La familia Recinos lleva 31 años horneando pan para Nochevieja

Elaborar pan francés se ha vuelto tradición en la familia Recinos. Tienen ya más de tres décadas en el negocio.

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El sector productivo local trabaja en una serie de protocolos sanitarios para reactivar la economía con el resguardo de la salud. Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Jessica Orellana

2019-12-31 4:30:44

El aroma a pan recién horneado se dispersa en la casa de la familia Recinos Díaz, en San Juan Opico, departamento de La Libertad. Una de las pocas familias que todavía lo elaboran de forma artesanal en la zona. El aroma es una invitación para que los lugareños se acerquen a comprar.

Era 1988 cuando Angélica Díaz y Efraín Recinos decidieron emprender su propia panadería, con una calidad y dedicación que les ha valido para convertirse en los panificadores más reconocidos de la zona. Calidad y empeño que hasta hoy mantienen.

Angélica relata, con gran emoción, como aprendió el oficio de su esposo y sus suegros, quienes se dedicaban hacer pan francés y fueron los fundadores de la primera panadería en San Juan Opico, oficio que les llevó a ganarse la vida y sacar adelante a la familia.

 

 

“Poco a poco fuimos haciéndonos de nuestras cosas, la galera, el horno, las latas: todo poco a poco, hasta convertirnos en una de las panaderías más reconocidas de Opico”, asegura la panificadora y recuerda que no hace mucho tiempo, las calles alrededor de la panadería permanecían siempre llenas de filas de personas, atraídas por la calidad y el sabor de su producto.

Hoy en día son Rodolfo Recinos, el menor de sus hijos, junto con su esposa, María Lemus, los que han retomado las riendas de la panadería y, con ayuda de Angélica, sacan adelante el negocio.

“Un sin fin de jóvenes han pasado por esta panadería, acá han venido a trabajar en temporada alta (23, 24, 30 y 31 de diciembre), a veces yo salgo a la calle y me saludan jóvenes o hombres ya mayores que yo, por mi edad no los recuerdo y me dicen que yo les enseñé a hacer pan”, relata Angélica, a sus 68 años.

Las fechas de Navidad y de fin de año son temporadas altas para los panificadores salvadoreños. En los hogares no puede faltar el pan francés para la cena y del desayuno, fechas en las que el trabajo se agudiza en la panadería.

Más de 7,000 panes son elaborados de diferentes tamaños y precios. Desde el de cuatro por $0.25 centavos, hasta cinco o siete por el dólar , mientras que el especial lo cobran al precio de un dólar. “A nosotros nos buscan porque nuestro pan es de calidad y con los mejores ingredientes, cuando los clientes los prueban quedan encantados ”.

Actualmente, los Recinos dan empleo a seis jóvenes, que se encargan desde la preparación de la masa, refinado, la elaboración y el horneado. Todo listo para que en la cena de fin de año, los salvadoreños puedan degustar sus alimentos acompañados de pan francés.

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Tres décadas de hornear pan francés para fin de año en San Juan Opico

Desde la madrugada del 31 de diciembre, el aroma a pan recién horneado se dispersa en la casa de la familia Recinos Díaz, en San Juan Opico, departamento de La Libertad. Una de las pocas familias que todavía lo elaboran de forma artesanal en la zona. El aroma es una invitación para que los lugareños se acerquen a comprar.