidencia en los países desarrollados muestra que si bien los procesos de automatización en el marco de la industria 4.0 se han concentrado en principio en la industria manufacturera, afectando sobre todo a los hombres, también se prevé algunas transformaciones en el sector de los servicios, las cuales impactarían en mayor proporción a las mujeres.

El informe, elaborado en forma conjunta por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina para el Cono Sur de América Latina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), añade que la incorporación de nuevas tecnologías a su vez podría generar un aumento en la participación de las mujeres en actividades remuneradas en plataformas digitales.

Esa modalidad de trabajo, considerada flexible, podría favorecer a aquellas personas que buscan compatibilizar sus actividades productivas con la familia o estudios.

Este documento coincide en que para estos nuevos modelos de trabajo es necesario incorporar algunas políticas, a fin de evitar una mayor precarización laboral y sobrecarga de trabajo, de modo que no se incrementen las brechas actuales.

El desafío es grande, ya que supone avanzar en diversas áreas, como aumentar el acceso a las nuevas tecnologías -y el uso de estas por parte de las mujeres-, reducir los estereotipos en los campos de estudio, incorporar regulaciones que aseguren que una mayor flexibilidad no suponga una menor calidad del empleo y adaptar los sistemas de seguridad social a las nuevas formas de empleo, reitera el documento.

Aunque los datos sobre el efecto de la automatización por género, aún no son concretos, un factor clave para evitar el riesgo de que la desigualdad aumente es crear condiciones para que tanto hombres como mujeres tengan acceso a educación de calidad.

Los países también deben apostarle al acceso a nuevas tecnologías y también a implementar programas que permitan el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y digitales que permitan a los jóvenes enfrentar los desafíos del cambio tecnológico.

Tres proyectos a favor de las mujeres

MICROSOFT: Digigirlz, la apuesta de Microsoft por la mujer digital

En marzo de este año se llevó a cabo la octava edición de DigiGirlz, un proyecto de Microsoft que pretende que las jóvenes se involucren cada día más en el mundo de las carreras científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), debido a que las mujeres tienen una baja participación en el mercado laboral de estos sectores.

Microsoft, que tiene un marcado liderazgo femenino en Centroamérica, busca impulsar la igualdad de género en los campos de la ciencia y la tecnología e inspirar a la próxima generación de líderes femeninas para unirse a las áreas que mayor demanda laboral tendrá en la era de la transformación digital.

El proyecto busca exponer, capacitar y alentar a las jóvenes para que continúen rompiendo paradigmas y triunfando en el sector de las ciencias y la tecnología.

Además de visibilizar las ventajas de las carreras tecnológicas y la creciente demanda de estos perfiles en el mercado laboral, DigiGirlz busca acercar referentes y modelos femeninos para que las niñas consideren estas opciones y planeen su futuro profesional con el horizonte científico y tecnológico más presente. En esta última edición participaron unas 300 jóvenes de distintos centros educativos públicos.

ESEN Y FUNDACIÓN COEX

“Hay que fortalecer el empoderamiento y la confianza”

La Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), junto a Fundación (COEX), impulsa el programa

Escuela para Jóvenes Líderes (EJL), que busca fortalecer el empoderamiento, autoconocimiento y confianza de jóvenes salvadoreñas. Estos valores sin duda ayudarán a enfrentrar con mayor facilidad los cambios que también traen los avances tecnológicos.

“La idea es que se conviertan en personas autónomas aún en entornos adversos”, dijo Paola Quezada, responsable de programas especiales de la ESEN.

El programa incluye el fortalecimiento de la capacidad de expresión, autoestima, habilidades analíticas, y “se les guía en el proceso de diseñar su plan de vida y explorar alternativas de cara al futuro”.

Las actividades incluyen clases de fortalecimiento de matemática y lenguaje (usando herramientas como word y excel), cultura general, talleres de liderazgo, mentorías, charlas y talleres de orientación vocacional.

El programa nació en 2014, pero es apoyado por la Fundación Coex desde 2016, lo que ha permitido ampliar de una a dos sesiones al año, y así beneficiar el número de beneficiarias, explicó Marcela Basagoitia, directora ejecutiva de la Fundación Coex. A la fecha, alrededor de 270 jóvenes de primero y segundo año de bachillerato han sido beneficiadas con el programa que tiene una duración de 10 sábados.

VERTEX STUDIO

“No hay que parar de aprender, seguir estudiando es básico”

Las mujeres deben hacer un cambio de “chip mental y actitudes”, para hacerle frente al acelerado avance de los robots móviles o autónomos en el mercado laboral, sostiene Iliana Benítez, directora de Negocios de Vertex Studio, una productora de tecnologías interactivas que nació en 2010 en nuestro país.

“Las mujeres podemos desempeñarnos en sectores dominados por hombres, demostrando nuestras capacidades. Pero hay que hacer ese cambio, sino seguramente vamos a ser afectadas en las tareas que ejecutamos”, dice Iliana, quien junto a su hermana Ingrid, no solo dirigen la empresa, sino también se dedican a brindar mentorías sobre tecnología a jóvenes salvadoreñas.

La apuesta de las “Hermanas Tech”, como son conocidas, es ampliar la participación de las mujeres en este sector, que en su mayoría es liderado por los hombres.

Iliana, quien vive día a día en el mundo tecnológico, cree que las mujeres no deben sentir ningún tipo de miedo ante estos cambios, sino más bien prepararse, aprender cada día más, y luego, con el talento adquirido, migrar a los nuevos puestos de trabajo que ofrecerá la industria en general. Las empresas también deben adoptar nuevas culturas corporativas y estructuras organizacionales, porque aunque “no queramos ya estamos en la era de la automatización”.