Más de cien años de relación y de intereses estratégicos que unen a El Salvador con Estados Unidos podrían verse afectados ante las recientes actuaciones del presidente Nayib Bukele, en relación a su comportamiento con representantes estadounidenses, como el no recibir a Ricardo Zúñiga, enviado especial de la administración de Joe Biden para el Triángulo Norte, y los ataques hacia la congresista Norma Torres, lo cual muestra su “falta de experiencia” en relaciones internacionales, señalan expertos.
Napoleón Campos, analista de temas internacionales, opina que no es que el presidente Bukele esté siendo mal asesorado, ya sea por la canciller Alexandra Tinoco, o por otros funcionarios, entre estos la ministra de Economía, María Luisa Hayem, sino que “no escucha consejos” de sus ministros sobre lo que le conviene al país, de acuerdo a los lazos que unen a El Salvador con Estados Unidos, principalmente en temas migratorios.
“Hemos entrado en un espiral de profunda y cada vez más desconfianza en la relación bilateral con estas expresiones desafortunadas del presidente Bukele a diferente nivel con Estados Unidos. Pero el problema es mucho más de fondo, porque estamos taladrando una confianza que costó años en ser construida, donde la primera señal de alerta que tuvimos fueron las cartas que enviaron los congresistas republicanos, en septiembre, muy parecidas, a pesar de venir de dos partidos políticos que estaban en un proceso electoral confrontativo, pero se percibían preocupaciones similares, convergentes que apuntaban desde la toma militar y policial que hace el presidente Bukele a la Asamblea”, explica Campos.
Pese a la conducta del presidente Bukele, el encargado de Negocios de Estados Unidos en El Salvador, Brendan O’Brien, manifestó el pasado 20 de abril en una entrevista televisiva que su país es socio y amigo de los salvadoreños. “Nosotros siempre vamos a estar, hemos estado siempre con El Salvador y vamos a estar con El Salvador en el futuro”, indicó O’Brien.
Estados Unidos también ayudará a los salvadoreños al incluirlos en los fondos destinados para países centroamericanos, como los $4,000 millones para Honduras, El Salvador y Guatemala, explicó O’Brien, el cual es un beneficio que será directo para la población, donde van a trabajar con el gobierno, sector privado y organizaciones. “Esta es la intensión, para crear empleos es importante trabajar con toda la comunidad salvadoreña”, dijo.
Campos explica que los congresistas le solicitaban al presidente Bukele el respeto a la independencia de poderes, acatar las resoluciones de la Sala, y ahora vienen a sumarse los “exacerbados” comentarios a la congresista Norma Torres, quien ha sido parte del equipo referencial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
“Yo creo que no solo es inexperiencia, yo creo que lo que sucede en el fondo es que el presidente Bukele se ha venido a encontrar con que las conductas antidemocráticas que le observaban los congresistas en septiembre, al profundizarlas y no rectificarlas, se encuentra con que el sistema internacional expresado en la relación bilateral de Estados Unidos con El Salvador le comienza a pedir rendición de cuentas, sobre sus violaciones a la democracia y al Estado de derecho, le comienzan a pasar factura, porque el creyó que podía evadir la ley salvadoreña, y se viene a encontrar con que el sistema de justicia internacional tiene sus propios procesos y ahora enfrenta algo más grave, en esta línea de expresiones de inexperiencia, son hasta expresiones sin norte, sin brújula (tuits contra la congresista Torres)”, expone Campos.
Añade que otro error cometido por el presidente Bukele es que quien diera respuestas sobre las reacciones de El Salvador ante el informe de derechos humanos del departamento de Estados de los Estados Unidos fue la comisionada presidencial Carolina Recinos, “es desafortunado, triste, absolutamente falto de responsabilidad, yo diría hasta anti profesional”, señala Campos.
Indica que quien tenía que dar declaraciones ante un tema de relaciones exteriores era la canciller Tinoco.
“Ponen a una comisionada presidencial, que no sabe de relaciones internacionales, que no sabe de política internacional, que no sabe y no es especialista. Hasta donde yo sé, la señora Carolina Recinos no tiene ningún expediente ni ninguna trayectoria en el que diga que ella es especialista en las relaciones bilaterales entre El Salvador y Estados Unidos, y la ponen a decir una serie de disparates sobre el informe, cuando ella sabe que existe una lista de lo que se llama técnicamente personas de interés para Estados Unidos, y no me extrañaría que algunas de estas personas mencionadas en el informe de derechos humanos puedan ser las personas que también aparezcan en esa lista, junto con otras señaladas por corrupción y por violar la democracia y el Estado de derecho”, opina Campos.
Rubén Zamora, exembajador de El Salvador en Estados Unidos, explica que lo principal es saber qué relación es la que quiere tener el presidente Nayib Bukele con Estados Unidos, porque a Donald Trump lo consideraba su gran amigo, y al gobierno de Estados Unidos como la más necesitada relación diplomática, política y económica con El Salvador, y hoy con el cambio de gobierno es una relación de “pelear con Estados Unidos”, a esto se suma que está siendo “mal asesorado” por la canciller.
“Tenemos una ministra (de Relaciones Exteriores) sin experiencia diplomática, ella fue funcionaria sobre el problema de drogas, tanto en la OEA como en Viena, pero es un funcionario técnico, ella nunca ha sido embajadora ni ha sido un ministro consejero, entonces tiene muy poca capacidad para poder desarrollar una política exterior. Él (Bukele) que es caprichoso y ahora con un ministerio de Relaciones Exteriores quebrado como está y sin posibilidad de establecer ninguna línea seria de política exterior”, dice Zamora.
Añade que otro error cometido por el presidente Bukele es la manera de nombrar a la embajadora de El Salvador en Washington, Milena Mayorga; donde no realizó el protocolo, “es que no tiene ninguna experiencia, él no ha hecho relaciones exteriores nunca, ni empíricamente ha aprendido, él ha hecho visitas a Estados Unidos cuando fue alcalde, caía muy bien, es muy activo, dejó buena impresión a nivel latinoamericano, pero esto no da para una política exterior”, comenta.
Rubén Zamora, exembajador de El Salvador en Washington, opina que si hay un seguro social en el país son las remesas que reciben los salvadoreños de sus parientes en Estados Unidos.
“El Seguro Social (ISSS) tiene un 16 % de trabajadores, pero los salvadoreños son muchos más los que envían dinero al país todos los meses, y por lo tanto hay que defender esto, es una obligación”, opina. Comenta que cuando realizó su gestión como embajador veló por que se mantuviera este flujo de remesas.
“El presidente Bukele, yo creo que su actitud con (Donald) Trump fue una traición a los millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos”, señala, ya que explica que el presidente Trump quería enviar de regreso al país a los millones de salvadoreños en Estados Unidos, lo cual fue apoyado por Bukele.
Napoleón Campos, experto en temas internacionales, opina que el presidente Bukele queda como el responsable del deterioro y de las consecuencias del deterioro de las relaciones con Estados Unidos, que puede traer sanciones para el país, “pueden ser sanciones que vayan desde individuos o instituciones sancionadas, como se ha sancionado a otros países, hasta sanciones económicas a mayor alcance”, dice Campos.
A esto se suma que El Salvador no tiene la capacidad de asumir la responsabilidad de recibir los millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos, “las personas que han emigrado lo han dicho, y por eso el gran conflicto abierto entre los tepesianos y el presidente Bukele con las terribles declaraciones que llevó la embajadora (Milena Mayorga) a Washington, al decir que ella iba con el plan de que la gente regresara”.
Wilson Sandoval, coordinador del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción de Funde, opina que el presidente Nayib Bukele en su enfrentamiento con Estados Unidos lo que está haciendo es buscando un “contrincante” a falta de una oposición fuerte frente su Gobierno, ya que ha planteado que ARENA y el FMLN no son sus rivales. “Ya oposición política no tiene, no va a tener al FMLN ni a ARENA que le estorben, y el combustible de su retórica, para mantener al electorado contento con lo que este Ejecutivo viene haciendo es precisamente echarle gasolina al fuego de manera que pueda el conflicto suscitar, que la situación se mantenga como el presidente Bukele quiere, como la confrontación con la congresista Torres, pero las consecuencias serias son los migrantes y los que se benefician de la cooperación internacional”, señala.
Explica que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no recibió a Mayorga y solo le mandó una nota de aprobación sin tener una cita con la embajadora.
“Lo que él hizo para nombrar a la embajadora salvadoreña para Estados Unidos fue una bofetada al departamento de Estado, porque los embajadores no pueden ir solo porque los mandan, sino que se le manda a decir al país si le parece el enviado, y el país envía el pláceme. Pero en un evento público la nombró embajadora (Milena Mayorga) ese es el primer insulto”, comenta Zamora.
Otra actuación errónea del presidente Bukele fue cuando viajó a Estados Unidos y sin previo aviso pidió una reunión con el presidente Biden, menciona Zamora.
“Luego, el presidente Bukele se va para Estados Unidos un día porque se le ocurrió ir y estando en ese país comenzó a pedir audiencia no con ministros, sino con personas de tercer nivel del gobierno de (Joe Biden) y le dijeron que no, porque no es aceptable que un jefe de Estado vaya a pedir hablar con el otro gobierno en su territorio sino es que antes se han puesto de acuerdo”, explica.
Añade que el gobierno de Biden respondió como respondería cualquier gobierno y le negaron audiencia, “pero como aquí no entienden eso, cancillería no tiene ninguna dirección, lo dejan ir. Qué es lo que hizo ahora, viene el enviado del presidente Biden que pidió ser recibido desde hace varios días y mandaron la nota y el gobierno de El Salvador nunca le respondió. La correlación de fuerzas entre El Salvador y Estados Unidos es completamente distinta, no somos ni siquiera la Unión Europea, somos un paisito que se las quiere dar de grande”, indica.
Añade que es delicado cómo está manejando El Salvador el tema de política exterior en un momento delicado donde a nivel mundial se está al borde de una crisis económica, “pero también, al no recibir al enviado del gobierno de Biden hay dos explicaciones, una es ese jueguito de como me hiciste esto, yo te hago más, una forma para tratar de romper con Estados Unidos; y la otras es que, bueno, y qué le va a decir Bukele al enviado del presidente Biden que viene a decirle que ‘le voy a ayudar pero usted tiene que guardar la Constitución y las leyes de su país’, que tiene que parar la corrupción y los robos que están haciendo sus funcionarios”, dice Zamora.
Wilson Sandoval, coordinador del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción, de Funde, señala que “se nota una total inexperiencia en el manejo de relaciones internacionales de parte del Ejecutivo, yo me atrevo a decir que esta inexperiencia parte de que ni siquiera existe una política pública que sustente cómo tienen que ser las relaciones diplomáticas con los socios comerciales o con los cooperantes internacionales, porque parece que todo trata de resolverse en materia diplomática a punta de tuits”, dice Sandoval.
Explica que la ciudadanía no debe de ignorar que Estados Unidos es el principal socio comercial y cooperante internacional que ha trabajado en El Salvador con temas como seguridad pública, migración, corrupción, justicia, entre otras acciones en beneficio de la población.
“Lo que peligra acá es la cooperación, y no lo digo desde una perspectiva de un país dependiente que no pueda sobrevivir sin los Estados Unidos, lo digo como un país que hoy por hoy tiene una estrategia para poder sustentar su supervivencia sin este socio comercial, y sin este cooperante. Yo no le veo nada de positivo a lo que el presidente (Bukele) está haciendo en materia de relaciones exteriores frente a Estados Unidos, al contrario, ojalá no resulten perjudicados aquellos que hoy buscan una solución al TPS (estatus de protección temporal), a su situación migratoria en los Estados Unidos, que buscan asilo político”, opina Sandoval.
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