FOTOS: Así viven la época navideña los habitantes de la isla Perico tras el anuncio de venta

Los residentes narraron que una comitiva de la Fuerza Armada les dijo que “nadie los sacará del lugar”, luego de que se conoció de la venta de un área de la isla.

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Niños y adultos ayudaron a descargar los juguetes de la lancha de la Fuerza Naval, el viernes pasado. Foto EDH / Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2019-12-09 9:35:05

LA UNIÓN. A los pobladores de la isla Perico, en la bahía de La Unión, las buenas nuevas les han llegado por helicóptero y, también, por lancha, en ambos casos son como regalos de Navidad para todos.

El primero les llevó esperanza porque una comisión de la Fuerza Naval, que llegó en vía aérea, les externó su apoyo y les dijo “que no se preocuparán porque nadie los sacaría del lugar”; sin dar más explicaciones de ese punto, narró el isleño Juan Ramón Blanco.

Tras la publicación en El Diario de Hoy, el pasado viernes 29 de noviembre en donde se informó sobre la venta parcial de la isla Perico por parte de la familia que fue propietaria por décadas a un empresario, los pobladores han estado temerosos de que los desalojen del lugar donde han vivido por más de 30 años.

“La única institución del Estado que nos a apoyado es la Naval trayéndonos agua cada 15 días, o cada semana para el consumo en nuestros hogares; y después de la visita que recibimos de ellos, nos hemos quedado con tranquilidad porque nos prometieron protegernos”, declaró Blanco.

Foto EDH / Insy Mendoza

Padres de familia manifestaron que en la isla los niños son felices, se ponen a nadar cada vez que quieren, se van a pescar o a sacar almejas, curiles y cascos de burro; juegan con gran libertad en los callejones y pequeños patios de la isla, sin temor a ser atropellados por algún vehículo, y perder eso es lo que les causa temor.

En esto días, para los infantes, también, hubo sorpresas, ya que un grupo de altruistas llegaron, en lanchas, dispuestos a celebrarles una anticipada fiesta navideña.

Un grupo de altruistas llevaron presentes y un momento de alegría a las 40 familias que habitan la isla Perico, este fin de semana. Según algunos habitantes, la actividad navideña les hizo olvidar por un rato la posibilidad de desalojo tras la venta de una parte de la isla a un empresario chino.

El pasado viernes hubo para los infantes entrega de juguetes, quiebra de piñatas, frutas, panes con pollo, refrescos y más de una hora de diversión con el payaso Tortazo.

La Fundación Salvadoreña en la Florida (FUSAFLOR) fueron los encargados de llevar los regalos y diversión a los lugareños, en colaboración con la Fuerza Naval.

Enmanuel, se entretiene con su carrito en la entrada de su casa. Foto EDH / Insy Mendoza

Un grupo de niños llenos de emoción esperaron a la orillas de la isla las dos lanchas de la Fuerza Naval en donde transportaban los juguetes y las personas encargadas de distribuirlos.

Mientras, los primitos Francisco y José Torres hacían sonar, con un pedazo de palo, un viejo cilindro extintor de fuego, que hace la función de campana para avisar a la comunidad de que hay que reunirse en el patio de la islita.

La alegría del agasajo abarcó a los jóvenes y adultos al ver que sus hijos, sobrinos, hermanitos o nietos recibirían un juguete, como antesala a la tradicional celebración de la Navidad. Las familias de la isla viven en pobreza y no tienen suficientes ingresos para destinar un poco para comprar juguetes a sus hijos.

El pequeño Enmanuel Molina, de 6 años, fue tan feliz de recibir un carrito, “esta bonito mi carrito y voy a dormir con él en la noche”.

De acuerdo con algunos adultos, la entrega de juguetes y la diversión del payaso les ayudó a olvidar por un momento las preocupaciones sobre su estadía en la isla y la posibilidad del desalojo de las 40 familias que viven en el lugar y se dedican a la pesca artesanal y la extracción de moluscos.

Niños y adultos participaron en la dinámica de juego que organizó el payaso Tortazo, el viernes pasado. Foto EDH / Insy Mendoza

Mirna Mayen, colaboradora de Fusaflor, manifestó que 55 niños de la isla recibieron juguetes y participaron en la quiebra de piñatas; además hubo panes con pollo para todos los lugareños.

Isleños piden becas para estudiar el bachillerato

Ángel Eduardo Torres, de 18 años, Delmi Aracely Marquina, y Jonis Rafael Torres, ambos de 17 años, recién finalizaron sus estudios de noveno grado, en La Unión y San Alejo pero podrían abandonar sus estudios sino encuentran quien les apoye para matricularse en el bachillerato.

Los tres jóvenes viven en la isla, cursaron desde parvularia hasta 6 grado en la escuelita de la localidad, y para continuar estudiando y graduarse de noveno grado tuvieron que vivir de forma temporal unos en la ciudad de La Unión y otros en San Alejo.

Ahora buscan apoyo para estudiar bachillerato en el instituto de la Base Naval en La Unión porque no cuentan con el dinero para poder cubrir los gastos de estadía, alimentación y pasajes.

Ángel Eduardo Torres explicó que su papá murió hace 5 años, y su mamá emigró de forma ilegal a Estados Unidos; ahora él vive con su abuela. El joven estudió desde sexto a noveno grado en la ciudad de La Unión, “le pedí posada a un tío para poder estudiar y terminar hasta noveno grado, pero quiero superarme y ser alguien profesional pero no cuento con los recursos, es por eso que busco ayuda”, agregó.

Juan Ramón Blanco pone al sol unos pescados , los cuales servirán para alimentar a su familia. Foto EDH / Insy Mendoza

Delmi Aracely Marquina, se fue a estudiar a San Alejo para lograr cursar el noveno grado, los fines de semana regresaba a la isla para estar con la familia y ayudar en los quehaceres de la pesca y la extracción de moluscos.

Delmi explicó que en la pequeña comunidad hay grave pobreza y eso dificulta que los adolescentes continúen con los estudios, “quiero encontrar la oportunidad de una beca para estudiar el bachillerato en la Base Naval, en ese lugar a uno le exigen mucho en la enseñanza y disciplina”, expresó.

Jonis Rafael Torres es el otro joven que sueña con encontrar un apoyo de alguna persona altruista para seguir con los estudios, “en la isla la mayoría solo termina el sexto grado y después se dedican al trabajo de la pesca o la agricultura, porque no hay recursos para viajar a La Unión o San Alejo a estudiar”, manifestó.

En años anteriores, la fundación Fusaflor benefició a seis señoritas con becas para estudiar bachillerato o carrera técnica de enfermería, hostelería y turismo.