La cancelación de la feria Consuma que por más de 30 años se ha realizado en el Centro de Ferias y Convenciones (Cifco) durante las fiestas agostinas afecta directamente a los comerciantes, en su mayoría, medianos y pequeños empresarios, mypes, que apostaban quintuplicar sus ventas en esos 12 días de celebración.
El gobierno tomó la decisión de transformar una parte del Cifco en el Hospital El Salvador para atender a pacientes de COVID-19, lo que bloqueó totalmente al recinto como encuentro de negocios y celebraciones de ferias y comercio.
Solo en 2019, la Consuma, que duró desde el 26 de julio al 6 de agosto recibió más de 500,000 visitantes que generaron con sus gastos, ganancias de más de $30 millones en esos doce días.
Esas utilidades las percibieron directamente los comerciantes, que en su mayoría son micro, pequeñas y medianas empresas, ya que algunos propietarios de estas aseguran que quintuplicaban sus ingresos.
“Para nosotros la Consuma era la plataforma no solo para incrementar las ventas esos días, sino para hacer negocios, era una vitrina, ya que estando ahí nos contactaron de otras empresas para amarrar negocios con nosotros fuera de la feria, para otras fechas y en centros comerciales”, explicó Moisés Brito, dueño de La Choricería Brito, un negocio de comida típica que ya tenía su público cautivo y que en Consuma logró conquistar muchos más clientes.
Según dijo el comerciante, solo en un día en la feria podían vender 2,500 platos, cuando en un día normal -en otros eventos- solo vendían 60 y ahora, venden 20 al día.
Brito dijo que ellos tenían tres años de participar y cada año percibían mucha más ganancia.
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“Desde el primer año que estuvimos ahí fue una vitrina para nosotros, porque Consuma es la feria por excelencia para todo El Salvador; ya el siguiente año mejoramos en todo sentido y fue una experiencia mucho más gratificante porque la gente conocía de nosotros y llegaba a la Consuma directamente a buscarnos y eso nos llenaba de mucha satisfacción y el año pasado para nosotros fue un boom”, dijo el dueño de La Choricería.
Por su parte León Eduardo López, dueño de Catracho’s, comida hondureña, dice que en 2019 fue el primer año que lograron participar en la feria, pero que la experiencia fue gratificante en todo sentido.
“A pesar que nuestra ubicación no era de las privilegiadas, sí era para nosotros una de las apuestas del año, porque fue una buena experiencia. Para este año, el plan era continuar y mejorar para aprovechar esa plataforma, porque el año pasado entramos en conjunto con otro negocio compartiendo espacio, y este año ya el plan era entrar solos porque eso abre mayores posibilidades de venta y de crecimiento, con más expectativas”, dijo López.
Encuentro de negocios
Según explicó Brito el gran plus de la Consuma es que se logran amarrar otros negocios.
“Otras empresas vieron nuestro negocio, porque nosotros ahí hacíamos un show en la cocinada de los chorizos con llamaradas, una cocinada atractiva y entonces nos con contactaron para que pudiéramos participar en otras ferias o poner un local en un centro comercial, así amarramos con tres centros comerciales y estábamos a punto de abrir en uno nuevo, pero esto de la pandemia cambió todo el panorama”, dijo Brito.
López coincide que la Consuma era un espacio de apertura de oportunidades. “Mucha gente no nos conocía y gracias a que probó nuestros platillos en la Consuma el año pasado, después del período de la feria llegaron a buscarnos al local en Antiguo Cuscatlán o nos buscó en redes sociales para saber dónde estábamos o si les llevábamos a domicilio”, manifestó López.
Ligia Parrilla, la dueña de “Los Picantitos”, que se ha especializado antojos mexicanos como botanas, dulces y micheladas dijo que esta situación les volcó rotundamente sus expectativas, ya que “la idea era participar este año y aunque seguimos vendiendo desde un centro comercial, las ventas son bajísimas y participar en Consuma era una gran oportunidad”, contó la comerciante.
Nostalgia vs. reinventarse
Los comerciantes aseguran que les hace falta la adrenalina de participar en la Consuma, que no se resumía en 12 días, ya que para ellos era una planificación de meses atrás para tener todo el producto listo y la logística efectiva bien diseñada.
“Sí claro que hace falta estar ahí, uno de comerciante busca la oportunidad donde hay negocios, donde hay gente que va a comprar y que busca productos nuevos. Nosotros participábamos como Los Botaneros, y ese es un gran mercado y nos iba súper bien y nuestras ventas se incrementaron en esos días como en un 100 %. Pero ahora aunque nos hizo falta, pero tan difícil esta situación que ya no se pudo y pues hay que reinventarse”, dijo Parrilla.
Por su parte Brito dijo que el lugar no es tan importante, es decir que confía que donde sea que se realice una nueva Consuma el otro año, será un éxito, porque lo importante son los emprendedores, los comerciantes que la integran.
“En El Salvador las pymes somos el 85 % del comercio y somos los que movemos la economía, y no estamos dispuestos a quedarnos de brazos cruzados, siempre estamos viendo cómo reinventarnos, qué ofrecer de nuevo a nuestros clientes, cómo conquistarlos y mantenemos la expectativa que al reactivar la economía logremos alcanzar un nivel para sostenernos en el tiempo, según el comportamiento de la cadena productiva del país”, dijo el dueño de La Choricería Brito.
Actualmente el gobierno sigue en la Fase 1 de la apertura económica, y según la última planificación, la Fase 2 será hasta el 20 de agosto, según lo proyectado.
