Helicobacter Pylori, un polizón que habita en tu estómago

En este momento, la bacteria Helicobacter Pylori puede llevar años alojada en tu estómago sin que lo hayas notado. Sin embargo, puede manifestar síntomas como náuseas, dolor de estómago e incluso causar enfermedades graves.

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Por Mireya Amaya

2019-06-29 9:35:54

La infección por Helicobacter Pylori es una de las más habituales en los seres humanos, y en general ocurre en la infancia. Se trata de un problema común que, de acuerdo con MSD Manuals, aumenta con la edad. A los 60 años, alrededor del 50% de las personas están infectadas, aseguran los médicos.

Además, es la causa más frecuente de gastritis y de úlcera gastroduodenal (úlcera péptica) en todo el mundo. Se trata de una bacteria en forma de espiral que tiene flagelos en uno de sus extremos, es decir una especie de pelos que le proporcionan movilidad.

“Es microaerofílica, lo que significa que para sobrevivir necesita niveles de oxígeno muy inferiores a los que se encuentran en la atmósfera. Además, es de crecimiento lento y posee características microbiológicas que le permiten sobrevivir en condiciones extremadamente adversas como el ambiente fuertemente ácido del estómago”, detalla Carlos Suárez, especialista en aparato digestivo.

De hecho, el experto añade que el único reservorio conocido de la bacteria es el estómago humano.

Pero, ¿cómo llega este microorganismo a nuestro estómago? El doctor Suárez explica en una entrevista a efesalud.com que la infección se transmite por vía fecal-oral, es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal portadora de estos microorganismos.

“Se ha podido encontrar material genético de Helicobacter Pylori en sistemas de abastecimiento de agua y algunos estudios avalan su presencia en aguas subterráneas, agua de pozos y en aguas residuales no tratadas”, señala.

“La transmisión oral-oral parece ser posible, como demuestra el hecho de haber encontrado Helicobacter Pylori en la placa dental y en la saliva de sujetos infectados. Esto teóricamente permitiría la transmisión a través del beso o al compartir cigarrillos o pajillas para ingerir líquidos, por ejemplo”, añade el especialista.

Síntomas comunes
El facultativo indica que la infección aguda suele producir un proceso leve y pasajero que se caracteriza por dolor de estómago y náuseas.

“Se ignora con qué frecuencia la infección desaparece de forma espontánea, pero varios estudios parecen indicar que esto podría ser bastante frecuente en niños. Por el contrario, la infección es generalmente prolongada en los adultos, probablemente de por vida, si se deja sin tratamiento”, afirma el doctor Suárez.

La presencia de la bacteria puede mantenerse asintomática o manifestarse con síntomas como ardor de estómago, dolor, náuseas, saciedad precoz, halitosis o distensión abdominal”.

De acuerdo con la Clínica Mayo, a lo anterior se puede sumar un dolor más agudo cuando el estómago está vacío, pérdida del apetito, eructos frecuentes y pérdida de peso.

“La gastritis crónica superficial activa no atrófica, expresión inicial de la infección por Helicobacter Pylori, puede mantenerse asintomática por años y no diagnosticarse porque la persona no acude al médico al no sentir molestia alguna.

Esto puede mantenerse así durante toda su vida o hasta que sobrevengan los síntomas vinculados a alguna de las complicaciones asociadas a la infección, como úlcera gástrica, úlcera duodenal, linfoma gástrico tipo Malt o adenocarcinoma”, añade.

El doctor Suárez manifiesta que, dependiendo del retraso en identificar y tratar el Helicobacter Pylori, la gastritis crónica superficial activa no atrófica inicial, puede desembocar en una pangastritis atrófica y en anemia perniciosa, con el incremento asociado de riesgo de cáncer de estómago.

No obstante, más allá de las secuelas que esta infección puede dejar en el estómago, el especialista gástrico destaca “el nexo potencial entre la infección por esta bacteria y diferentes enfermedades extragástricas”.

El tratamiento
Según Clínica Mayo, por lo general, las infecciones por H. pylori se tratan con, al menos, dos antibióticos diferentes a la vez. Esto se hace para evitar que las bacterias se vuelvan resistentes a un determinado antibiótico.

Además, el médico receta un medicamento para inhibir el ácido a fin de que cicatrice el revestimiento del estómago.

Estos últimos pueden ser: inhibidores de la bomba de protones, que suspenden la producción de ácido en el estómago; bloqueadores de la histamina, que es la sustancia que desencadena la producción de ácido, o bien subsalicilato de bismuto, cuya función es revestir la úlcera, protegiéndola del ácido estomacal.

Cuatro semanas después del tratamiento se hace un análisis de H. pylori, si este muestra que los medicamentos no fueron exitosos, el paciente puede someterse a otra ronda de tratamiento con otra combinación de antibióticos.

Pautas nutricionales
La Fundación Española del Aparato Digestivolos señala que los infectados con la bacteria no necesitan restricciones en la dieta, pero es aconsejable que esta sea variada y equilibrada y que solo excluya los alimentos que les sientan mal. También sugiere evitar el tabaco.

En los casos de úlcera péptica, los consejos que brinda la Fundación Española del Aparato Digestivo pueden ser de gran ayuda. Toma nota.

1. Evita las comidas abundantes. Come en cantidad moderada y varias veces al día; repartelas en 5-6 tomas (tres comidas principales, dos meriendas y algo antes de acostarse si es necesario).

2. Come despacio y en un ambiente tranquilo. Mastica bien.

3. Reposa sentado media hora después de las comidas principales.

4. Bebe suficiente agua, en pequeñas cantidades, fuera de las comidas, 30 o 60 minutos antes o después. Evita el jugo de naranja, el tomate y las bebidas gaseosas.

5. Realiza preparaciones sencillas: prefiere los alimentos hervidos, en su jugo, a la plancha, al vapor o al horno. No comas fritos, rebozados, empanizados, salsas, guisos y en general todas las cocciones que lleven adición de grasas y aceites.

6. Las legumbres pueden producir “gases”. Para evitarlo cambia el agua de cocción una vez hayan hervido 10 minutos y pásalas por el pasapurés para mejorar la digestión. Si no toleras los cereales integrales sustitúyelos por refinados.

7. Utiliza la sal, especias y condimentos con moderación.

8. Evita los alimentos estimulantes, como el café, té, refrescos de cola, alcohol, chocolate, así como aquellos que aún estando permitidos y que notas que no toleras bien.