Para el 2018, el Ministerio de Salud (Minsal) reporta que 90 mujeres adolescentes se suicidaron en el país, una situación que en el 2009 se catalogaba como la segunda razón de muerte en esta etapa de la vida.
El Minsal manifiesta que desde el 2009, cuando hubo 476 suicidios, se ha dado una reducción de casos significativa.
Pero aún, a pesar de la reducción de casos, la cifra de suicidios no deja de preocupar a instituciones y organizaciones.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) presentó un documento en el que da a conocer 14 historias de mujeres jóvenes embarazadas que se suicidaron debido a situaciones sociales a las que se vieron vulnerables.
Las historias, representadas con nombres ficticios, cuentan la tragedia que vivieron las jóvenes embarazadas donde exponen situaciones como abuso sexual, violencia, relaciones sentimentales a temprana edad, entre otras razones que las llevaron a no encontrar alternativas hasta llegar al suicidio.
Algunas características que reúnen dichas mujeres en estado de embarazo son que tienen poca escolaridad, son de escasos recursos, algunas de ellas viven en la zona rural, sufren desintegración familiar, maltrato, o viven en zonas que son territorios de pandillas, quienes controlan a las jóvenes.
Las 14 historias representan a cada uno de los departamentos, y la mayoría de casos se da por envenenamiento.
Hugo González, representante del Unfpa, mencionó que el país ofrece alternativas para brindar apoyo a las jóvenes que están en situaciones de vulnerabilidad, ya sea de violencia, acoso o abuso; entre estas están organizaciones que brindan asilo a las jóvenes, o instituciones que dan apoyo como el Instituto Salvadoreño Para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (Isna) y el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu).
“La idea de la publicación tiene que ver un poco más con la vinculación del embarazo, la violencia y el quitarse la vida. Cuáles son los elementos comunes que estas jóvenes y adolescentes tenían en función de lo que les motivó a tomar esa decisión. Da mucho dolor empático que niñas de 15 años, 16 o 18 años, estando embarazadas toman esa decisión ”, dijo González.
En algunos casos que se presentan los suicidios suceden por razones como un segundo embarazo y no saber cómo afrontarlo, otras porque son mujeres reclamadas por las pandillas, o jóvenes que sus parejas fueron asesinadas, menciona el representante del Unfpa.
Agrega que algunas soluciones para que las jóvenes no lleguen a este dramático final es que tanto las familias como la sociedad deben darles apoyo en todo sentido, pero que también las jóvenes busquen una mejor calidad de vida, ya sea a través de la educación y evitar los embarazos a temprana edad, ayudarles a mejorar su autoestima, brindarles atención psicológica y prenatal.
Otras formas de evitar que las jóvenes lleguen a tomar decisiones radicales es que tengan acceso a información sobre planificación familiar y educación sexual, para que los hijos sean deseados.