INFOGRAFÍA: Joven acusada de hurtar auto policial sufría depresión grave por violencia

En el 2017, la procesada por el delito de hurto de vehículo automotor comenzó a ser víctima de violencia intrafamiliar. Hasta el día que la capturaron, estudiaba la carrera de Arquitectura en una universidad privada.

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Foto EDH/ archivo

Por Jorge Beltrán

2019-11-09 8:00:37

Muchas personas tomaron como algo gracioso el hecho de que una mujer se llevara el carro patrulla en el que andaban tres policías a quienes pidió ayuda luego de tener problemas con su compañero de vida.

Esa mujer es Ruth Lisseth Mejía Martínez, tiene 26 años. Basta googlear su nombre para que se desplieguen un puñado de resultados relacionados todos con el incidente que protagonizó el 5 de septiembre de este año.

“Lady patrulla”, “Enferma mental” “Roba patrullas”, son algunos calificativos con que algunos medios digitales encabezaron sus noticias, luego de que trascendiera que “se había robado un auto policial”. Ese hecho provocó que se crearán cientos de memes que también se viralizaron tanto como hicieron ver en ridículo al equipo de policías que tenían asignada esa patrulla.

Pero pocos conocen que Ruth era víctima de violencia intrafamiliar de parte de Guillermo Portillo, su marido, con quien procreó dos hijos.

Pocos saben que aquella madrugada, Ruth y su esposo habían estado departiendo y que luego tuvieron una discusión y que cuando los policías se la encontraron, le notaron que había llorado.

Todo eso consta en la investigación judicial que contra ella existe en el juzgado de Instrucción de Quezaltepeque, departamento de La Libertad, donde se encuentra el caso actualmente.

Las declaraciones de los tres policías que se movilizaban en la patrulla policial, coinciden en que como a la 1:00 de la madrugada del 5 de septiembre sobre la carretera de Oro, a la altura del lugar conocido como Puente Ticsa, en Ilopango, observaron a una mujer y un hombre que caminaban. Ella iba delante; el hombre iba empujando una motocicleta.

Cuando le preguntaron a la mujer si todo estaba bien, ella les pidió ayuda; les dijo que había tenido problemas con su pareja y que ya no podía seguir viviendo con él porque era muy celoso.

Tras escuchar la versión de la pareja, un policía le dijo a la mujer que se subiera al vehículo institucional mientras ayudaban al hombre a subir la moto dañada, pues no podían dejarlo en el lugar debido a que es de alto riesgo delincuencial.

En eso estaban cuando los agentes vieron salir la patrulla con dirección hacia el poniente.

Según el relato de los policías, la idea era llevar a la pareja a la Delegación de Soyapango para que la mujer fuera atendida en la unidad respectiva, debido a lo que les había manifestado sobre su pareja.

Ruth no les mintió a los policías. En el expediente judicial hay registros en los que consta que en octubre de 2017, ella fue a la sede de Ciudad Mujer, de San Martín, para que le brindaran ayuda “porque tiene problemas con su esposo, sufre violencia de tipo psicológico y física”.

Una evaluación psiquiátrica realizada por una psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal concluyó que Ruth “adolece de un episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos, estuvo en tratamiento tres meses con antidepresivos, suspende sus medicamentos y controles médicos”.

“Al momento de la entrevista se evidencian síntomas ansiosos y depresivos a consecuencia de la situación estresante que está viviendo en este proceso legal, es recomendable que reciba asistencia psiquiátrica ambulatoria de manera urgente para que se le indiquen sus medicamentos”, reza el peritaje forense.

A media carrera de Arquitectura

Además de trabajar como secretaria en una iglesia católica y de atender a sus dos hijos, procreados con Portillo, con quien se casó civilmente hace un par de años, Ruth quiere ser arquitecta.

Pero a raíz de la detención provisional en la que se encuentra, acusada del delito de hurto de vehículo automotor en grado de tentativa (es decir, que no consumó el delito) ha tenido que interrumpir sus estudios de Arquitectura en una universidad privada.

La joven está a mitad de la carrera de Arquitectura, según consta en el expediente judicial.

De acuerdo con los documentos extendidos por la universidad donde estudia, Ruth tiene 25 materias aprobadas y su promedio de notas en general es de 7.5 de acuerdo con su registro académico.

A pesar de los esfuerzos que sus abogados han hecho para que Ruth continúe siendo procesada judicialmente con medidas sustitutivas a la prisión preventiva, la justicia no ha querido ceder.

Actualmente, Ruth está siendo defendida por la abogada Bertha María De León, quien se ha empeñado en que se ponga en libertad a su defendida; sin embargo, hasta este momento no ha sido posible.

El pasado jueves, la abogada De León le recordó al director de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Mauricio Arriaza Chicas, que hacía más de un mes que le había solicitado audiencia para tratar el caso de supuesto hurto de una patrulla policial y que como consecuencia, una mujer (víctima de violencia intrafamiliar) estaba privada de libertad por mal procedimiento policial.

Ese mismo día, Arriaza Chicas le respondió que había dado instrucciones a la unidad Jurídica de la institución para que, en conjunto con la subdirección de investigaciones, la atendieran.

¿Ánimo de justicia o de venganza contra Ruth?

El día que en el Juzgado de Paz de El Paisnal (norte de San Salvador) se celebró la audiencia inicial contra Ruth, la PNC mandó a la abogada Olinda de Jesús Herrera Ayala, para que la representara legalmente en la audiencia.

Cuando le concedieron la palabra a Herrera Ayala, expresó que la acción de Ruth había provocado que la credibilidad de la Policía quedara por el suelo.

La abogada continuó diciendo que aquel 5 de septiembre hubo muchas capturas que no salieron a la luz porque ella (Ruth) llevó todo el protagonismo al hurtarse el vehículo policial.

De acuerdo con el expediente judicial, Ruth también ha sido objeto de burlas por parte de algunos policías, quienes le reprochan que por su culpa, los compañeros que trataron de ayudarla, estén enredados en un problema disciplinario.

Días después de la detención, el director de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas, hizo broma del suceso.
“Recuperamos la patrulla dentro de los primeros momentos, si se me ordenan que la contrate (a Mejía), la vamos a contratar”, dijo el jefe policial, en tono de broma.

En esa ocasión agregó que a los policías que estaban a cargo de la patrulla que fue hurtada por Mejía se les abrió un proceso en la Unidad de Investigación Disciplinaria de la Corporación.

El funcionario explicó que, de ser necesario, los agentes serán sancionados por considerar que hubo negligencia mientras prestaban auxilio a la imputada.

Abogada alega que no hubo intención de hurtar el auto

Pero en su recurso de apelación a la decisión del juzgado de paz de El Paisnal, Deleón argumenta hay jurisprudencia que indica que para que se configure el delito de hurto, debe haber un ánimo de lucro propio o ajeno.

La abogada asegura que Ruth jamás tubo la intención de obtener lucro al llevarse el vehículo policial y que más bien lo hizo por temor a continuar con su pareja.

“Los tres agentes concuerdan en decir que al momento en que iban a ayudar a Guillermo Portillo a subir la motocicleta a la patrulla, fue cuando de repente la procesada emprendió marcha; es decir, que a pesar de que mi defendida estaba siendo víctima de su pareja, los agentes pensaron en llevarlos juntos en la patrulla.

De esa conducta se puede inferir un sentimiento de miedo de parte de Ruth Mejía a estar con su esposo, lo cual pudo causar la acción repentina de querer alejarse de él…”, indica Deleón en su escrito de apelación.

El 11 de septiembre, el Ministerio Público informó que Mejía enfrentaría un juicio sumario. El Juzgado le dio esa vez a los fiscales un plazo de 15 días para que aportaran nuevas pruebas y en esa fecha haría la audiencia para definir la situación legal de Ruth.

De momento, Ruth continúa con la medida de detención provisional dictada por el juez de Paz de El Paisnal, pues la apelación a esa decisión aún no ha sido resuelta por la Cámara de lo Penal de la Cuarta Sección del Centro.

QUIÉN ES RUTH MEJÍA

. Estudia la carrera de Arquitectura en una universidad privada.

.Es madre de dos niños.

. Sus estudios universitarios están en un 50 por ciento de avance.

. Su nota promedio a lo largo de sus estudios universitarios es de 7.5

. Antes de ser capturada trabajaba como secretaria de una iglesia católica.

. Al terminar su jornada laboral viajaba desde San Martín hasta San Salvador, a estudiar.

. En octubre de 2017 acudió a Ciudad Mujer San Martín a buscar ayuda por violencia intrafamiliar.

. En febrero de este año se puso en control psiquiátrico en una clínica de San Martín donde le diagnosticaron que padecía “episodio depresivo grave”.