AHUACHAPÁN. El Juzgado Ambiental de Santa Ana practicará una inspección en la laguna El Espino, en Ahuachapán, luego que El Diario de Hoy hizo una publicación, el 28 de mayo pasado, sobre la contaminación que sufre principalmente por las aguas grises que son lanzadas por 3,126 hogares que se ubican a su alrededor.
Los datos publicados fueron tomados de un estudio que realizó la Unidad Ambiental y Servicios Públicos de la comuna, en donde consigna que la laguna recibe al año 37,000 metros cúbicos de aguas grises por lo que la califica que está en una etapa de degradación reversible; pero que de no tomarse acciones podría convertirse en “una gran cloaca que genera malos olores, proliferación de insectos, vectores de enfermedades respiratorias y gastrointestinales”.
La basura que es arrastrada por dichos líquidos o cuando llueve es otra forma de contaminación que sufre la laguna.
El juzgado, que citó parte de la publicación, notificó a la municipalidad que inició las diligencias de medidas cautelares y que ordenó practicar una inspección el 29 de julio próximo, a las 10:00 de la mañana, por lo que le pide que designe personal de la Unidad Ambiental para que esté presente.
El alcalde, Abilio Flores, declaró que para solucionar la problemática deben de involucrarse todas las partes relacionadas a dicho tema, incluyendo la población que es la más afectada cuando se forman plagas por este tipo de contaminación.
El edil dijo que hay habitantes de la zona que tienen sus fosas para deshacerse de las aguas grises que generan; pero que en el afán de que no les colapsen, lanzan los líquidos a las calles.
“La laguna es importante, es emblemática, para Ahuachapán y lo que se requiere es la concientización de todos para iniciar trabajos efectivos en este tema. Así como el ejemplo que tenemos en la laguna El Espino hay muchos lagos, lagunas, y ríos en todo el mundo que merecen la atención; si no le ponemos atención llegaremos a una situación difícil en cuanto a agua y al mismo aire que respiramos. Por eso es urgente que unamos esfuerzos”, expresó el edil.
La municipalidad propone como parte de las soluciones, la instalación de biofiltros que permitan darle un tratamiento a las aguas grises para que las familias la reutilicen en el riego de suelos y plantas, entre otros usos.
Además, hace 2 años colocó trampas que han permitido que al menos 200 toneladas de basura no vayan a parar a la laguna pues los desechos quedan sobre dichas estructuras cuando son arrastrados por las aguas grises y lluvias. Otra cantidad no determinada termina en el agua.
Sin embargo, dichas trampas son criticadas por algunos pobladores porque la acumulación de los desechos, y en ocasiones de animales muertos, generan malos olores.
La queja se da a pesar de que la basura no termina en la laguna y que la alcaldía llega periódicamente a recogerla.
“Varias personas se han enfermado por el tufo. Ya no se puede hacer nada; sólo que la gente de arriba no empujara basura en el zanjón para que no viniera a dar a la laguna”, expresó un lugareño, Obelio Mendoza.
El hombre, de 76 años y quien siempre ha vivido en la zona, recordó que anteriormente la laguna era muy visitada; pero el turismo comenzó a disminuir por la situación que enfrenta.
El coordinador de la Unidad Ambiental, Marlon Brito, expresó que la laguna se podría convertir en una cloaca en un lapso de 5 años si no se toman acciones para revertir el daño que sufre por la contaminación; pero también reconoció que el rescate podría tardar una década.
