Feed the Children regala mochilas para incentivar el asistir a clases

Los estudiantes beneficiarios son parte de los programas que impulsa Feed the Children en cuatro comunidades del país.

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Foto EDH / Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2020-02-20 7:30:03

Ana Adilia García, de 42 años, se ahorró un estimado $30 porque la oenegé de origen estadounidense Feed the Children le entregó mochilas para sus hijos que cursan primero, tercero y quinto grado en el municipio de Tacuba.

El ahorro es significativo en ese hogar en donde hay 10 hijos; la menor tiene tres meses y el hijo mayor 23 años.

Las mochilas son de gran ayuda en las finanzas del hogar porque actualmente el compañero de vida de Ana Adilia no está laborando.

El año pasado, la pareja tuvo la posibilidad económica de comprar bolsones nuevos a sus hijos, los cuales aún eran llevados al inicio de este año escolar por los hijos.

Por ello, cuando supieron que Feed the Children les iba a entregar bolsones, los niños se pusieron alegres.

Estos son de material resistente y están valorados en $10 cada uno. Los $30 que la familia se ahorró este año serán usados para la compra de insumos para su hogar.

Normalmente, la pareja de Ana Adilia labora como ayudante en albañilería, por lo cual gana $7 al día; además se dedica a la agricultura (maíz, frijol, maicillo), de la cual echa mano para la alimentación cuando no encuentra trabajo en la construcción. .

“Hay momentos que uno se ve (angustiado) cuando ellos se enferman y uno no tiene cómo (curarlos) pero siempre con la ayuda de Dios ahí vamos siempre pasando”, dijo Ana Adilia.

La entrega de los bolsones fue en el marco del componente de educación que desarrolla la oenegé.

Los demás componentes son alimentación y nutrición; agua y salud; medios de vida; ayuda en emergencias y mitigación de desastres.

Marta Julia Cruz, de Feed the Children, explicó que en la comunidad Palín, de Tacuba, fueron entregados 124 bolsones; a nivel nacional donarán 1,260 en las 15 comunidades que atienden, distribuidas en Santa Ana, Ahuachapán, Sonsonate y San Salvador. La inversión asciende a $6,552.

“Son mochilas de buena calidad, el proveedor nos garantiza que tiene durabilidad y resistencia, hemos tenido casos que nos duran hasta dos o tres años y hasta los papás andan después con su mochila porque ya le damos otra al niño. Tratamos, en la parte educativa, trabajar con los papás para que ellos mismos motiven a sus hijos a que no se queden (sin estudiar)”, dijo Cruz.

Los dos hijos de Blanca Vásquez Guzmán, de 42 años, también comenzaron el año lectivo con sus mochilas viejas porque ella no pudo comprarlas debido a que en octubre de 2019 tuvo que dejar su trabajo como doméstica en San Salvador porque enfermó.

Los beneficiados con la entrega de mochilas son personas de escasos recursos económicos y que en algún momento, sus hijos, han presentado un peso bajo, que es uno de los aspectos que considera la entidad para que sean inscritos a los programas de ayuda que ejecuta.